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Nueva York, EE. UU. – El Consejo de Seguridad de la ONU decidirá este martes si prolonga la misión de paz liderada por Kenia en Haití, cuyo mandato finaliza el jueves, o si aprueba la propuesta de EE. UU. y Panamá para crear una Fuerza Especial contra Pandillas, con la movilización de 5 500 efectivos destinados a combatir a los grupos armados y restaurar el orden institucional y la seguridad.
Esta nueva iniciativa impulsada por EE. UU. cuenta con el respaldo de Canadá, de la República Dominicana y del presidente de turno del Consejo Presidencial de Transición de Haití (CPT), Laurent Saint‑Cyr.
En la sesión de la Asamblea General de la ONU, el presidente dominicano, Luis Abinader, se manifestó a favor de emprender acciones colectivas por parte de la comunidad internacional para rescatar a Haití. En su discurso subrayó el riesgo que representa para la República Dominicana y la región el agravamiento de la crisis de seguridad y el caos que persiste en Haití.
En el mismo marco, el presidente interino del Consejo Presidencial de Transición de Haití (CPT), Laurent Saint‑Cyr, hizo un llamado el pasado jueves a la comunidad internacional para que actúe de forma «rápida y contundente» ante la grave crisis que atraviesa su país, el cual, según afirmó, está viviendo una guerra entre las pandillas y la población civil.
Manifestó su apoyo al proyecto de resolución presentado por Panamá y EE. UU. para transformar la MSS en una fuerza destinada a combatir a los grupos armados. Dicha fuerza estaría compuesta por 5 500 efectivos y tendría la autorización para usar la fuerza contra las pandillas.
Ante la falta de recursos financieros y el escaso apoyo logístico, Kenia anunció que retirará sus tropas del territorio haitiano a partir del jueves.
La misión de paz, aprobada en 2023, entró en funcionamiento en 2024 para apoyar a la Policía Nacional de Haití. Actualmente cuenta con alrededor de mil efectivos, la mayoría kenianos. Sin embargo, la criminalidad persiste pese a los esfuerzos institucionales.
El primer contingente de la MSS, formado por 400 policías kenianos, llegó a Puerto Príncipe el 25 de junio del año pasado, pero quince meses después la misión no ha conseguido recuperar ningún territorio bajo control de las bandas.
A pesar de las numerosas operaciones contra sus líderes, las pandillas han provocado el desplazamiento interno de más de 1,3 millones de personas.
Lejos de las previsiones de 2 500 soldados esperados y prometidos, la MSS sólo reúne alrededor de un mil oficiales que enfrentan una carencia de medios y de apoyo internacional.
«El pueblo haitiano debe poder elegir a sus dirigentes. El Estado desea organizar elecciones creíbles», declaró Saint‑Cyr ante la ONU. El mayor obstáculo, reconoció, «sigue siendo el restablecimiento de la seguridad».
El principal desafío permanece en crear las condiciones de seguridad necesarias para celebrar las pospuestas elecciones generales en Haití, cuyos últimos comicios se realizaron entre 2015 y 2016, durante una fase de transición que culminó con la elección de Jovenel Moïse, quien asumió el cargo el 7 de febrero de 2017.
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