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La Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) reanuda el 28 y 29 de octubre las discusiones en torno al embargo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos (EE. UU.) a Cuba. Esta política, en vigor por más de seis décadas, ha sido condenada repetidamente por la comunidad global.
La delegación cubana en el foro de 193 miembros está encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla. Es la trigésimo cuarta vez que se somete a votación un borrador de resolución que solicita el cese de este cerco, calificado como el más largo de la historia moderna. Funcionarios cubanos sostienen que esta medida obstaculiza primordialmente el avance nacional y vulnera los derechos humanos de su población.
Durante su estancia en Nueva York, Rodríguez denunció que Washington ejerció presión diplomática sobre varias naciones, particularmente en Latinoamérica y Europa, intentando alterar su votación tradicional de apoyo al texto propuesto.
El ministro declaró que estas maniobras forman parte de una campaña más amplia de “guerra informativa” diseñada para falsear la imagen de Cuba ante el escenario internacional. También alertó sobre una intensificación de las tácticas de coacción económica, específicamente en la persecución financiera y las restricciones impuestas a las firmas que suministran combustibles a la isla.
El Ejecutivo cubano también ha señalado el efecto acumulativo del bloqueo en áreas esenciales como sanidad, víveres, energía y transporte. Solo durante el último año, las pérdidas se calcularon en más de siete mil quinientos millones de dólares, lo que implica un alza del 49% respecto al periodo previo.
A esto se suma la inclusión de Cuba en la nómina unilateral de países patrocinadores de terrorismo, una acción que agrava las dificultades financieras y comerciales establecidas por Washington. Las autoridades cubanas consideran esta inclusión como infundada y con claros motivos políticos.
Se anticipa que cerca de 49 representaciones tomarán la palabra en la sesión de este año para exponer sus posturas. El Gobierno de Cuba ha reiterado su compromiso de seguir defendiendo su soberanía en todos los foros multilaterales y ha llamado a la comunidad internacional a mantener una actitud firme ante una política que califica de prolongada e injusta.
El documento presentado por Cuba ante la Asamblea General argumenta la naturaleza extraterritorial del bloqueo y cómo contraviene el derecho internacional y los preceptos de soberanía e igualdad entre los Estados. Esta resolución ha recibido respaldo durante décadas de agrupaciones como el Movimiento de Países No Alineados, la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.















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