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Copenhague, 7 oct (EFE). – El físico británico John Clarke, uno de los tres galardonados este martes con el Premio Nobel de Física de este año, confesó su asombro al recibir el homenaje, entregado por la Real Academia de Ciencias de Suecia por sus descubrimientos en mecánica cuántica.
«Para decirlo suavemente, ha sido la sorpresa de mi vida», declaró Clarke por teléfono en la rueda de prensa del anuncio del premio en la sede de la Academia en Estocolmo.
Clarke y sus colaboradores, el francés Michel H. Devoret y el estadounidense John M. Martinis, recibieron el Nobel «por el hallazgo del efecto túnel cuántico macroscópico y la cuantización de la energía en un circuito eléctrico», a través de experimentos realizados a mediados de los años 80, según la resolución.
«Nunca imaginé que esto se convertiría en la base para ganar un Nobel ni que su repercusión sería tan enorme», admitió Clarke.
Clarke, que encabezó los ensayos, mostró gran gratitud por la cooperación de Devoret y Martinis: «Este descubrimiento no habría sido posible sin sus contribuciones».
Los resultados de los premiados han allanado el camino para el desarrollo, entre otras cosas, de transistores de microchips y de la nueva generación de tecnología cuántica, como la criptografía cuántica, los ordenadores cuánticos y los sensores cuánticos.
«La gente ha señalado que hay numerosas áreas de aplicación concreta, como los teléfonos móviles. Yo mismo utilizo el mío y sospecho que usted también lo hace. Una de las bases subyacentes para su funcionamiento es todo este trabajo», explicó Clarke al ser interrogado sobre la relevancia de sus descubrimientos y sus efectos.
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