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Miami. Los progresistas se enfrentan este martes a una prueba crucial con la candidatura de Zohran Mamdani a la alcaldía de Nueva York y la de la legisladora Mickie Sherrill para el gobierno de Nueva Jersey. Ambos estados son tradicionalmente un bastión del partido, pero hoy están bajo el fuego de los conservadores y del presidente Donald Trump, quienes buscan retratar a la oposición como un grupo extremista que amenaza a Estados Unidos.
La atención se centra, ante todo, en Mamdani, el asambleísta estatal de 34 años que ha generado gran expectación desde que superó en las primarias al veterano político Andrew Cuomo, a pesar de su escasa trayectoria. Trump ha señalado a este carismático demócrata, de fe musulmana y autodefinido socialista, como el ejemplo del giro hacia el “comunismo” que, según él, ha dado el Partido Demócrata. Para Trump, estos comicios representan un referéndum sobre la dirección que tomará el electorado, a un año de las elecciones intermedias de 2026.
Los sondeos parecen favorecer a Mamdani. Según el promedio de Decision Desk HQ, el aspirante demócrata ostenta entre un 44% y un 45% de apoyo, en comparación con el 32% de Cuomo, exgobernador de Nueva York; el contendiente republicano, Curtis Silwa, queda tercero, con entre un 15% y un 19% de intención de voto.
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No obstante, en las últimas semanas, Cuomo ha conseguido reducir la brecha. Una encuesta de Atlas Intel muestra que, aunque el demócrata tiene un 43.9% de apoyo, el independiente llega a la jornada electoral con un 39.4%, lo que reduce su desventaja a un solo dígito.
Trump no solo ha advertido que si un “comunista” gana la alcaldía de Nueva York sería “complicado remitir fondos federales”, sino que también ha amenazado con “desplegar efectivos” si es necesario, o con “detener” a Mamdani si obstaculiza las operaciones del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).
“Es una estrategia política y presupuestaria; condicionar las transferencias federales para intentar frenar a un favorito local es algo nunca visto”, comenta a EL UNIVERSAL el estratega político Hernán Molina. “Son simples fanfarronadas. En el ámbito legal hay límites, pero sí establecen una narrativa y obligan a reaccionar al *establishment* neoyorquino”, añade Molina.
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Los republicanos, y el propio Cuomo, han centrado sus esfuerzos en infundir temor entre los votantes sobre lo que implicaría el triunfo de un “inexperto”, una figura que consideran “fuertemente polarizadora”.
Han desempolvado las declaraciones del aspirante demócrata críticas con Israel —en una ciudad con una comunidad judía influyente— o su renuencia a tachar de regímenes dictatoriales a Cuba o Venezuela. Los conservadores sostienen que estas posturas definen el núcleo del Partido Demócrata actual.
Incluso entre los mismos demócratas hay divergencias. Mientras figuras de la izquierda como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio Cortez han manifestado su respaldo firme a Mamdani, otros, como el expresidente Barack Obama, han marcado distancia.
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En las calles, el sentir es variado. Los reportes indican que votantes de mayor edad tienden a favorecer a Cuomo por su “experiencia” y su posición respecto al antisemitismo, mientras que los jóvenes de 25 a 34 años se inclinan masivamente por Mamdani, muchos argumentando que es “la primera vez que un candidato realmente me representa”.
Mamdani defiende su propuesta de hacer de Nueva York una ciudad con vivienda accesible, incluyendo control de alquileres (una especie de congelamiento), más guarderías y transporte en autobús gratuito. Sin embargo, la Citizens Budget Commission advierte que la Autoridad Metropolitana de Transporte del Estado de Nueva York (MTA) arrastra fuertes pérdidas por evasión de tarifas (cerca de mil millones de dólares en 2024), y cualquier plan de “autobús gratuito” debe ajustarse a una restricción fiscal real. Analistas como Nicole Gelinas enfatizan el riesgo de generar un déficit de ingresos y señalan que el plan de vivienda del demócrata no es financieramente viable a largo plazo.
Cuomo, en contraste, promete un retorno al “orden y la experiencia”: más agentes de policía, políticas favorables a las empresas…
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En Nueva Jersey, la situación de Sherrill es aún más delicada: según la encuesta de AtlasIntel, la demócrata apenas supera al empresario y exlegislador republicano Jack Ciattarelli por un punto porcentual (50% frente a 49%).
Sherrill se presenta como la antítesis de las directrices de Trump, mientras que Ciattarelli promete reducciones de impuestos y una postura firme en materia migratoria y contra la delincuencia.
Para *The Economist*, la contienda en Nueva York es particularmente un “test sobre la capacidad de Trump para influir en las decisiones municipales y una exhibición del poder de un progresismo urbano que, de gobernar, deberá lidiar con realidades financieras y legales menos flexibles que un discurso de campaña”.
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Molina declara a este periódico que la elección de hoy también es un choque de “temores” ciudadanos.
Independientemente de si Mamdani gana este martes, como parece lo más probable, las grandes interrogantes son: ¿Hasta dónde podrá ejercer su gobierno? ¿Será su victoria lo suficientemente contundente para enviar un mensaje sobre la dirección que los votantes desean para el Partido Demócrata? Junto con la elección de Nueva Jersey, la oposición podría tener hoy una visión más clara sobre su camino a seguir, los peligros de una radicalización y lo que piensa el electorado sobre ellos en este momento, frente al discurso MAGA.














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