Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Estados Unidos y Trinidad‑Tobago reiteraron este martes sus acciones conjuntas para asegurar que el gas natural producido en el Caribe “no favorezca de manera sustancial” al gobierno de Nicolás Maduro.
El tema se trató en una reunión en Washington entre el secretario de Estado, Marco Rubio, y la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad‑Bissessar, donde reforzaron la asociación entre ambos estados en cuestiones de seguridad regional y cooperación antinarcóticos.
La administración de Donald Trump anuló en abril pasado la autorización que permitía a la Compañía Nacional de Gas de Trinidad (NGC) explotar el yacimiento Dragón, situado en aguas venezolanas, para exportar gas natural licuado, como parte de su política de presión sobre Caracas.
Al asumir el cargo el pasado 1 de mayo, Kamla Persad‑Bissessar dio por “concluido” el proyecto Dragón, que llevaba años retrasado por las sanciones de Washington, y optó por fortalecer vínculos energéticos con Guyana, Granada y Surinam.
Durante la junta de este martes, Rubio subrayó la relevancia de la seguridad energética para el bienestar económico de Trinidad y Tobago, señaló el Departamento de Estado en un comunicado.
El secretario de Estado “resaltó el respaldo de Estados Unidos a la propuesta del gas Dragón del gobierno y a las medidas destinadas a impedir que beneficie de forma significativa al Poder Ejecutivo venezolano”.
Este compromiso se inserta en el marco de las sanciones que Washington mantiene sobre la industria petrolera y gasífera de Venezuela, las cuales restringen sus exportaciones y el acceso del país a divisas.
Con estas limitaciones, Estados Unidos pretende evitar que proyectos conjuntos o transfronterizos terminen generando ingresos para el gobierno de Maduro.
Agregar Comentario