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El humo del tabaco arrebata a los niños del mundo 8,4 millones de años de vida saludable cada año

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Los niños del planeta pierden en conjunto cada año 8,45 millones de años de vida saludable a causa del humo de tabaco que inhalan, particularmente aquellos que habitan zonas de ingresos medios y bajos, según un estudio presentado este lunes en la Cumbre Europea de la Respiración en Ámsterdam (Países Bajos).

Durante la exposición, la investigadora principal, Siyu Dai, profesora en la Escuela de Medicina Clínica de la Universidad de Hangzhou (China) y miembro honorario de Investigación del Departamento de Pediatría de la Universidad China de Hong Kong, subrayó que el humo del tabaco genera enfermedades y muertes evitables en la infancia y que «no existe un nivel de exposición seguro».

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Los menores son «especialmente vulnerables al humo del tabaco, que ocasiona infecciones respiratorias, trastornos cardiovasculares, alteraciones en el neurodesarrollo y asma», porque «sus cuerpos aún están en proceso de desarrollo» y «poco controlan los entornos en los que se encuentran».

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición al humo de segunda mano provoca 1,2 millones de muertes prematuras al año, de las cuales 65 000 son niños menores de 15 años.

«Sabemos, sin embargo, que muchísimos niños padecerán enfermedades inducidas por el tabaco de las personas que les rodean, por lo que quisimos cuantificar este problema a nivel global y regional, a fin de aportar evidencia que respalde políticas de control del tabaco más precisas», explicó Dai.

Para llevar a cabo el estudio —el primero a escala mundial que evalúa el impacto del humo de segunda mano (SHS) en menores de 14 años—, los autores analizaron los datos del Estudio de la Carga Global de Enfermedades, un amplio proyecto internacional que registra muertes atribuidas a enfermedades, lesiones y factores de riesgo en todo el planeta.

Una de sus métricas fundamentales es el año de vida ajustado por discapacidad (DALY), que refleja la carga total de enfermedad. En términos sencillos, un DALY equivale a un año de vida saludable perdido, ya sea por fallecimiento prematuro o por vivir con enfermedad o discapacidad.

Al revisar la información de más de 200 países y territorios, Dai calculó los años perdidos por exposición al humo de segunda mano en las principales categorías de enfermedad entre 1990 y 2021 en niños menores de 14 años y los comparó con el Índice Socio‑demográfico, que combina datos sobre economía, educación y tasa de fertilidad de las naciones como indicador del desarrollo social y económico.

Descubrió que, en 2021, la exposición al humo de segunda mano se relacionó con casi 8,45 millones de años de vida saludable perdidos debido a infecciones respiratorias y tuberculosis, sobre todo en las regiones menos desarrolladas.

Concretamente, el humo contribuyó a 3,79 millones de DALYs por infecciones respiratorias bajas (bronquitis aguda, neumonía), 0,8 millones por infecciones de oído y 3,86 millones por infecciones pulmonares y tuberculosis a nivel mundial entre los niños.

Los investigadores confirmaron que el humo de tabaco sigue constituyendo un riesgo grave para la salud infantil en todo el mundo, pero que el problema es particularmente acuciante en los países más pobres, donde las tasas de carga de enfermedad (medidas en DALYs) son mucho más elevadas.

«El impacto del humo de segunda mano sobre la salud respiratoria de los niños sigue siendo crítico, aunque en determinadas áreas del planeta los menores sufren más que en otras. Aquellos que viven en regiones con un índice de desarrollo socio‑económico bajo soportan una parte desproporcionada de esta carga de salud prevenible», advirtió Dai.

Para Dai, estos datos revelan que en esas naciones hay menor concienciación pública sobre los peligros del humo de segunda mano, hogares más superpoblados y con ventilación deficiente, y políticas de control del tabaco más débiles, unas condiciones «que conducen a una mayor exposición para los niños».

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