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¿Quién es Sarah Mullally, la primera mujer que encabezará la Iglesia anglicana tras casi quinientos años?

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Por primera vez en casi cinco siglos, la Iglesia de Inglaterra ha designado a una mujer como su máxima autoridad.

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Por primera vez en casi cinco siglos, la Iglesia de Inglaterra ha designado a una mujer como su máxima autoridad. Sarah Mullally, de 63 años, ha sido nombrada la primera Arzobispa de Canterbury.

El Arzobispo de Canterbury es visto como el pastor principal de la Comunión Anglicana a nivel mundial. Además, ocupa un puesto relevante en la esfera pública, ya que tiene un escaño en la Cámara de los Lores del Parlamento británico. Esto le permite intervenir en debates, comentar sobre políticas públicas —incluidos temas de libertad religiosa— y asistir a actos de relevancia nacional.

En sus primeras declaraciones tras la confirmación, Mullally señaló que, aunque el cargo implica una “gran responsabilidad”, siente una “paz y confianza en que Dios la guiará”. Es la clériga número 106 en ejercer esa función y será investida en una ceremonia legal prevista para enero en la Catedral de Canterbury.

El puesto quedó vacante durante casi un año después de que su predecesor, Justin Welby, anunciara su dimisión tras la mala gestión de un escándalo de abuso sexual infantil que sacudió al Reino Unido. Una investigación independiente concluyó que el abogado y dirigente de un campamento cristiano, John Smyth —el abusador en serie más prolífico vinculado a la Iglesia—, podría haber sido llevado ante la justicia si Welby lo hubiese denunciado formalmente a la policía en 2013.

El escándalo conmocionó al país y generó demandas de reforma para la Iglesia de Inglaterra, cuya cabeza simbólica es el monarca británico.

“Hoy, en todo el territorio, nos enfrentamos a cuestiones morales y políticas complejas: el derecho de los pacientes con enfermedades terminales a decidir sobre su vida, nuestra respuesta a quienes huyen de la guerra y la persecución en busca de refugio, y las presiones sobre comunidades que han sido ignoradas y subestimadas. La profunda pregunta es quiénes somos como nación en un mundo que a menudo está al borde del abismo”, afirmó Mullally.

Aunque técnicamente el rey Carlos III es el jefe de la Iglesia de Inglaterra, el Arzobispo de Canterbury es el clérigo de mayor rango y el líder espiritual de la Comunión Anglicana mundial.

La Iglesia de Inglaterra cuenta con aproximadamente 20 millones de miembros bautizados, aunque se estima que menos de un millón asisten regularmente a sus servicios, según datos de 2022. La rama anglicana se estableció como iglesia estatal tras la ruptura de Enrique VIII con la Iglesia católica romana en la década de 1530.

Mullally no es una novata en romper moldes. En 1999, antes de ser ordenada sacerdotisa, se convirtió en la jefa de enfermería más joven de la historia de Inglaterra y se describe a sí misma como feminista. En 2002 fue ordenada sacerdotisa y, en 2018, se hizo la primera obispa de Londres, cargo que mantuvo siete años, convirtiéndose en la tercera clériga más veterana del cuerpo eclesiástico.

Las mujeres solo pueden ser sacerdotisas en la Iglesia de Inglaterra desde mediados de los años noventa y fueron autorizadas a convertirse en obispas a partir de 2014, tras largas disputas internas. No obstante, algunos obispos de alto rango se oponen abiertamente a que las mujeres ingresen al sacerdocio, y mucho menos a que dirijan la institución.

“La normativa obliga a que los Arzobispos de Canterbury se retiren a los 70 años, lo que quizás explique por qué algunos no veían a Sarah Mullally como una de las candidatas principales. Sin embargo, ha escrito historia”, comentó Aleem Maqbool, corresponsal de Asuntos Religiosos de la BBC.

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