Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
MIAMI (AP) — Las negociaciones de paz entre Israel y Hamás se reanudaron el martes en una localidad turística egipcia, coincidiendo con el segundo aniversario del inesperado asalto del grupo militante a Israel, que provocó un sangriento enfrentamiento que ha cobrado decenas de miles de vidas palestinas en Gaza.
El segundo día de charlas indirectas, que se lleva a cabo en el complejo vacacional del Mar Rojo de Sharm el‑Sheij, se centra en una iniciativa presentada la semana pasada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, destinada a poner fin al conflicto en Gaza.
Tras varias horas de diálogo el lunes, un funcionario egipcio con conocimiento de los debates informó que las partes acordaron la mayoría de los puntos de la fase inicial, entre los que se incluyen la liberación de rehenes y la instauración de un cese al fuego. El funcionario habló bajo condición de anonimato para referirse a las reuniones privadas.
El plan ha recibido un amplio respaldo internacional y Trump declaró a la prensa el lunes que consideraba que había una “muy buena oportunidad” de lograr un “acuerdo duradero”.
“Esto trasciende Gaza”, afirmó. “Gaza es un problema importante, pero en realidad se trata de la paz en Oriente Medio”.
El programa de paz de Trump
No obstante, aún quedan numerosas cuestiones sin resolver, como la exigencia de que Hamás se desarme y el futuro gobierno de Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha sostenido durante mucho tiempo que Hamás debe rendirse y desarmarse, pero Hamás aún no ha respondido si estaría dispuesto a hacerlo.
El proyecto contempla que Israel retire sus tropas de Gaza después de que Hamás quede desarmado y que se establezca una fuerza de seguridad internacional. El territorio quedaría bajo administración global, supervisada por Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair.
El conflicto se originó el 7 de octubre de 2023 cuando milicianos liderados por Hamás irrumpieron en el sur de Israel, matando a alrededor de 1.200 personas, mayormente civiles, y secuestrando a 251.
La devastadora guerra que siguió ha trastornado la política mundial, causado la muerte de 67.160 palestinos y cerca de 170.000 heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza, y ha dejado la Franja en ruinas.
El ministerio no distingue entre civiles y combatientes, pero indica que más de la mitad de los fallecidos eran mujeres y niños. Ese ministerio forma parte del gobierno encabezado por Hamás, y la ONU y numerosos analistas independientes consideran sus cifras como la estimación más fiable de las bajas en tiempos de guerra.
Un número creciente de expertos, incluidos los designados por un organismo de la ONU, han sostenido que la ofensiva israelí en la Franja equivale a genocidio, acusación que Israel rechaza categóricamente.
En la zona atacada por Hamás hace dos años, miles de israelíes se congregaron el martes para rendir homenaje a sus seres queridos asesinados y secuestrados. Una explosión proveniente de Gaza resonó en los campos mientras guardaban silencio, tras el lanzamiento de un cohete en el norte de la Franja. No se registraron daños ni heridos.
Mientras tanto, en la ciudad de Gaza, los habitantes informaron que los bombardeos israelíes continuaron hasta altas horas de la madrugada del martes, aunque no hubo reportes inmediatos de víctimas.
Una promesa de alivio humanitario
Antes de la reanudación de los diálogos el martes, el secretario general de la ONU, António Guterres, solicitó el cese de las hostilidades, que han generado “una catástrofe humanitaria de una magnitud que escapa a la comprensión”.
“La reciente propuesta del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, presenta una oportunidad que debe ser aprovechada para terminar este trágico conflicto”, señaló Guterres.
“Un alto al fuego permanente y un proceso político creíble son esenciales para evitar más derramamiento de sangre y allanar el camino hacia la paz. El derecho internacional debe respetarse.”
Los mediadores de Qatar y Egipto facilitaban las negociaciones, reuniéndose primero el lunes con miembros de la delegación de Hamás y después con los de Israel.
La delegación israelí incluía a Gal Hirsch, coordinador de rehenes y desaparecidos de la oficina de Netanyahu, mientras que los representantes de Hamás contaban con Khalil Al‑Hayya, principal negociador del grupo.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indicó el lunes que el enviado estadounidense, Steve Witkoff, y el yerno de Trump, Jared Kushner, estuvieron presentes para participar en las conversaciones y mantener informado al presidente.
No se pronunció sobre un plazo concreto para concluir los diálogos, pero destacó la importancia de “lograr esto rápidamente”.
Parte del plan prevé incrementar la ayuda humanitaria a Gaza, donde más de dos millones de palestinos enfrentan hambre y en algunas áreas se registra hambruna.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, comentó que la organización está lista para actuar.
“La maquinaria está preparada y lista para funcionar tan pronto como recibamos luz verde”, dijo Dujarric. “Hay decenas de miles de toneladas en la cadena de suministro listas para entrar” desde Jordania, el puerto israelí de Ashdod y otros lugares, agregó.
Rising informó desde Bangkok. Melanie Lidman en Reim, Israel, Sam Mednick en Tel Aviv y Edith M. Lederer en la ONU contribuyeron a esta nota.
Esta pieza fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
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