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A mediados de agosto, el gobernador Gavin Newsom se acercó al atril en la central del Partido Demócrata estatal con la seguridad de quien se sabe en el lado correcto de la historia, declarando sin ambages que California tenía el deber moral de sabotear el esfuerzo del presidente Trump por inclinar la balanza del Congreso.
Durante los siguientes dos meses y medio, Newsom se erigió como el rostro visible de la Propuesta 50, una iniciativa ideada para facilitar que los demócratas tomen el control de la Cámara de Representantes de EE. UU. mediante la alteración temporal de los distritos congresionales californianos.
Newsom impulsó esta medida a pesar de que las primeras encuestas reflejaban un apoyo modesto para la reconfiguración de distritos electorales.
Con las elecciones del martes acercándose, el destino de la Propuesta 50 llega en un punto álgido para Newsom, quien admitió públicamente la semana pasada que contempla una posible candidatura presidencial en 2028. El resultado pondrá a prueba no solo su olfato político, sino también su capacidad para concretar una propuesta que ha capturado la atención mediática nacional sobre él.
Desde el inicio, Newsom combinó su firmeza con prudencia.
“Soy consciente del arduo camino que tenemos por delante”, manifestó Newsom en agosto, poco después de que los legisladores incluyeran la Propuesta 50 en la papeleta.
Este era un terreno conocido para un gobernador cuya trayectoria se ha forjado a base de arriesgadas jugadas políticas. Siendo alcalde de San Francisco, su decisión de autorizar matrimonios igualitarios en 2004 lo convirtió en un referente del progresismo. También generó críticas de haber estimulado la movilización conservadora en las presidenciales de ese año, que concluyeron con la reelección de George W. Bush.
Como recién electo gobernador del estado, paralizó la pena capital en 2019, a pesar de que los electores habían rechazado dos veces propuestas para mantenerla, calificándola como un sistema oneroso y sesgado que “no imparte justicia”, un acto que indignó a las fuerzas del orden y a los familiares de las víctimas. Su decisión de debatir con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en un encuentro televisado en horario estelar en 2023, organizado por Sean Hannity en Fox News, pretendía exhibir su manejo de temas políticos y su agilidad, pero resultó un fracaso rotundo ante una andanada de descalificaciones.
Con la Propuesta 50, Newsom apostó una carta que podría definir su carrera, sin conocer aún el desenlace. De cara a la votación especial del martes, los sondeos sugieren que quizás acertó en su cálculo. Seis de cada diez posibles votantes respaldan la Propuesta 50, según una encuesta del Instituto de Estudios Gubernamentales de UC Berkeley, coauspiciada por The Times.
“¿Sabes? No todos se habrían atrevido”, comentó el experimentado estratega demócrata Gale Kaufman. “Vio la incertidumbre y la afrontó”.
De ser aprobada por los electores, la medida electoral reestructuraría los distritos de California para favorecer a los demócratas a partir de los comicios intermedios de 2026, buscando contrarrestar los intentos republicanos de manipular los mapas para asegurar más escaños. California presentó esta iniciativa en respuesta a la presión ejercida por Trump y su equipo político sobre los estados gobernados por republicanos para que rediseñaran sus zonas electorales y así ayudar a los conservadores a mantener la Cámara de Representantes.
El delicado equilibrio de poder en la Cámara determinará si Trump podrá impulsar su agenda durante sus dos últimos años en el cargo, o si se enfrentará a una mayoría demócrata envalentonada que podría cuestionar, o incluso investigar, a su administración.
Mientras que los detractores del gobernador lo ven como un político ambicioso que busca notoriedad e influencia, sus defensores sostienen que este es el Newsom habitual: seguro de sí mismo, dispuesto a tomar riesgos y a defender sus convicciones cuando cree tener razón. Recibió fuertes críticas de sus propios aliados políticos al invitar al conservador Charlie Kirk a su primer pódcast este año, donde Newsom catalogó de “profundamente injusto” que las deportistas transgénero compitieran en categorías femeninas. Tras el asesinato de Kirk, Newsom solía aludir a esa entrevista con orgullo, rememorando las reprimendas recibidas de su propio partido por convidar a alguien afín a Trump.
En los últimos meses, Newsom cerró un acuerdo para estabilizar refinerías de petróleo en apuros, presionó a las ciudades para que erradicaran los campamentos de indigentes y sugirió retirar la cobertura sanitaria a los inmigrantes sin papeles; una serie de decisiones que han puesto a prueba su popularidad entre los más progresistas. Sus partidarios argumentan que estas acciones exhiben su pragmatismo, mientras que sus críticos señalan que reflejan una inclinación hacia el centro ante una posible contienda presidencial.
“En muchos aspectos, no es un político cauteloso”, mencionó Jessica Levinson, catedrática de Derecho en la Facultad de Derecho Loyola. “Su rasgo distintivo son las resoluciones firmes y audaces”.
Con la Propuesta 50, Newsom ha enmarcado la reasignación de distritos como una obligación moral, argumentando que los estados liderados por demócratas deben replicar la táctica, aun si eso implica suspender un proceso de rediseño territorial estatal autónomo, visto mayoritariamente como un ejemplo a seguir. Esta medida altera un sistema que los californianos apoyaron abrumadoramente para mantener la política fuera de la confección de los mapas electorales.
Levinson indicó que la proyección de Newsom ha crecido a la par que los números de la Propuesta 50 en las encuestas, gracias a su participación en programas televisivos nacionales como “The Late Show with Stephen Colbert” y su aparición en un comercial a favor de la medida junto al expresidente Obama, la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren y otros demócratas destacados, emitido durante las Series Mundiales.
“Estamos debatiendo la Propuesta 50 a nivel nacional”, afirmó Levinson. “Y es muy complejo hablar de la Propuesta 50 sin mencionar que el gobernador Newsom de California ha encabezado la iniciativa para su éxito”.
Los republicanos de California han tildado la propuesta de errónea, sosteniendo que la respuesta retaliatoria establece una dinámica peligrosa que minaría el proceso imparcial de redistribución de distritos, elegido dos veces por los votantes californianos.
“Cuando se usa el mismo método destructivo, el mundo entero se incendia”, declaró el congresista californiano Kevin Kiley (republicano de Rocklin), cuyo distrito sería modificado bajo la Propuesta 50. “Newsom intenta señalar la mala manipulación de distritos de Texas, pero lo que California propone es un amaño beneficioso porque de algún modo lo neutraliza… Sencillamente, creo que la manipulación de distritos es reprobable. Está mal en Texas y está mal en California”.
Kiley apuntó que Newsom nunca ha rehuido el foco nacional, “ni se ha abstenido de perseguir metas abiertamente partidistas”.
“Es indudable que ha aprovechado esta ocasión para hacer ambas cosas”, señaló Kiley.
Desde el principio, el plan de rediseño territorial tuvo un respaldo tibio. Luego, sobrevino una oleada de promoción por parte de sus defensores, cargada de aseveraciones sobre el supuesto fraude electoral de Trump.
Los promotores de la Propuesta 50 recaudaron más de cuatro veces lo que sus opositores en las semanas recientes, según los reportes de financiación de campaña presentados al estado por los tres comités principales que impulsan la medida. Los partidarios reunieron tal caudal de fondos que Newsom les dijo: “Ya pueden dejar de aportar”.
Analistas políticos sugieren que la controversia sobre la reasignación de distritos le ha proporcionado a Newsom lo que todo político con ambiciones desea: un relato. Le ha permitido posicionarse como defensor de la democracia y, a la vez, reactivar a sus donantes. Este mensaje se intensificó cuando funcionarios del gobierno de Trump informaron que, a solicitud del Partido Republicano estatal, supervisarían los centros de votación en varios condados de California, provocando que Newsom acusara al equipo de Trump de “acoso a votantes”.
El estratega republicano Rob Stutzman comentó que la campaña le brindó a Newsom algo que le había costado encontrar: “un enfrentamiento genuino” con Trump que resuena más allá de California.
“Y creo que le ha sido favorable a nivel nacional”, dijo Stutzman. “Pienso que le ha beneficiado en cierto modo, independientemente del resultado, pero si pierde, dañará su imagen de triunfador y habrá bastantes donantes decepcionados”.
Si bien Newsom ha presentado la iniciativa como algo positivo para el país, Stutzman indicó que es evidente que la Propuesta 50 ha sido especialmente ventajosa para el gobernador.
“La ha utilizado para sus propios fines con gran eficacia”, concluyó Stutzman. “Si llega a ser el postulante (presidencial), se podría sostener que esto fue un componente fundamental de su ascenso”.















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