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Según la propia Rosalía, el culpable del secuestro es el padre del niño, un exfuncionario del Banco Central, que se encuentra en Utah, EE. UU., junto a su pareja sentimental, y es quien ahora lo cría.
A tres décadas de haber perdido a su recién nacido, Rosalía Veloz sigue alimentando la esperanza de reencontrarse con su hijo, a quien sólo pudo percibir su aroma y el latido de su corazón durante unos breves instantes.
El anhelo de esta madre por hallar al pequeño, que ya tiene 30 años, no ha menguado. Veloz no se rinde en su lucha por volver a estrecharlo, tal como lo hizo aquel 18 de marzo de 1995 en el Hospital Regional Docente Juan Pablo Pina, en San Cristóbal.
“Cuando me lo pusieron sobre el pecho sin cortar el cordón umbilical, recuerdo su carita, su cabecita morenita y su lindísimo cabellito. Una madre no olvida eso; es un sentimiento imborrable. He aprendido a vivir con el caso, pero no lo he superado”, confesó entre lágrimas al rememorar ese momento.
Veloz comentó que no tiene presente el preciso instante en que le arrebataron al niño, ya que estaba bajo los efectos de una sustancia que le administraron en forma de chocolate.
“Escuché su voz diciendo ‘Aló’, y en ese mismo segundo perdí el conocimiento y terminé ingresada en el mismo hospital”, relató con evidente angustia.
Según la propia Rosalía, el autor del rapto es el progenitor del niño, un exfuncionario del Banco Central, que, acompañado de su pareja, se hizo cargo del bebé en Utah, Estados Unidos.
Una de las mayores incógnitas para Veloz es cómo el padre se enteró del embarazo, pues ella, al quedar embarazada, se alejó para esconder la gestación.
“Me dieron de alta con mi hijo en brazos. Una mujer me siguió hasta donde estaba, bajo el pretexto de que el padre, Juan Ramón Escaño, la había enviado para ofrecerme ayuda”, recordó la excusa utilizada para sustraer al recién nacido.
Desde el momento del secuestro, Veloz no ha dejado de buscar a su hijo, pese a las dificultades y la ausencia de respuestas.
Indicó que en 2001 fue catalogada como persona con trastornos mentales y declarada incapaz de cuidar a su hijo, según consta en un certificado del Hospital Juan Pablo Pina.
“Él utilizó numerosos recursos y se inventó mentiras; lo último que hizo fue redactar un documento en el que alegaba que yo padecía problemas mentales, razón por la cual la justicia no me tomó en serio”, explicó, mostrando copias de varios papeles.
La historia entre Rosalía y Juan Ramón comenzó cuando ella, en busca de empleo, vio un anuncio en el periódico.
Fue contratada para labores domésticas e inició sus funciones el 9 de abril de 1994. Rosalía Veloz contó que en dos ocasiones Juan Ramón Escaño la presionó para mantener relaciones sexuales, y de esos actos quedó embarazada a los 20 años, un año después de comenzar a trabajar.
Actualmente Veloz se dedica a la venta de café y té, y sigue trabajando como empleada del hogar, sin abandonar su firme lucha por recuperar a su hijo.
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