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Cinco deficiencias asombrosas del Politécnico Santa Ana en Gualey

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Creado en 1989, este centro escolar ha superado la falta de recursos materiales gracias a la riqueza humana que transforma vidas.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

En el núcleo del barrio Gualey, una de las zonas más vulnerables del Distrito Nacional, el Politécnico Rosario Santa Ana se ha convertido en un faro de esperanza, enseñanza técnica y expresión artística para más de 500 alumnos. Creado en 1989, este centro escolar ha superado la falta de recursos materiales gracias a la riqueza humana que transforma vidas.

José Antonio Contreras, egresado del instituto, ingeniero electricista y coordinador de la modalidad técnico‑profesional, lleva 18 años como docente en el taller de instalaciones eléctricas. “Ha sido un camino extenso, primero como estudiante, luego como profesor y ahora como directivo, devolviendo parte de lo que recibí en la educación”, afirma.

El plantel matricula a 525 estudiantes distribuidos entre las rutas técnico‑profesional y artística. Las especialidades abarcan procesos gráficos, instalaciones eléctricas, equipos electrónicos, gestión administrativa y tributaria, desarrollo de aplicaciones informáticas, soporte de redes, refrigeración y climatización. En el segmento artístico se imparten artes visuales y música.

“No obstante, contamos con equipos donados por la administración de Joaquín Balaguer, preparando a los jóvenes de la promoción 2025”, lamenta el docente, quien señala las cinco carencias más graves del centro en Gualey:

* Insuficiencia de aulas: Cada año, más de 600 jóvenes desean ingresar, pero solo 240 son aceptados por la falta de espacio físico. Se requieren al menos seis aulas más.
* Equipos desactualizados: Los talleres trabajan con máquinas que datan de 1992, limitando la capacitación técnica actual en áreas como electricidad, informática, comercio y refrigeración.
* Ausencia de comedor escolar: Los 468 alumnos de la tanda extendida deben almorzar en pasillos y salones de actos por no disponer de un comedor adecuado.
* Filtraciones y deterioro: Las aulas sufren graves filtraciones que afectan la salud y complican la labor docente, sobre todo cuando llueve.

Contreras subraya que el Politécnico ha sido testigo de innumerables historias de superación: “Lograr sacar a esos jóvenes de barrios marginados y llevarlos a ocupar puestos relevantes en empresas nacionales e internacionales es un gran logro”. También reconoce los retos sociales, como casos de abuso y maltrato infantil, que exigen intervención y vigilancia de las autoridades competentes.

Arte que habla

Jorge Jerónimo Jiménez, coordinador del bachillerato en artes y también egresado del centro, dirige la área artística. En el recorrido por el Politécnico, los visitantes pueden observar esculturas como la imagen de Santa Ana en Gualey, murales creados por estudiantes de artes visuales y jóvenes músicos ensayando con sus partituras.

“Aquí no se enseña música de oído, sino con lectura musical”, explica Jiménez, resaltando el rigor y la pasión que caracterizan a sus alumnos.

Jorge Jerónimo Jiménez, arquitecto y coordinador del bachillerato en artes, lamenta que muchos jóvenes se desanimen por la idea de que el artista siempre termina pobre. “Nuestra matrícula debería ser mayor, pero la sociedad ha vendido ese mito. Sin embargo, aquí trabajamos para cambiar esa mentalidad”, afirma.

El Politécnico acompaña a sus estudiantes más allá del aula. “Tratamos de ayudarlos a progresar y, si sobresalen, les gestionamos becas”, explica Jiménez. Un ejemplo es una egresada que el pasado 22 de septiembre ingresó a la reconocida Escuela de Diseño de Chavón gracias a una beca obtenida por sus méritos artísticos.

Educadores que inspiran

Desde su ingreso en 2017 como monitor, Jiménez ha visto florecer talentos. “Dicté dibujo arquitectónico y técnico, y ahora en la universidad me encuentro con exalumnos que estudian arquitectura. Eso me confirma que estamos sembrando en tierra fértil”, comenta con orgullo.

Más allá del arte: formación integral

Además de las disciplinas artísticas, el Politécnico incluye el emprendimiento como asignatura, fomentando la autonomía y visión empresarial en sus estudiantes. Jóvenes que antes veían el arte como un sueño lejano, hoy lo abrazan como una carrera viable y digna.

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