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Washington, EE. UU. – El gobierno federal inició el cierre de sus actividades después de la medianoche del miércoles, tras el estancamiento presupuestario entre legisladores y el presidente Donald Trump, quienes no lograron un acuerdo en el Congreso pese a las exigencias demócratas de financiamiento para la salud.
Se trata del primer “shutdown” desde el más extenso de la historia –que se prolongó 35 días– que tuvo lugar hace casi siete años, y suspenderá el funcionamiento de numerosos departamentos y agencias federales, impactando a cientos de miles de empleados del Estado.
Trump responsabilizó a los demócratas del bloqueo y advirtió que penalizará al partido y a sus votantes interrumpiendo prioridades de la agenda progresista y aplicando recortes masivos en el sector público.
“Estaremos despidiendo a muchísimas personas que se verán gravemente afectadas. Y son demócratas, van a ser demócratas”, declaró Trump a la prensa en la Oficina Oval.
Los republicanos del Senado intentaron aprobar un parche de financiación temporal que ya contaba con el visto bueno de la Cámara de Representantes, pero no consiguieron los votos demócratas necesarios para remitirlo al escritorio del presidente.
“Durante el cierre podemos llevar a cabo acciones irreversibles, perjudiciales para ellos… como despedir a un número considerable de empleados o cortar programas que les favorecen”, añadió el mandatario.
La amenaza de Trump de nuevos recortes de empleo se suma a la inquietud del personal federal provocada por los despidos masivos iniciados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), liderado previamente por el exasesor presidencial Elon Musk.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), alrededor de 750 000 funcionarios federales podrían quedar en situación de desempleo parcial, con una pérdida de ingresos estimada en 400 millones de dólares.
El último cierre, que se extendió de diciembre de 2018 a finales de enero de 2019 durante el primer mandato de Trump, duró 35 días. En esa ocasión, la CBO calculó que redujo el Producto Interno Bruto (PIB) en 11 mil millones de dólares.
Estas paralizaciones por falta de presupuesto son extremadamente impopulares en EE. UU., y tanto demócratas como republicanos tratan de evitar que ocurran, a veces hasta el último momento.
Más aún cuando se avecinan las elecciones legislativas de mitad de mandato de noviembre de 2026, con la mayoría del Congreso en juego.
Los republicanos habían propuesto prolongar la financiación vigente hasta finales de noviembre, mientras negociaban un plan de gasto a más largo plazo.
Los demócratas, en cambio, demandaban la restitución de cientos de miles de millones de dólares para gastos de atención médica, particularmente para el programa de seguros de salud conocido como Obamacare, dirigido a hogares de bajos ingresos.
El lunes, Trump se reunió en la Casa Blanca con los principales líderes republicanos y demócratas del Congreso, un encuentro que sólo confirmó el estancamiento de las negociaciones.
“Tenemos la voluntad y la capacidad de lograr un acuerdo bipartidista que financie al país de manera que responda verdaderamente a las necesidades del pueblo estadounidense en materia de salud”, aseveró el martes el líder de la minoría demócrata en la Cámara, Hakeem Jeffries.
“Sin embargo, no respaldaremos una iniciativa republicana partidista que siga desmantelando el sistema sanitario estadounidense, ni ahora ni nunca”, añadió ante el Congreso.
Por el momento, ambas bancadas se mantienen firmes en sus posturas.
A pesar de la mayoría republicana en el Senado, el partido de Trump no posee los votos suficientes para aprobar leyes presupuestarias, que requieren 60 apoyos, siete más de los que posee la mayoría.
No se sabe cuánto tiempo se prolongará este cierre. Desde 1976, cuando el Congreso adoptó el proceso presupuestario moderno, el gobierno federal ha sido clausurado 21 veces.
El cierre no afectará servicios esenciales como el Servicio Postal, las Fuerzas Armadas o programas de asistencia como la Seguridad Social y los cupones de alimentos.
Los empleados federales no recibirán su salario hasta que la paralización concluya, según informa la Oficina de Presupuesto del Congreso.
De acuerdo con los analistas de la compañía de seguros Nationwide, cada semana de cierre podría disminuir el crecimiento del PIB de EE. UU. en 0,2 puntos porcentuales.
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