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Bogotá, 7 de octubre (EFE).‑ El mandatario colombiano, Gustavo Petro, se traslada este martes a Bruselas, donde durante la semana entablará reuniones con autoridades de la Unión Europea y tomará parte en actividades vinculadas a la Cumbre CELAC‑UE que está programada para noviembre en la ciudad caribeña de Santa Marta.
En su estadía en la capital belga, según ha comunicado la Presidencia, el presidente intervendrá en el II Foro Global Gateway, previsto para el jueves y viernes, con la finalidad de “potenciar la conectividad mundial frente a los retos geopolíticos y geoeconómicos”.
En dicho foro se encontrarán, entre otros, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la alta representante de Asuntos Exteriores de la UE, Kaja Kallas, mientras que Petro hablará en calidad de jefe de Estado de Colombia y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Asimismo, está agendada una reunión bilateral entre Petro y von der Leyen, pues Colombia será la sede de la IV Cumbre CELAC‑UE, prevista para los días 9 y 10 de noviembre, en la que participarán los 33 países del bloque latinoamericano y caribeño junto a los 27 miembros de la Unión Europea.
El mandatario también asistirá al “Encuentro social de la migración de América Latina y el Caribe”, preparatorio de la cumbre que se celebrará en Santa Marta.
**Encuentro con exiliados víctimas de paramilitares**
En la agenda de Petro figura también su participación en una ceremonia de reconocimiento a víctimas forzadamente desplazadas de la Hacienda Bellacruz, una extensa finca ubicada en el departamento del Cesar (noreste), de la cual la familia Marulanda, que reclamaba la titularidad, asesinó o expulsó en 1996 a decenas de campesinos con apoyo de grupos paramilitares.
Algunas de las personas despojadas buscaron refugio en Bélgica y Petro se reunirá con ellas durante este viaje.
De acuerdo con el informe de la Comisión de la Verdad, “de este proceso, se exiliaron en Bélgica 37 personas en 1997, 1999 y años posteriores de forma gradual, de las cuales 22 eran adultas (9 mujeres y 13 hombres) y 15 niños y niñas (7 niñas y 8 niños). En el exilio nacieron 21 hijos e hijas, que forman la segunda generación que sigue sufriendo las consecuencias del conflicto y del exilio”.
A mediados de los años noventa, cuando la violencia política contra la izquierda colombiana se intensificaba, el presidente de entonces, Ernesto Samper, designó a Petro, quien había militado en la guerrilla M‑19, a un puesto diplomático en la Embajada de Colombia en Bruselas para evitar que fuera asesinado.
Petro llegó a Bruselas en 1996, cuando el embajador era, de manera casual, el exministro Carlos Arturo Marulanda, jefe de la familia que despojó a los campesinos de la Hacienda Bellacruz.
Tras las denuncias de las víctimas y de organismos de derechos humanos, Marulanda renunció en 1997 al cargo de embajador de Colombia ante Bélgica, Luxemburgo y la UE, por su implicación “en el desalojo forzado de 280 familias campesinas de tierras situadas en el Rancho Bellacruz, de las cuales él era parcialmente propietario”, según Amnistía Internacional.
Marulanda, prófugo de la justicia, fue detenido en 2001 en Madrid y extraditado a Colombia; pocos días después quedó libre y desapareció de la vida política.
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