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Este miércoles 5 de noviembre, el coloso oriental de la moda fugaz Shein inaugura en París su primer punto de venta físico a nivel mundial, ubicado dentro de los almacenes BHV, en pleno centro de la urbe.
Este miércoles 5 de noviembre, el coloso oriental de la moda fugaz Shein inaugura en París su primer punto de venta físico a nivel mundial, ubicado dentro de los almacenes BHV, en pleno centro de la urbe.
El impacto ecológico y social de estas prendas económicas, elaboradas en ambientes poco transparentes en Asia, genera debate. La inauguración también es muy controvertida tras el escándalo de las figuras con connotaciones pedopornográficas comercializadas en la página web de la marca.
En primer lugar, se encuentran las clientas más fieles a la marca, muy numerosas, que afirman que asistirán a la apertura de la tienda en Francia. “Voy a ir a mirar para ver los costes, si son parecidos a los de la web, para cotejar, para observar cómo exponen su local,” comenta una compradora entrevistada por RFI.
Acudir a echar un vistazo y seguramente también a adquirir. La empresa garantiza las mismas rebajas que en su sitio virtual. De este modo, algunas ya han calmado sus inquietudes éticas. “La elaboración de su ropa no es muy sostenible, así que nos incumbe,” señala otra clienta, aunque admite que comprará igual.
En mil doscientos metros cuadrados, Shein expondrá una vasta gama de artículos, principalmente para mujer. Por lo tanto, esta parisina también ve una posible vía para consumir de forma más consciente. “¿Tendremos hoy, en la tienda física, las mismas existencias que ofrecen online? ¿Podría esto moderar un poco las peticiones por internet? ¿Recibirán tantas novedades como en la red? No lo sé. ¿No se ordenaría esto de alguna manera? ¿La gente no retornaría entonces a los comercios?”, se interroga.
En cualquier caso, hay una postura clara: algunas jóvenes de 18 años consultadas por RFI no acudirán a Shein por motivos medioambientales. “Considero que es crucial que las chicas jóvenes como nosotras nos opongamos. En las plataformas sociales, a mi modesto nivel, lo difundo al máximo. Lo comento con mis amistades,” relata esta adolescente que declara boicotear la firma.
El centro comercial BHV espera atraer a un público nuevo. Una jugada osada, pero arriesgada, en un momento en el que la moda ultrarrápida recibe crecientes críticas. Actualmente, Shein cuenta con ochenta y cinco millones de usuarios globalmente. Sus mercados principales son Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia, con veinticinco millones de consumidores. La plataforma debe este auge a su modelo económico, explica Silvano Mendes, experto en moda, periodista y docente en la Universidad Sorbonne-Nouvelle.
“Shein es una empresa o un conglomerado fundado en 2008 por Chris Xu, un comerciante chino que inició su trayectoria vendiendo vestidos nupciales antes de migrar a la distribución online con un sistema que se apoya fuertemente en los buscadores, en el poder del algoritmo y en la inteligencia artificial, que detecta las tendencias con gran celeridad,” detalla el especialista.
“Luego está la capacidad productiva en el caso de Shein,” acentúa Silvano Mendes. “No solo han localizado pequeños talleres que fabrican en gran volumen, con una oferta de artículos muy extensa y con un coste por minuto de producción ínfimo, sino que además han ideado la forma de despachar los artículos con mucha rapidez, mediante un esquema de transporte aéreo que se fleta y después se distribuye por todo Occidente. Aquí ya no hablamos de moda rápida, sino de moda ultarrápida,” concluye.
En pocos años, Shein se ha consolidado como un competidor formidable para otros actores del sector textil, que ven con alarma su éxito. El secreto de Shein reside en conectar directamente al comprador con las factorías a través de su plataforma digital. Hoy por hoy, el grupo chino colabora con más de siete mil suministradores, la mayoría en China, y reparte sus artículos en más de ciento cincuenta países.
Vías cortas para reducir costes. Una prenda de vestir tiene un valor promedio de siete euros, mientras que en la tienda española Zara se debe desembolsar cuatro veces más. Además de prendas, Shein también comercializa calzado, utensilios de decoración e incluso cosméticos. Impulsada por la inteligencia artificial y el análisis de millones de datos recabados en internet, Shein es capaz de subir a la red varios miles de modelos nuevos cada día según la demanda.
Este sistema alimenta las reservas tanto en el ámbito ambiental como en el de las condiciones laborales, con operarios que a veces cumplen jornadas de doce horas diarias, siete días a la semana.















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