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El presidente de EE. UU., Donald Trump, abandonó este jueves el Reino Unido a bordo del Air Force One, el avión oficial americano, y concluyó así su segunda visita de Estado al país tras dos días de agenda intensa.
Trump y su esposa, Melania, despegaron minutos antes de las 18:00 hora británica (17:00 GMT) desde el aeropuerto de Stansted, mismo punto donde arribó la noche del pasado martes, para retornar a los Estados Unidos.
El mandatario llegó al aeródromo de Londres en el helicóptero Marine One, que lo trasladó desde la residencia campestre del primer ministro británico, Keir Starmer, en Chequers, a las afueras de la capital, donde este jueves firmó un acuerdo tecnológico bilateral y sostuvo una rueda de prensa.
Con ello, el presidente estadounidense completó su segunda visita al Reino Unido –la primera la realizó durante su primer mandato en 2019–, en la que se reunió con “su amigo”, como dijo antes de iniciar el viaje, el rey Carlos III, que lo agasajó con un suntuoso banquete real la noche del miércoles.
También asistió a un desfile militar en el castillo de Windsor, donde se encontró con el monarca británico y la reina consorte Camila, y rindió homenaje a la fallecida reina Isabel II frente a su tumba, situada en la capilla privada del palacio.
Antes de volver a EE. UU., el Lord Chamberlain, alto responsable de la casa real británica, se despidió en Stansted del presidente y de la primera dama, Melania Trump, en nombre del rey.
Durante una entrevista con el primer ministro británico, Keir Starmer, el mandatario solicitó al Reino Unido que actúe con mayor dureza contra la inmigración ilegal, incluso “si hay que recurrir al ejército”.
“Hay gente que llega y, como le he dicho al primer ministro, yo los detendría, sin importar si hay que usar al ejército. No importa qué medios se empleen”, declaró el presidente estadounidense, quien cerró la visita de Estado al Reino Unido.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Donald Trump impulsó en EE. UU. una amplia política de expulsiones de inmigrantes en situación irregular.
La inmigración irregular “destruye los países desde dentro”, sostuvo el mandatario republicano desde la residencia de Starmer en Chequers.
Por su parte, el dirigente británico anunció que quiere “intensificar” las deportaciones de migrantes irregulares. Horas antes, el primer migrante fue devuelto a Francia bajo un acuerdo entre Londres y París que entró en vigor en agosto.
Ese convenio prevé la devolución a Francia de los migrantes que lleguen al Reino Unido de forma irregular a bordo de “small boats”, las embarcaciones precarias usadas para cruzar el Canal de la Mancha.
Por cada persona devuelta, el Reino Unido se comprometió a acoger a otro migrante que se encuentre en territorio francés y que haya presentado una solicitud en una plataforma en línea, un sistema criticado por las organizaciones de ayuda a migrantes.
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