Entretenimiento

Vivir eternamente: la iniciativa que renueva la grandeza del merengue dominicano

8880442298.png
El merengue trasciende ser sólo un estilo musical; representa identidad, memoria y resistencia cultural.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

El merengue trasciende ser sólo un estilo musical; representa identidad, memoria y resistencia cultural. Esa es la visión de Charlie Núñez, creador del proyecto Vivir para siempre, una canción homenaje que pretende recuperar el esplendor de la “época dorada” del ritmo nacional y honrar a quienes lo volvieron inmortal en las pistas de baile.

“Creo que los grandes artistas no deberían morir, ni siquiera envejecer”, declara Núñez al iniciar la charla. Su postura es tajante: ningún estilo ha aportado tanto al dominicano como el merengue, y aun así rara vez se le ha reconocido con el merecido respeto.

El detonante del proyecto surgió de la desaparición de destacados íconos en tiempos recientes. “Todo comenzó al observar cómo se nos escapan importantes figuras del merengue y cómo las valoramos cuando ya no pueden experimentarlo”, medita.

Para él, Vivir para siempre representa una alerta. Es necesario honrar a los artistas mientras están vivos, devolverles el afecto que tantas veces entregaron mediante su alegría y celebración.

Escoger a los cantantes fue una tarea tanto personal como táctica. Núñez relata haber contado con la complicidad de sus colegas Mario Díaz y Herodys Ureña. “El vínculo inicial con ellos nos dio el impulso, y al oír la demo varios se entusiasmaron para unirse”.

El fruto es un collage de voces que constituyen piezas clave de la historia reciente del merengue.

En Vivir para siempre resuenan las voces de Maridalia Hernández, Sergio Vargas; Jandy Ventura, Rafa Rosario; Ramón Orlando Valoy, Silvio Mora; Carlos David, Herodys Ureña; Iris y Franklin (New York Band), Rober Jeandor, Didi Hernández; Kinito Méndez, Henry García; Tito Kenton, Freddy Geraldo; Eddy Rafael, Chucky Acosta; Charlie Rodríguez y Pablo Martínez.

No todos lograron participar. Se produjeron exclusiones involuntarias: algunos nunca recibieron la invitación, otros no contestaron y otros más rechazaron por motivos contractuales o convicciones personales.

“Lo esencial es que quienes aceptaron lo hicieron con entusiasmo y entrega, pese a agendas apretadas y constantes desplazamientos”, relata.

La arquitectura sonora de la pieza también posee bases definidas. La letra la redactó Núñez, la música surgió en colaboración con Díaz y Ureña, y el arreglo quedó a cargo de este último.

“La producción se sustentó en la dedicación y el ímpetu de todos”, sintetiza, consciente de que el proyecto no pertenece a un individuo, sino a una comunidad que sigue creyendo en el merengue.

No todo resultó fácil. El mayor desafío consistió en sincronizar las agendas de los cantantes con el estudio de grabación. La logística se transformó en un verdadero laberinto, pero el producto final justifica el sacrificio, ofreciendo un tributo colectivo con corazón de pueblo.

Más allá de lo sonoro, Núñez ofrece un diagnóstico cultural firme. “El merengue jamás será olvidado. Sin merengue no hay celebración. Sin embargo, al igual que a nuestros artistas, les escasean programas y planes gubernamentales, así como protección y defensa ante las amenazas”.

Ese vacío institucional, según él, explica parte de la crisis del género. “Los dominicanos dejamos de escuchar merengue en radio y TV cuando dejaron de programarlo. Los jóvenes no van a buscar algo que desconocen y que no aparece en el mostrador. Sin embargo, en países como Colombia, Venezuela o Guatemala todavía se baila merengue con vigor, incluso en lugares donde no se habla nuestro idioma”, advierte.

La táctica de promoción de Vivir para siempre se enfocará en plataformas digitales, emisoras que aún incluyen merengue y lugares especializados. Lo que más entusiasma a Núñez es la respuesta inicial. “El público afín al merengue simplemente lo ha adoptado”.

El público, como siempre, tendrá la última palabra. “La reacción del público a la música siempre es inesperada. Esperamos que en esta ocasión la sorpresa sea positiva”, comenta con una sonrisa.

A nivel personal, su relación con el merengue es indisoluble. “Desde pequeño estuve inmerso en la música, adoro el merengue. Lamentablemente ningún gobierno ha comprendido el valor de este producto que ha evolucionado de manera orgánica. Sólo el esfuerzo individual ha permitido su desarrollo, mientras nuestros políticos continúan siendo miopes respecto a la cultura y el deporte”, critica.

Antes de concluir, brinda un mensaje a las nuevas generaciones. “No se alejen de nuestra esencia. Las tendencias van y vienen, pero la razón de ser de los pueblos reside en su cultura. Dominicana es béisbol, merengue, arroz, habichuelas, un vecino, un saludo, un ¿Cómo estás?… Son elementos que deben perdurar para siempre”.

En Vivir para siempre no solo hay una canción, sino también un manifiesto cultural, un clamor de resistencia, un recordatorio de que mientras suenen la tambora y la güira, la identidad dominicana continuará bailando.

Charlie Núñez espera que esto trascienda una simple canción. Anhela que el proyecto sirva de base para un movimiento más amplio. “Nos gustaría inspirar a los jóvenes a cantar y grabar merengue, y que el Estado reconozca su rol en la protección y promoción de la industria”. La opción de un álbum o un documental está sobre la mesa.

TRA Digital

GRATIS
VER