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La jornada inició con la intervención del rey de España, Felipe VI, quien reiteró una firme defensa del multilateralismo y de la ONU como entidad “indispensable, insustituible”, solicitando a la comunidad internacional que no mantenga silencio ante la guerra en Gaza y exhortó al Gobierno israelí a frenar la “masacre”.
La Asamblea General de la ONU continuó este miércoles su 80.º periodo de sesiones, mostrando posturas cada vez más definidas entre los defensores y los críticos del organismo, que abordaron crisis globales como la de Haití, la guerra en Ucrania y Gaza, y el programa nuclear iraní.
Defender o atacar la ONU
La sesión se abrió con el rey de España, Felipe VI, quien defendió de forma categórica el multilateralismo y la ONU como una institución “indispensable, insustituible”, pidiendo a la comunidad internacional que no quede en silencio frente al conflicto en Gaza y solicitando al gobierno israelí que detenga la “masacre”.
La voz del jefe del Estado español se sumó a la de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Chile, Gabriel Boric; y de Colombia, Gustavo Petro, quienes, junto al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, demandaron en un foro alterno un refuerzo de la democracia global.
Mientras tanto, el presidente argentino, Javier Milei, arremetió contra la ONU calificándola de “un gobierno de burócratas” y acusándola de intentar “imponer a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado”, en un discurso que resonó con las palabras de su aliado y homólogo estadounidense, Donald Trump.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, describió los ataques israelíes de junio en su país como una “traición a la diplomacia”, afirmó que “nunca ha buscado fabricar armas nucleares” y culpó a Reino Unido, Francia y Alemania de servir a EE. UU. al reactivar sanciones por supuesto incumplimiento del acuerdo nuclear de 2015.
Reuniones sobre Ucrania
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, pronunció su discurso ante la ONU con escepticismo hacia las instituciones multilaterales, declarando que “no es el derecho internacional, no es la cooperación, son las armas las que deciden quién sobrevive”.
Después de su intervención, se reunió con Felipe VI y Pedro Sánchez, a quienes agradeció el apoyo de España, y también con Lula, pese a las divergencias entre Brasilia y Kiev respecto a las vías de salida del conflicto.
Paralelamente, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su homólogo estadounidense, Marco Rubio, volvieron a encontrarse, mostrando que algunas de las conversaciones clave se desarrollan en los márgenes del hemiciclo; según un comunicado del Departamento de Estado, Rubio instó a Moscú a “tomar medidas significativas para una solución duradera” del conflicto, en un momento en que Donald Trump ha manifestado su decepción con el Kremlin.
La crisis de Haití
Luis Abinader, presidente de República Dominicana, apeló a un multilateralismo que consideró falto de credibilidad y urgió al Consejo de Seguridad a aprobar una fuerza destinada a combatir a las bandas armadas de Haití, con la que comparte la isla La Española.
Abinader recordó el proyecto presentado por Panamá y Estados Unidos ante el Consejo para transformar la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en Haití, liderada por Kenia, “en una fuerza que logre imponer orden y restablecer la paz”.
El presidente keniata, también presente en la Asamblea, denunció que la misión “ha operado en un entorno volátil y bajo enormes limitaciones” y preguntó: “Si con recursos limitados se logró tanto, ¿cuánto más se habría podido alcanzar si la familia de la ONU actuara de manera realmente unida?”.
Menciones a Venezuela
Irfaan Ali, presidente de Guyana, que mantiene una disputa con Venezuela por la región del Esequibo, invocó la prevalencia del “derecho internacional” frente a los “ataques y agresiones repetidas” del gobierno de Nicolás Maduro, y se reunió con Rubio para reforzar la “alianza estratégica” en la lucha contra el narcotráfico, en un contexto marcado por el despliegue militar estadounidense en el Caribe, cerca de aguas venezolanas, que Washington atribuye a su ofensiva contra redes de narcotráfico que señala a Maduro como jefe.
Mientras tanto, Santiago Peña, presidente de Paraguay, denunció la existencia de una “crisis de la democracia” global y citó a Venezuela como ejemplo, al afirmar que allí se dan “violaciones sistemáticas de los derechos humanos” y “persecución a líderes políticos”.
Además, reconoció que “Israel tiene el derecho legítimo a defenderse”, aunque lanzó un “llamado urgente” a aliviar la crisis humanitaria en la Franja de Gaza, reclamo que se repitió en la mayoría de las intervenciones y que recibirá respuesta mañana en el discurso de Mahmud Abás, representante de la Autoridad Palestina, quien comparecerá por videoconferencia tras la negativa de la administración Trump a conceder visados a su delegación.
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