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Gobierno de EE. UU. se cierra por falta de consenso en el presupuesto – La Jornada San Luis

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Entró en un estancamiento presupuestario desde el primer segundo del 1 de octubre, tras el fracaso de la última votación en el Senado para evitarlo.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Washington. EE. UU. entró en un estancamiento presupuestario desde el primer segundo del 1 de octubre, tras el fracaso de la última votación en el Senado para evitarlo. Las divergencias entre demócratas y republicanos desencadenan el primer cierre del gobierno en casi siete años.

La Casa Blanca remitió en las últimas horas del martes un memorando a las agencias federales ordenando “ejecutar sus planes para un cierre ordenado”, ante la ausencia de consenso entre senadores republicanos y demócratas para aprobar la ley que define el plan presupuestario, conocida legalmente como H.R. 5371.

A pesar de frenéticas negociaciones en el Congreso, no se alcanzó acuerdo entre demócratas y republicanos para financiar al gobierno más allá del martes, día que marca el cierre del año fiscal.

Los republicanos del Senado intentaron aprobar un parche de financiamiento temporal ya aprobado por la Cámara de Representantes, pero no lograron conseguir los votos demócratas necesarios para enviarlo al escritorio del presidente Donald Trump.

EE. UU. se enfrentará, pues, a un cierre administrativo del gobierno, o “shutdown”, que paralizará la mayoría de los servicios federales a partir de la medianoche.

Cientos de miles de empleados públicos quedarán sin salario temporalmente y se suspenderá el pago de diversas prestaciones sociales.

La última votación concluyó con 55 votos a favor y 45 en contra de una iniciativa de financiamiento provisional.

Aunque los republicanos ostentan mayoría en ambas cámaras del Congreso, el reglamento del Senado exige que un proyecto presupuestario sea aprobado por 60 de 100 votos, lo que implica necesit ar siete votos demócratas.

Los republicanos, a su vez, habían rechazado previamente otra propuesta demócrata, informó la agencia de noticias Bloomberg.

Gran parte del debate se ha centrado en la atención sanitaria; en este sentido, los senadores demócratas han exigido la renovación de los subsidios a las primas del seguro de salud incluidos en el programa Obamacare, nombre con el que se conoce la Ley de Cuidado de Salud Asequible, promulgada en 2010 durante la administración de Barack Obama.

Además, la minoría en esa cámara ha intentado revertir los recortes de Medicaid previstos en la reforma fiscal de Trump aprobada a principios de año.

Como consecuencia, los trabajadores esenciales, como el personal militar, seguirán laborando sin sueldo, mientras que 750 mil empleados federales no esenciales serán suspendidos temporalmente, generando una pérdida de ingresos equivalente a 400 millones de dólares.

“Ellos van a cerrarlo, no nosotros. No queremos cerrar porque estamos viviendo el mejor periodo que se conoce”, declaró el mandatario a los reporteros en el Despacho Oval más temprano.

El cierre anterior, ocurrido en el primer gobierno de Trump, se extendió 35 días.

El cierre previo del gobierno estadounidense tuvo lugar en diciembre de 2018 y se prolongó hasta finales de enero de 2019, durante la primera administración de Trump, durando 35 días. En ese momento, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estimó que en ese lapso el Producto Interno Bruto (PIB) disminuyó en 11 mil millones de dólares.

Estas interrupciones por falta de presupuesto son muy impopulares en EE. UU., y tanto demócratas como republicanos tratan de evitarlas, a veces hasta el último minuto.

Más aún con la perspectiva de las elecciones legislativas de mitad de mandato en noviembre de 2026, en las que se decidirá la mayoría presidencial en el Congreso.

Dos posturas

Por ahora, republicanos y demócratas se mantienen firmes en sus posiciones.

Por un lado, los republicanos proponen prorrogar el presupuesto actual hasta finales de noviembre.

Los demócratas, por otro, buscan recuperar cientos de miles de millones de dólares en gastos para la salud pública, particularmente en el programa de seguro médico para la población de bajos ingresos, que la administración Trump pretende eliminar con su “gran y hermosa ley” presupuestaria aprobada en julio.

El lunes, Trump recibió en la Casa Blanca a los principales líderes republicanos y demócratas del Congreso, una reunión que solo confirmó el estancamiento de las negociaciones.

“Tenemos la voluntad y la capacidad de alcanzar un acuerdo bipartidista para financiar al Estado de manera que responda realmente a las necesidades del pueblo estadounidense en materia de salud, seguridad y prosperidad económica”, afirmó el martes el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries.

“Pero (…) no apoyaremos un proyecto de ley republicano partidista que siga desmantelando el sistema sanitario estadounidense, ni ahora ni nunca”, añadió ante el Congreso.

En marzo, con la amenaza de un cierre ya latente, los republicanos se negaron a dialogar con los demócratas sobre recortes presupuestarios masivos y el despido de miles de empleados federales.

En esa ocasión, diez senadores demócratas, entre ellos Chuck Schumer, votaron a regañadientes por esa medida republicana de emergencia para evitar un cierre. Pero su decisión enfureció a la base del partido, que exige a los líderes demócratas enfrentarse a Trump.

Según los cálculos de los analistas de la compañía de seguros Nationwide, cada semana de cierre podría reducir el crecimiento del PIB de EE. UU. en 0,2 puntos porcentuales.

“El gobierno de Trump podría aprovechar para recortar aún más los subsidios y los ejecutivos federales”, señalan, lo que supondría un cambio significativo respecto a cierres anteriores, en los que los empleados despedidos eran recontratados tan pronto como la situación se restablecía.

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