Actualidad

El día en que la ‘perestroika’ arribó al juego de ajedrez

8947264033.png
Dos ajedrecistas bajo un mismo emblema, mas con ideologías y temperamentos opuestos, lo cual alimentó una pugna que perdurará en los registros del deporte mental.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Sucedió el 9 de noviembre de 1985, justo cuatro años antes del colapso del Muro de Berlín, cuando Kasparov, oriundo de la entonces república soviética de Azerbaiyán, hijo de padre ruso judío y madre armenia, se alzó como el campeón mundial más joven en la historia del ajedrez, al mismo tiempo que representaba su espíritu inconformista defendiendo una transformación del modelo en su nación.

Pocos meses después de que Mijaíl Gorbachov, impulsor de la apertura denominada ‘perestroika’, asumiera el liderazgo en la Unión Soviética (URSS), el mundo del ajedrez también abrió un nuevo capítulo cuando un joven de 22 años llamado Gary Kasparov le arrebató la corona a Anatoli Karpov, el favorito del aparato comunista.

Fue el 9 de noviembre de 1985, justo cuatro años antes de la caída del Muro de Berlín, cuando Kasparov, nacido en la entonces república soviética de Azerbaiyán, de padre ruso judío y madre armenia, se consagró como el campeón del mundo más precoz del ajedrez, mientras abanderaba su desafío con el apoyo a un cambio de sistema en su país.

Dos ajedrecistas bajo un mismo emblema, mas con ideologías y temperamentos opuestos, lo cual alimentó una pugna que perdurará en los registros del deporte mental.

El traslado del caballo a la casilla g6 para capturar una torre blanca de su oponente aniquiló la supremacía de Karpov, héroe nacional tras destronar al estadounidense Bobby Fischer por incomparecencia en 1975, a la vez que preparaba el jaque mate al dominio de la URSS.

El enfrentamiento entre los dos titanes tuvo como preámbulo el primer Mundial protagonizado por ambos un año antes.

Aquella competencia tuvo lugar en la Casa de los Sindicatos de la metrópoli rusa, donde Kasparov se ganó un puesto tras vencer de forma inesperada en el torneo de candidatos a los experimentados Viktor Korchnói y a Vasili Smyslov, quien entonces contaba con 63 años.

El 10 de septiembre de 1984, el joven azerbaiyano se plantó frente al campeón, de 33 años, decidido a revolucionar el tablero, para lo cual necesitaba ser el primero en alcanzar seis triunfos.

Karpov arrancó el duelo con un contundente 4-0 en nueve partidas, lo que parecía desanimar a su joven contrincante, desconcertado ante el poderío del número uno. Tras 27 partidas, el marcador ascendió a 5-0, muy cerca de la victoria.

Seis meses después y con 48 partidas jugadas, Kasparov había reducido la brecha y la diferencia se ajustó a 5-3, momento en el que el entonces presidente de la FIDE, el filipino Florencio Campomanes, resolvió suspender el campeonato y reiniciarlo desde cero, pero con una modalidad distinta: el cetro sería para el mejor al cabo de 24 juegos, coronándose quien sumara 12,5 puntos.

El 3 de septiembre de 1985, en un escenario diferente, ante el imponente marco de la Sala de conciertos Chaikovski, se reanudó la contienda con la incertidumbre de su desenlace, acentuada luego de que el empate prevaleciera al llegar a la mitad del torneo.

Fue entonces cuando resplandeció la brillantez del ‘Ogro de Bakú’ en la partida 16, considerada una de las más memorables de la historia, donde el retador, con piezas negras, doblegó a su oponente.

Pese al golpe asestado, el Mundial culminó dos meses más tarde en la partida 24, la definitiva, con todo por decidir y Kasparov liderando por 12-11, lo que le permitía a Karpov igualar con un triunfo y, por ende, conservar el título.

Con negras, el aspirante no se conformó con el empate que le era suficiente y venció a su adversario para alzarse con la corona (13-11) e inaugurar una nueva época en el ajedrez contemporáneo.

Las dos ‘K’ volverían a enfrentarse en tres Mundiales más, todos con éxito para Kasparov.

En 1986, lo logró por 12,5 a 11,5 en el certamen celebrado en Londres y San Petersburgo. Al año siguiente, en Sevilla, el de Bakú retuvo la corona al igualar a doce puntos y en 1990, en Nueva York y Lyon (Francia), se repitió el marcador de 12,5 a 11,5.

Tras 144 partidas oficiales, sus caminos se separaron. Kasparov mantuvo su liderazgo hasta el año 2000, cuando fue superado por el ruso Vladímir Krámnik, recordándose su mítica partida contra la computadora ‘Deep Blue’ cuatro años antes.

Karpov ‘reinó’ entre 1993 y 1999 bajo el amparo de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, por sus siglas en francés) después de la división del deporte.

Las discrepancias políticas los distanciaron, aunque mantuvieron un vínculo de amistad. En septiembre de 2009, ya retirados de la élite, coincidieron en Valencia en medio de gran expectación para disputar doce partidas de exhibición con el objetivo de “posicionar al ajedrez en su lugar”.

Al año siguiente, participaron en una gira promocional con Kasparov por varios países latinoamericanos. “Hace 25 años era adversario de Anatoly en un tablero de ajedrez y ahora nos unimos porque este deporte atraviesa un gran peligro”, declaró Kasparov en Lima.

La insurrección juvenil del ‘Ogro de Bakú’ se tradujo en su intención de competir por la presidencia de Rusia en 2008 contra Vladímir Putin, aunque finalmente desistió.

Cuando fue arrestado un año antes por alteración del orden público, Karpov fue a visitarlo a la celda, pero las autoridades rusas le negaron el permiso.

Su firme oposición al Kremlin le costó la partida frente al monarca del tablero político ruso y en junio de 2013 abandonó el país para establecerse en Estados Unidos con pasaporte croata y desde allí mantener viva la llama de la disidencia.

Su activismo político, que incluye su rechazo frontal a la invasión de Ucrania, la publicación de libros y las partidas de exhibición, ha llenado el tiempo del otrora campeón mundial, quien ahora tiene 62 años.

Karpov, de 74 años, vive en Moscú, donde goza del estatus de figura eminente del régimen de Putin, con un escaño en la Duma rusa (Cámara de Diputados), además de ser presidente honorario de la Federación de Ajedrez de Rusia, cargo que asumió en diciembre de 2022 tras recuperarse de un golpe en la cabeza a causa de una caída.

TRA Digital

GRATIS
VER