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MIAMI, Estados Unidos. – El canciller del Gobierno cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, imputó a Washington este miércoles el ejercicio de “presiones intimidatorias y engañosas” sobre gobiernos — especialmente de América Latina y Europa — para cambiar su voto tradicional a favor de la resolución anual en la Asamblea General de la ONU que exige el cese del embargo.
“Poseemos datos fehacientes sobre las presiones de carácter intimidatorio y falaz que está desplegando el Gobierno de Estados Unidos sobre diversas naciones”, sostuvo el ministro de Relaciones Exteriores, al anunciar la discusión y la votación programadas para los días 28 y 29 de octubre. En una rueda de prensa en La Habana, describió este accionar como “un despliegue extraordinario, totalmente inusual, tal vez sin precedentes”, acompañado de “una campaña difamatoria, mentirosa, de infoxicación”.
La agenda de la Asamblea General confirma que el punto “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba” se tratará a finales de este mes.
Rodríguez aseveró que exhibirá “pruebas irrefutables de esta campaña que transcurre con inusitada intensidad en este momento y que se remonta a las dos últimas semanas”. Entre esas evidencias, mencionó “el despacho cablegráfico de la agencia Reuters” que, basándose “en documentos del Departamento de Estado”, desveló “la estrategia activa del Departamento de Estado para coaccionar a varios gobiernos y alterar su posición” en la ONU.
“Fue una revelación oportuna que incluía fragmentos de la comunicación del Departamento de Estado a los gobiernos”, indicó. El pasado 5 de octubre, Reuters informó que el Departamento de Estado de EE. UU. había ordenado a diplomáticos estadounidenses presionar a sus aliados para que votaran en contra o se abstuvieran en la resolución, justificando esta gestión con la alegación de que entre 1.000 y 5.000 cubanos habrían sido reclutados por Rusia para combatir en Ucrania.
El canciller aseguró tener en su poder dos comunicaciones de Washington, fechadas el 8 y el 17 de octubre. Según su descripción, en una de ellas se lee que “no existe ningún bloqueo contra Cuba” y se conmina a los gobiernos a modificar su voto: “Lo instamos a rechazar esta resolución”. “Dice textualmente: ‘En el ámbito internacional Cuba socava activamente la paz y la seguridad'”, agregó Rodríguez Parrilla, quien catalogó los textos de “mendaces y calumniosos”.
En una nota posterior, Reuters señaló que La Habana había desmentido rotundamente la versión de la existencia de tropas cubanas luchando en Ucrania y difundió datos sobre procesos judiciales por mercenarismo iniciados desde 2023, como respuesta a las filtraciones sobre el cable estadounidense.
En varias ocasiones, Rodríguez elevó el tono contra Washington: “Lo que está haciendo el Departamento de Estado, su secretario de Estado [Marco Rubio], algún subsecretario, no es diplomacia. No es diplomacia”.
“Es una coacción basada en argumentos en los que nadie confía y que nadie va a creer, para intentar distorsionar el debate”, con el fin de “evitar que la comunidad internacional se centre en las graves violaciones a los derechos humanos de los cubanos que representa el bloqueo”, manifestó el funcionario.
El canciller también defendió su postura de que las sanciones son el factor crucial de la crisis: “Estamos prestos a debatir sobre este tema (…) para demostrar que sí: el bloqueo es la causa principal de los problemas de nuestra economía, y el obstáculo fundamental para nuestro desarrollo”.
Sin embargo, esa afirmación discrepa con el propio cable citado por Reuters, que atribuye los problemas internos cubanos a la “corrupción gubernamental” y no a las sanciones, un argumento respaldado por Estados Unidos.
Rodríguez dedicó una parte de su declaración a leer pasajes de una misiva que, según afirmó, fue enviada a cancilleres y embajadores de diversos países, con “amenazas directas” que conectarían el voto en la ONU con “aranceles comerciales”, “sanciones de privación de visados” y otras cuestiones bilaterales.
“Concluye con la amenaza más explícita que he presenciado en esta brutal campaña de cañoneras”, leyó: “Espero que usted conceda una consideración total y adecuada a esta carta (…) de conformidad con los estatutos, reglamentos y autoridades legales aplicables”.
El jefe de la diplomacia del régimen cubano también desestimó el supuesto apartado del documento estadounidense que presenta a “Cuba [como] una amenaza a la paz y la seguridad internacionales”, e inquirió el uso del tema Ucrania para justificar las presiones.
“La enorme patraña del supuesto involucramiento de Cuba en el conflicto en Europa (…) dice: ‘Hasta 20.000 ciudadanos cubanos han sido reclutados’. Todo el mundo sabe que eso es una falsedad”, sostuvo.
Con todo, Cuba sería, después de Corea del Norte, la nación que más personal ha suministrado a las fuerzas rusas en la guerra contra Ucrania, con hasta 7.000 nacionales desplegados como mercenarios, según un reportaje de The Washington Times. La cifra forma parte de estimaciones citadas por el periódico, que además recoge que cerca de 20.000 cubanos habrían formalizado contratos para luchar por Rusia, aunque no todos habrían sido enviados al frente.
El medio recoge las declaraciones de Ruslan Spirin, representante especial de Ucrania para América Latina. También precisa que la mayoría de los reclutados ha sido asignada a zonas de apoyo, si bien un número creciente combate en primera línea.
Estimaciones ucranianas sitúan las bajas cubanas entre 200 y 300. Para Spirin, el incentivo ha sido económico: “Rusia ha enlistado a jóvenes cubanos y los ha seducido con promesas falsas de trabajo y ciudadanía. Muchos han terminado como carne de cañón en las trincheras”, declaró. El periódico añade que la retribución prometida rondaría los 2.000 dólares mensuales, una cifra “abrumadora” si se compara con un salario promedio en la Isla de unos 300 dólares anuales.
La Habana ha negado que el envío de sus ciudadanos forme parte de una política estatal. Aun así, Spirin afirmó: “El Gobierno cubano insiste en que no está implicado. No obstante, los hechos demuestran que la red sigue activa y que los cubanos continúan llegando al frente ruso”.
The Washington Times señala que la actividad en redes sociales de cubanos al servicio de Rusia parece asimilar los relatos propagandísticos de Moscú. Cita, por ejemplo, una escena televisiva en la que un recluta cubano escribe “Hasta la vista, baby” sobre municiones dirigidas a Ucrania.
El reportaje también menciona casos como el de Michael Valido, cubano de 31 años fallecido en Ucrania, que aspiraba a viajar a Brasil o Nicaragua para, en última instancia, emigrar a Estados Unidos.
En septiembre pasado, asesores del Gobierno ucraniano y legisladores de Kiev denunciaron que unos 20.000 ciudadanos cubanos habrían sido reclutados por Rusia para combatir en la guerra contra Ucrania.
Vladyslav Vlasyuk, asesor del presidente Volodímir Zelenski en materia de sanciones, afirmó: “Actualmente estamos hablando de, al menos, unos 20.000 mercenarios cubanos combatiendo contra Ucrania”. Y agregó: “Hemos logrado identificar físicamente a más de 1.000 de estos mercenarios”.
Por su parte, el MINREX aseguró en un comunicado del pasado 11 de octubre que el Gobierno cubano no tenía injerencia en el conflicto armado entre Rusia y Ucrania.
“Nuestras autoridades carecen de información exacta sobre nacionales cubanos que por voluntad propia han participado o participan en las fuerzas militares de ambas partes en el enfrentamiento bélico”, indica la nota oficial.
Según La Habana, es “irrefutable” que ninguno de los cubanos identificados en Ucrania “cuenta con el estímulo, el compromiso o el consentimiento del Estado cubano para sus acciones”.














