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Santo Domingo, R.D. – Ya llegó la temporada navideña y con ella los populares y esperados charamicos de la avenida Winston Churchill, llenos de color y tradición.
La Navidad en Santo Domingo tiene aspectos que la hacen especial, tradicional y muy querida. Las luces, la gastronomía y los objetos decorativos son protagonistas en esta celebración cultural de los dominicanos, donde la avenida Winston Churchill se ha consolidado como un sitio emblemático por años. Ya sea para adquirir artículos, llevar a los chicos a admirar las manualidades navideñas o simplemente escuchar las vivencias de estos dedicados artesanos, el lugar es de nuevo una visita obligada.
Este año, los vendedores no expresan quejas sobre el pago de impuestos al Ayuntamiento del Distrito Nacional ni sobre las ventas, que apenas inician. Por el contrario, tienen optimismo de que las precipitaciones cesen para poder “aumentar las ventas” con los adornos típicos de la época.
La época festiva se inauguró formalmente el 18 de octubre con la exhibición de estrellas, ángeles, pesebres, cestas, arcos, baúles, tableros decorativos, árboles y esferas navideñas, todos hechos con material de charamico.
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“Esto nos toma un año de elaboración. Tan pronto termina la temporada de ventas, empezamos a trabajar para el siguiente año”, comentó Cándido Sosa a El Día.
Sosa, quien comentó tener más de 10 años comercializando artículos decorativos en la avenida Winston Churchill, señaló que también ha tenido experiencias en otros puntos de la capital, como la avenida México.
El artesano resaltó la relevancia de la mano de obra haitiana en la creación de estos productos.
“Principalmente ahora estamos rezagados por los haitianos; hay escasez de mano de obra haitiana”, indicó Sosa, mencionando que la manufactura de los adornos es complicada y requiere destreza.
Además, afirmó que la falta de obreros los ha llevado a abonar salarios superiores a los usuales.
“Ahora prácticamente hay que pagarles lo que ellos establecen, pues no hay”, manifestó.
Según explicó a El Día, los trabajadores de Haití usualmente se encargan de elaborar burros, canastas y otros ornamentos tradicionales muy solicitados en la temporada festiva.
Varios mercaderes atribuyeron la lentitud en las ventas a las constantes lluvias generadas por la tormenta Melissa, las cuales impactaron gran parte del territorio e impidieron el arranque inicial del comercio.
Uno de los comerciantes indicó que en años previos, para esta misma fecha, ya habría vendido entre 40,000 y 50,000 pesos; sin embargo, este año el inicio de las ventas se vio obstaculizado por los aguaceros que iniciaron cerca del día 20 y se prolongaron varios días.
Respecto a las expectativas generales, Maritza Pascual, quien lleva unos 15 días instalada en el área, manifestó que la situación “no está ni mal ni bien”, dejando las ventas “en manos de Dios”. No obstante, acentuó que el público ya está comenzando a acercarse a los puestos para observar los adornos y las artesanías.














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