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ASIA CENTRAL – ESTADOS UNIDOS Washington y Asia Central luego del encuentro con Trump

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En aquella ocasión se delineó el "esquema 5+1", que ya suma diez años, y que fue propuesto nuevamente junto a otros actores como China y la Unión Europea.

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Washington (AsiaNews) – La reunión en Washington entre Donald Trump y los mandatarios de las naciones de Asia Central bajo la modalidad “5+1” fue catalogada por el propio presidente norteamericano como “una rectificación de los equívocos de mis antecesores, que desestimaron esta área”. En verdad, el interés por el “área intermedia” de los variados corredores comerciales se ha alzado como una prioridad, particularmente en el último año, también como resultado de los nuevos escenarios impuestos por la política errática de Trump, con la imposición de gravámenes generalizados y fricciones en todo nivel, sobre todo con la potencia principal china.

Uno de los aspectos más sensibles es, precisamente, el de los recursos minerales, dado que China ejerce un amplio predominio sobre las impostergables “tierras raras”, de las cuales Asia Central es muy rica, pero que presentan grandes escollos en cuanto a extracción, refinamiento y traslado. La atención por este sector por parte estadounidense se inició hace más de una década, con la visita del entonces Secretario de Estado John Kerry a los cinco países, quien poco antes las confundió al crear una nueva nación a la cual denominó “Kirzajistán”, fusionando Kirguistán con Kazajistán. En aquella ocasión se delineó el “esquema 5+1”, que ya suma diez años, y que fue propuesto nuevamente junto a otros actores como China y la Unión Europea.

La administración de Joe Biden llevó a cabo luego un encuentro con todos los presidentes en 2023, con motivo de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, enfatizando lazos de apoyo político y respaldo a la soberanía de los Estados, en el contexto de la confrontación bélica en Ucrania iniciada por Rusia. Biden manifestó inquietud por la injerencia de Moscú en Asia Central, mientras que hoy Trump evidencia que su principal foco son los intereses de Estados Unidos. No es coincidencia que el Kremlin, que en el pasado había manifestado cierto fastidio ante los acercamientos entre los centroasiáticos y los estadounidenses, haya en esta oportunidad mostrado gran complacencia, señalando que “toda nación tiene derecho a establecer vínculos con otras, nosotros mismos observamos con interés estas conversaciones”, según expresó el vocero Dmitri Peskov.

El mandatario norteamericano expuso luego un conjunto de convenios mercantiles y diplomáticos, poniendo énfasis en la explotación de los recursos extractivos de la región, como el wolframio de Kazajistán, sobre el cual se rubricó un acuerdo específico para la explotación de yacimientos aún vírgenes, considerados entre los más significativos del planeta. La corporación estadounidense Cove Kaz Capital Group obtendrá una participación del 70% en la empresa mixta con los kazajos, con una inversión que supera los mil millones de dólares. Otro convenio abordó la venta de 37 aeronaves Boeing para las flotas aéreas de Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán, además de la implementación de los servicios Starlink para la conectividad satelital de internet, propiedad del empresario Elon Musk.

El mandatario kazajo, Kasym-Žomart Tokaev, también informó que Astaná y Washington han suscrito convenios por un valor global de 17.000 millones, no solo para minerales, sino también para el ámbito energético y el transporte. En el plano diplomático, generó gran impacto el ingreso de Kazajistán a los Acuerdos de Abraham, la iniciativa norteamericana para normalizar las relaciones entre Israel y las naciones árabes y aquellas de mayoría musulmana, un tema que resulta especialmente sensible para los kazajos desde la perspectiva del entendimiento interreligioso global (si bien, al mantener relaciones diplomáticas con Israel desde hace más de tres décadas, esta nueva adhesión parece más un gesto simbólico, nota del editor).

El Secretario de Estado Marco Rubio buscó clarificar la trascendencia de la cumbre afirmando que “frecuentemente desperdiciamos mucho tiempo intentando resolver conflictos o problemas, y no logramos dedicar la debida atención a las nuevas y prometedoras oportunidades que pueden surgir, tal como sucede en esta reunión”. Joseph Epstein, director del Centro Turan de Estudios sobre el Espacio Postsoviético, manifestó que “con esta cumbre se inaugura un nuevo capítulo para edificar conjuntamente la concordia mundial, privilegiando los ideales de tolerancia y desarrollo compartido”.

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