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ROSEMONT, Illinois, EE.UU. (AP) — El jefe de la Patrulla Fronteriza al frente de una ofensiva contra la entrada de personas sin papeles en Chicago elogió las enérgicas maniobras de sus agentes, las cuales generaron reacciones de los habitantes y pleitos legales.
Desde el empleo de agentes químicos hasta una incursión en un complejo de viviendas con helicóptero, Gregory Bovino defendió el proceder del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), calificándolo de adecuado y forzoso ante lo que él considera son peligros a los que se expusieron sus efectivos en la tercera metrópoli del país.
“No tenía ningún fundamento para creer que sería tan grave, pero es mucho más alarmante de lo que jamás pude imaginar”, comentó Bovino a The Associated Press en una extensa plática tenida entre encuentros con personal en una oficina de la CBP en los suburbios y una declaración sobre los crecientes litigios referentes a sus formas de actuar.
Más de 3.200 individuos con presuntas transgresiones a las normas migratorias han sido detenidos desde el inicio de la “Operación Midway Blitz” en septiembre, como parte de la campaña del gobierno del presidente Donald Trump para enfocarse en ciudades con políticas de asilo o refugio. Lo que comenzó con un reducido número de aprehensiones en comunidades con gran presencia latina e inmigrante se extendió por la urbe de 2,7 millones de habitantes y sus numerosos alrededores, llegando incluso hasta Indiana.
Bovino conversó con la AP mientras los agentes que cumplieron dos meses en Chicago, algunos reasignados directamente de una operación en Los Ángeles, eran relevados por nuevos equipos. Comparó a los efectivos desplegados en la zona con policías que laboran en sus jurisdicciones, pero su cometido es neutralizar una “inundación” de “ilegales delincuentes”, tal como los líderes del gobierno de Trump describen a quienes residen en el país sin permiso legal.
“Somos lo que ahora denomino anuladores de santuarios”, manifestó. “No hay refugios. No habrá refugios”.
Bovino ha tenido una notoria presencia en Chicago, donde la visión de personal de la Patrulla Fronteriza lejos de las fronteras internacionales sorprendió a los habitantes.
Mientras mantenía su puesto como responsable de un sector de la Patrulla Fronteriza en El Centro, California, en el límite entre Estados Unidos y México, Bovino dirigió patrullajes en embarcaciones por el río Chicago e hizo marchar a agentes armados por el eje comercial de Michigan Avenue. Se le veía habitualmente en labores cotidianas, frecuentemente en Little Village, un sector mexicano con una activa arteria comercial.
Las apariciones de agentes en Chicago y sus cercanías desencadenaron pronto la reacción de activistas y residentes, quienes hicieron sonar cornetas y tocaron bocinas mientras algunos seguían los vehículos de la CBP. Los agentes emplearon con mayor frecuencia proyectiles de goma, aerosoles de pimienta y gas CS, un compuesto irritante sintético usado por las fuerzas del orden como gas lacrimógeno.
Durante un altercado en Little Village, Bovino disparó un bote de gas hacia una congregación en la que, según él, había varios alborotadores. El Departamento de Seguridad Nacional afirmó que el funcionario fue alcanzado por una piedra. Los testigos negaron esa versión, indicando que los agentes lanzaron gas sin advertencia previa.
Bovino declaró a la AP que la utilización de agentes químicos es “mucho menos peligrosa” que aquello a lo que se enfrentan los oficiales.
“Aplicamos la mínima cantidad de fuerza requerida para completar la detención, eso es lo que hacemos”, afirmó. “Si tuviera más gas CS, lo habría utilizado”.
Los procedimientos de los oficiales de inmigración son objeto de disputas legales. Una magistrada ordenó que utilicen cámaras en sus cuerpos y detallen las aprehensiones, e incluso forzó a Bovino a presentarse ante un tribunal. Broadview, un municipio que alberga un centro de internamiento migratorio, también abrió tres indagatorias penales contra efectivos federales.
Los agentes efectuaron detenciones fuera de juzgados, escuelas, domicilios y, cada vez con más frecuencia, en carreteras. El lunes, un puñado de efectivos visitó una área de descanso para camiones en Hampshire, a unos 80 kilómetros (50 millas) de Chicago, para golpear las cabinas de los tráileres y preguntar a los chóferes si eran ciudadanos estadounidenses. El operativo recordaba a los puestos de control de la Patrulla Fronteriza que son comunes en el límite mexicano. La AP atestiguó dos detenciones: un hombre uzbeko y un conductor ruso con una solicitud de asilo pendiente.
Bovino declaró poco después de que el presidente Trump avalara el uso, por parte de su administración, de gases lacrimógenos y otras técnicas poco habituales lejos de la frontera porque “es necesario desalojar a la gente”.
“Pienso que (las incursiones) no han avanzado lo suficiente porque nos hemos visto frenados por los jueces, por los jueces progresistas, designados por Biden y por Obama”, comentó Trump en una entrevista en “60 Minutes” de CBS emitida el domingo.
Bovino sostuvo que algunos residentes de Chicago le expresaron su agradecimiento, incluso tras una incursión donde cientos de agentes asaltaron un edificio de apartamentos en el sector predominantemente afroamericano de South Shore, que experimentó una gran afluencia de migrantes y generó constantes quejas.
Los agentes emplearon un helicóptero Blackhawk para descender en rápel sobre la estructura y explosivos para abrir puertas en un asalto que los detractores calificaron de desmedido e inhumano.
El gobernador de Illinois, JB Pritzker, solicitó una revisión de los reportes que indican que se esposó a menores de edad con precintos plásticos mientras varios ciudadanos estadounidenses también fueron retenidos durante horas. Las autoridades federales informaron el arresto de dos individuos supuestamente ligados a la pandilla callejera Tren de Aragua, junto con docenas de sospechosos de vulnerar las leyes migratorias.
Bovino alegó que, con base en información de inteligencia obtenida por la agencia, el inmueble representaba un peligro, lo que motivó la acción contundente.
“Mucha gente dijo que aquello fue excesivo. Bueno, exactamente, ¿cómo esperan introducir un elemento de seguridad en el tejado para que este esté seguro para quienes ingresan a ese apartamento o a los inmuebles contiguos?”, expresó. “Estoy satisfecho de decir que eso se desarrolló de la mejor manera posible”.
Bovino comentó que no ha visto evidencias de que los equipos de la Patrulla Fronteriza hayan tenido contacto con niños, a pesar de los testimonios de los residentes y los videos, incluso en un vecindario donde la gente afirmó que los menores que se preparaban para un desfile de Halloween estuvieron expuestos a gas lacrimógeno.
La presencia de Bovino es tema de frecuentes ruedas de prensa en el bastión demócrata, mientras Pritzker, visto como un posible aspirante presidencial para 2028, y Trump se cruzaron reproches. El mandatario estatal sostiene que los agentes federales avivan las tensiones y que la creciente militarización es parte de una estrategia mayor para influir en las elecciones.
Bovino apunta a Pritzker, a los activistas y a los medios de comunicación. Indicó que el gobernador está “profundamente equivocado” mientras pronunciaba reiteradamente mal su apellido durante la entrevista, incluso tras ser corregido, e hizo comentarios alusivos al aspecto del gobernador.
En respuesta, el despacho de Pritzker comunicó el martes que el gobierno federal ha desviado importantes recursos de seguridad pública hacia las “maniobras propagandísticas de Bovino destinadas a inflar su ego”.
El funcionario evitó precisar cuándo concluirá la operación en Chicago ni cuál será la siguiente ciudad meta, haciendo hincapié en el factor sorpresa.















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