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Colombia. Los Estados Unidos de América han ejecutado un bombardeo frente a la costa del Pacífico colombiano como parte de la estrategia de lucha contra el narcotráfico.
Estados Unidos ha dado un paso trascendental en sus relaciones bilaterales con Colombia al disponer la inclusión del presidente Gustavo Petro en la llamada ‘Lista Clinton’, oficialmente conocida como la Lista de Nacionales Especialmente Designados y Personas Bloqueadas (SDN), que gestiona la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), bajo la égida del Departamento del Tesoro de EE. UU.
Esta disposición, hecha pública el 24 de octubre de 2025, se fundamentó en acusaciones vinculadas a actividades de drogas ilícitas y ha desencadenado de forma inmediata una profunda crisis a nivel diplomático y político.
La OFAC es la responsable de esta designación, un organismo facultado para actuar sin la necesidad de una condena judicial previa. Es suficiente que la Oficina reúna indicios probatorios que permitan concluir que una persona u organización representa una amenaza o participa en actividades lesivas para la seguridad o la economía estadounidense.
El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, justificó la medida punitiva con declaraciones contundentes, apuntando directamente al jefe de Estado colombiano. Bessent sostuvo que, desde la asunción de Petro al poder, “la producción de cocaína en Colombia se ha disparado a cifras inéditas” e “inundando los Estados Unidos”. Además, acusó al presidente Petro de haber “posibilitado la proliferación de los carteles de la droga y de negarse a poner freno a esta actividad”.
Las implicaciones para aquellos que terminan en la ‘Lista Clinton’ son sumamente severas:
Esta sanción se produce tras varias semanas de una intensa escalada en el tono y de acciones de castigo por parte de la administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
La tensión se hizo palpable cuando Trump acusó a Petro de ser el supuesto “cabecilla del narcotráfico” en Colombia, calificándolo de un “matón y un tipo despreciable que genera muchísima droga”. El mandatario estadounidense enfatizó que el narcotráfico se había transformado en el principal negocio colombiano y anunció que, a partir de ese momento, anularía “cualquier tipo de pago o ayuda” que se brindaba a Colombia, catalogando estos subsidios como una “estafa mantenida en el tiempo”. Estas declaraciones ya habían conducido, en septiembre de aquel año, a la descertificación de Colombia en la lucha antidrogas por parte de EE. UU., situándolo junto a naciones como Venezuela y Bolivia.
La ofensiva de Washington también involucró una acción de corte militar en el Pacífico, que consistió en el bombardeo de diez presuntas ‘narcolanchas’, una operación que el gobierno colombiano cuestionó, sugiriendo que algunos de los ataques habrían ocurrido en aguas bajo soberanía colombiana.
La reacción del presidente Gustavo Petro ante la sanción fue instantánea y enérgica, al defender su honor y la estrategia que su gobierno mantiene contra las drogas.
En una declaración oficial, Petro calificó la medida como una “paradoja”, dada su trayectoria de décadas, según sus propias palabras, luchando “con eficacia” contra el crimen organizado derivado del narcotráfico. El presidente colombiano respondió a través de sus plataformas digitales, específicamente en X.
“Esto evidencia que todo imperio opera con injusticia y que su guerra contra las drogas es una farsa enfocada en la venta de armas. (…) Combatir el narcotráfico durante años y con resultados tangibles me granjea esta medida por parte del gobierno de la sociedad que tanto apoyamos al buscar contener el consumo de cocaína. Una ironía, sin duda, pero ni un paso atrás y nunca doblegaremos la rodilla”, sentenció.
Petro también hizo saber que contratará los servicios del abogado Dany Kovalik en Estados Unidos para gestionar su defensa legal. Respecto a las imputaciones de inacción, el presidente contraatacó a Trump, asegurando que su gobierno ha desmantelado 17.000 laboratorios de cocaína y que el verdadero problema reside en los “centros de consumo de EE. UU.”, que es donde finalmente se comercializa la droga.
La sanción fue recibida con beneplácito por parte de la oposición colombiana. El precandidato republicano Bernie Moreno se pronunció con un mensaje crítico, y otros precandidatos coincidieron al señalar la gravedad de aparecer en la Lista OFAC, haciendo hincapié en que una decisión de esta magnitud solo se toma tras una exhaustiva investigación.















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