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Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.
Apple ha dado otro paso al presentar el nuevo iPhone Air, que se lanza al mercado exclusivamente con compatibilidad eSIM. Esto implica que el dispositivo elimina por completo la tradicional bandeja para tarjetas físicas, algo que ya ocurrió en Estados Unidos con modelos anteriores y que ahora comienza a extenderse al resto de los mercados. La pregunta es si España y Europa están realmente preparados para este cambio.
La eSIM no es una novedad; numerosos smartphones la utilizan y, particularmente, yo la empleo desde 2019. En el caso del iPhone Air con eSIM, no existe alternativa alguna, y la única manera de activar la línea es mediante una tarjeta virtual que se descarga desde la operadora.
Esto trae beneficios, como poder gestionar varias líneas en un mismo móvil sin ocupar espacio físico, habilitar la conectividad al instante sin esperar a que llegue una tarjeta, o reducir el número de piezas móviles dentro del teléfono. Sin embargo, también plantea inconvenientes: no todas las operadoras ofrecen soporte total para eSIM, y los usuarios menos familiarizados pueden encontrar dificultades en el proceso de activación.
En nuestro país, las principales operadoras ya disponen de soporte para eSIM. No obstante, todavía existen otras más pequeñas o virtuales que no la incluyen en sus planes, lo que restringe la libertad de elección del consumidor. Además, cambiar de móvil o recuperar una línea en caso de avería puede resultar menos intuitivo si se compara con insertar una tarjeta física en cuestión de segundos.
La gran incógnita es si el iPhone Air con eSIM marcará tendencia y otras marcas seguirán el mismo camino. Apple ya ha demostrado en el pasado que, cuando elimina un componente, como el puerto de auriculares o el cargador de la caja, el resto de fabricantes suelen adaptarse con el tiempo. Suprimir la tarjeta física ahorra espacio en el diseño y refuerza la resistencia al polvo y al agua, por lo que es probable que más compañías apuesten por este sistema en el futuro.
Si este movimiento tiene éxito, no sería descabellado pensar que los próximos iPhone lleguen todos en formato exclusivamente eSIM, dejando atrás definitivamente la tarjeta tradicional. Estados Unidos ya lo vive desde hace un par de años, y Europa podría ser el siguiente paso. Lo que queda por determinar es si los usuarios aceptarán de buen grado este salto o si generará fricciones en los primeros meses.
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