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Washington. — El mandatario estadounidense Donald Trump afirmó el martes que está dispuesto a ampliar el tratado de libre comercio con México y Canadá, ya sea mediante una renegociación o explorando “acuerdos alternativos”, durante su encuentro con el primer ministro canadiense, Mark Carney, en la Casa Blanca.
La segunda visita de Carney a la Oficina Oval llega antes de la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T‑MEC), programada para 2026, y en un contexto en que una de las alianzas más longevas y amistosas del planeta se ha visto tensionada por la guerra comercial iniciada por Trump y sus insinuaciones de anexar Canadá.
El tratado de libre comercio modificado se aprobó durante la primera administración de Trump y permite que la mayor parte de los productos canadienses y mexicanos ingresen a EE. UU. sin aranceles. Sin embargo, el presidente republicano ha dejado claro desde su regreso al poder que desea reconfigurar la relación, mostrando ambivalencia respecto al proceso, pues considera que podría mejorar la posición de la unión norteamericana.
“Podríamos renegociarlo, y eso sería positivo, o simplemente podemos establecer pactos diferentes”, comentó. “Tenemos la capacidad de crear acuerdos distintos si lo deseamos. Podríamos alcanzar acuerdos más ventajosos para cada nación”.
Estas palabras indican que Trump está preparado a mantener la incertidumbre sobre el futuro del tratado.
Carney llegó a la reunión con la expectativa de aliviar los aranceles específicos de EE. UU. a varios sectores. Existe preocupación en Canadá acerca del destino del T‑MEC, esencial para la economía del país, ya que más del 75 % de sus exportaciones se dirigen a Estados Unidos.
Trump mostró simpatía por Carney, algo que no hizo con su predecesor, Justin Trudeau, pero señaló que existe un “conflicto natural” entre ambas naciones, punto en el que el primer ministro discrepa.
“Queremos que a Canadá le vaya de maravilla”, dijo Trump. “Pero, sabes, también hay un momento en que queremos el mismo beneficio”.
Al ser interrogado sobre por qué EE. UU. y Canadá no han cerrado un acuerdo comercial, Trump respondió que la situación es compleja.
“Tenemos un conflicto natural”, comentó. “También compartimos afecto mutuo”.
Carney no estuvo de acuerdo con la palabra “conflicto”. “Hay áreas en las que competimos, y en esas zonas debemos alcanzar un pacto funcional. No obstante, hay más campos donde somos más fuertes conjuntamente, y allí centramos nuestros esfuerzos”.
Las declaraciones de Trump acerca de convertir a Canadá en el estado 51 de EE. UU. y sus aranceles han generado en los canadienses una sensación de traición. El martes, al iniciar su intervención, el estadounidense bromeó sobre una supuesta “fusión” entre ambos países.
Las relaciones de Washington con su vecino y aliado Canadá se encuentran en un punto bajo. “ Hemos atravesado altibajos, pero este es el nivel más bajo en la historia de nuestras relaciones que puedo recordar”, afirmó Frank McKenna, exembajador canadiense en EE. UU. y actual vicepresidente de TD Bank.
Carney ha sostenido que el T‑MEC representa una ventaja para Canadá cuando la unión norteamericana impone condiciones para acceder a su mercado.
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