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Madrid/Bogotá. – Las cónyuges de mandatarios, como Brigitte Macron y Begoña Gómez, así como mujeres que ocupan puestos de alta responsabilidad, como Kamala Harris, han sido objeto de acusaciones infundadas que pretenden afirmar que nacieron hombres. Estas versiones despectivas, fundamentadas en la transfobia, la misoginia y otros prejuicios culturales, buscan menoscabar tanto a ellas como a sus esposos.
El reciente anuncio de que el presidente francés, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte, tienen previsto presentar pruebas ante un tribunal de EE. UU. para demostrar que ella es mujer, vuelve a poner en evidencia el alcance de las falsedades relativas a la supuesta transexualidad de las cónyuges de jefes de Estado o de dirigentes políticos.
Los Macron pretenden demostrar que la influyente estadounidense Candace Owens, a quien han demandado por difamación, mintió al difundir la idea de que la esposa del presidente de Francia nació varón.
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Estas acusaciones aparecen en distintos países y tienen una larga trayectoria, aunque hoy en día se emplean con frecuencia en redes sociales por desinformadores que pretenden desacreditar y deteriorar la imagen de líderes políticos mediante prejuicios contra personas trans, según afirman expertos y los estudios consultados por EFE.
La primera dama francesa constituye uno de los casos más notorios, pero la narrativa descrita está muy extendida.
Además de Brigitte, otras mujeres han sido señaladas, como Begoña Gómez, Britta Ernst y Michelle Obama, cónyuges, respectivamente, del presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, del excanciller alemán Olaf Scholz y del expresidente estadounidense Barack Obama.
Otra variante de estos ataques se dirige directamente contra figuras políticas como la excandidata a la Presidencia de EE. UU. por el Partido Demócrata Kamala Harris o la ex primera ministra de Nueva Zelanda Jacinda Arden.
Una mujer que ha sufrido ataques similares y que reúne ambas condiciones en su trayectoria es Hillary Clinton, exsecretaria de Estado de EE. UU., antigua candidata presidencial demócrata y esposa del expresidente Bill Clinton.
Desde los años noventa, en una época de menor presencia de internet y de redes sociales, Clinton fue tachada de “lesbiana, castrante, manipuladora y excesivamente masculina”, según el analista de desinformación Lucas Graves, investigador de la Universidad Carlos III de Madrid.
Incluso circulaban bromas y piezas satíricas que la presentaban como transexual o hermafrodita, según recoge la investigación “El odio a Hillary y la política de los memes desagradables”, de Emma Blackett (2019).
En España también abundan los mensajes en redes que denominan a la esposa de Pedro Sánchez como “Begoño” y la acusan de ser transexual, una acusación que provocó una demanda de Begoña Gómez contra una colaboradora del programa Distrito TV que la difundió en televisión.
Los ataques contra Brigitte Macron se han extendido de forma notable en Francia, donde se llegó a afirmar que la primera dama es, en realidad, un hombre llamado Jean‑Michel Trogneux.
El Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) señala en su portal EUvsDisinfo que “esta narrativa se empezó a difundir en 2021, antes de la campaña presidencial de 2022, a través de cuentas de extrema derecha, antivacunas y manifestantes de los chalecos amarillos”. La primera dama francesa ya había iniciado acciones legales en 2021 contra la difusión de esas falsedades.
Los Macron también enfrentan otras aseveraciones engañosas cuya propagación favorecen redes pro‑rusa. EUvsDisinfo indica que “los medios de desinformación pro‑Kremlin han diseminado las teorías conspirativas más absurdas sobre la primera dama francesa”.
Un estudio del Wilson Center de EE. UU. muestra que la narrativa conocida como “transgénero en secreto” se utiliza para “despojar a estas mujeres de su poder y atractivo, ya que la transfobia intrínseca a esta versión sostiene que las personas trans no pueden ser atractivas ni poderosas”.
En el mismo informe, el centro, dependiente del Instituto Smithsoniano, apunta que “la misoginia subyacente a la narrativa afirma que las mujeres, particularmente las jóvenes y atractivas, no pueden alcanzar el poder sin engaños o rasgos masculinos”.
Para Bruna Álvarez, antropóloga e investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona, los difusores de los contenidos contra Brigitte Macron y Begoña Gómez buscan “deslegitimar” la figura pública y política de sus cónyuges.
Según explica, este tipo de campañas resulta eficaz porque impacta a electores que no aceptarían a un mandatario casado con una mujer trans, encajando en una nueva forma de política orientada a desacreditar al adversario y generar ruido.
A pesar de esta novedad en los métodos políticos, las acusaciones contra mujeres poderosas y su caracterización como hombres no son novedosas en la esfera pública, como ejemplifica el caso de Hillary Clinton.
Esto se debe a que “estas narrativas se fundamentan en valores profundamente arraigados en la cultura, la tradición y el folclore”, señala Lucas Graves, quien añade que la imputación de atributos masculinos a estas figuras femeninas contraviene la imagen tradicional de lo que debe ser una mujer o “una buena madre”.
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