Salud

¿Cosas asombrosas?

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Como había sido mi amigo íntimo durante cuarenta años, lo visitaba a menudo y permanecía largo rato sentado a su lado.

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Cuco estaba condenado a fallecer asfixiado: padecía un edema pulmonar. Ya yacía en su casa, en la cama, consumiéndose segundo a segundo. Como había sido mi amigo íntimo durante cuarenta años, lo visitaba a menudo y permanecía largo rato sentado a su lado. Un día me dejó asombrado al decirme una frase que aún no creo haber captado del todo: «Le doy gracias a Dios por esta enfermedad, porque estoy entendiendo cosas que jamás había comprendido». Observe bien; él se encontraba en una habitación nebulizada, conectado a un tanque de oxígeno, respirando apenas, empeorando día tras día… ¡y agradeciendo a Dios por aquella terrible dolencia! «Compadre», le pregunté, «¿qué cosas estás comprendiendo…?». «¡Cosas maravillosas!», respondió al instante en voz alta, como si hubiese recibido un aliento especial que le impulsara a pronunciar con fuerza esas dos palabras.

Algún tiempo después terminé un libro escrito por un reconocido neurocirujano, un experto sin igual del funcionamiento de nuestra mente. El autor estuvo en coma durante una semana, al término de la cual despertó, y narra su experiencia mientras permanecía en un coma profundo provocado por una bacteria perniciosa llamada E‑Coli. Lo que describe en su obra son… ¡cosas maravillosas! Las mismas revelaciones que Cuco Dávila percibió en su agonía, también fueron vividas por este médico tras una semana de muerte cerebral. El libro se titula *La Prueba del Cielo*, y sobre ello otro doctor manifestó: «La experiencia cercana a la muerte del Dr. Eben Alexander es la más asombrosa que he escuchado en más de cuatro décadas estudiando este fenómeno. Él es una prueba viviente de la vida después de la muerte». —Raymond A. Moody M.D., Ph.D., en *Life after Life*.

Juan Pablo II dijo: «La religión no es una teoría ni una filosofía, es una relación personal con Dios». «Umbral de la Esperanza».

La fe es una OBRA: «LA OBRA QUE DIOS LES PIDE ES CREER AL QUE ÉL HA ENVIADO» (Juan 6, 29). Es entregarse y abandonarse libremente por amor (no por cumplir cláusulas de un contrato). Es lo que nos ha enseñado el Maestro. Por eso la fe será siempre un misterio de cooperación entre el Amor de Dios, que toma la iniciativa, y la libertad del hombre, que dice SÍ.

En efecto, la fe implica una constante reiteración. Es decir, decir «SÍ» una y otra vez, aun cuando no veas ni sientas nada. Incluso una fe auténtica puede sostenerse frente a la duda. Es decidir seguir confiando, sin importar lo que acontezca, sabiendo que: «La fe es un salto en la oscuridad, pero hacia COSAS MARAVILLOSAS».

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