Actualidad

Violencia dentro de la política

8866489302.png
La semana anterior, el activista conservador estadounidense Charlie Kirk perdió la vida mientras realizaba una actividad en una universidad de Utah.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

La semana anterior, el activista conservador estadounidense Charlie Kirk perdió la vida mientras realizaba una actividad en una universidad de Utah. Se trata de un acto repudiable que no puede justificarse. Una democracia no puede subsistir sin libertad de expresión; esta protege, sobre todo, las ideas que consideramos reprobables. Por tanto, nunca es aceptable recurrir a la violencia contra quien sostiene una opinión distinta a la nuestra. La muerte de Kirk provocó de inmediato una carrera por parte de los extremos del espectro político estadounidense, cada cual tratando de responsabilizar al otro. Todo ello, pese a que al redactar estas líneas aún no se conocen los motivos del asesinato, y el perpetrador no está afiliado a ningún partido ni participó en las últimas votaciones.

Ese tipo de error sólo empeorará la situación, pues no responde a una visión realista de lo que ocurre en EE. UU. En los últimos años se ha observado un aumento de ataques contra figuras políticas de distintas corrientes. En junio murió una legisladora estatal demócrata en Minnesota. En abril, un hombre prendió fuego a la residencia del gobernador demócrata de Pennsylvania, Josh Shapiro, mientras él y su familia dormían. En octubre de 2022, el esposo de la entonces presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, fue asaltado con un martillo en su hogar por una persona que la buscaba a ella. En 2020, la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, fue objeto de un complot para secuestrarla. Y todos sabemos que en 2024 el entonces presidente Donald Trump sobrevivió a dos intentos de asesinato.

Resulta evidente que la violencia política está atacando a líderes y personalidades, sin importar su ideología. Utilizarla como herramienta para obtener beneficios políticos sólo la reforzará, sea quien sea quien la ejerza. Estos crímenes son, a la vez, síntoma y motor de la desintegración del entorno político. No se basan en ideologías claras, sino en la voluntad de destruir al otro. Es un grave error pensar que dentro de “nuestros” no existen monstruos dispuestos a matar al adversario o a entrecortarse entre sí.

Es imprescindible detener esta amenaza, y para lograrlo será necesario construir puentes. La violencia es un virus altamente contagioso; combatirla es un reto permanente y urgente.

TRA Digital

GRATIS
VER