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Rusia ha recrudecido sus ofensivas en los últimos meses y el sábado por la mañana lanzó otra vez centenares de explosivos no tripulados contra puntos energéticos por todo el territorio.
Las agresiones trastocaron el suministro de electricidad, el sistema de calefacción y el acceso al agua potable en diversas urbes.
Algunas de estas incursiones afectaron la provincia de Járkov, donde se ubica la segunda urbe más grande de Ucrania, según comunicó el viceministro de Reconstrucción, Oleksiy Kuleba.
“Se requiere un tiempo para reactivar los aparatos. Actualmente, unos 100.000 usuarios se encuentran sin luz, agua ni calefacción”, detalló Kuleba.
La corporación estatal de energía Centerenergo, que abastece al 15% de Ucrania mediante tres centrales (una de ellas ahora en zona bajo control ruso), manifestó que su capacidad generadora “descendió a nula”.
“Una cantidad nunca vista de proyectiles y una cifra indeterminada de artefactos aéreos no tripulados —varios por minuto— impactaron las mismas centrales termoeléctricas que habíamos rehabilitado tras el asalto destructivo de 2024”, señaló en un comunicado.
La titular ucraniana de Energía calificó la noche del ataque como “una de las más duras” desde la invasión rusa en febrero de 2022.
“El adversario perpetró un embate masivo con proyectiles balísticos, los cuales son muy difíciles de interceptar. Es complicado recordar una proporción tan alta de impactos directos a infraestructuras eléctricas desde el inicio de la contienda”, declaró a la señal informativa local United News.
Los aparatos no tripulados rusos también bombardearon dos subestaciones eléctricas en el oeste de Ucrania, que alimentan las centrales nucleares de Jmelnitski y Rivné, informó el secretario de Relaciones Exteriores, Andrii Sibiga.
“Moscú está poniendo en riesgo de forma deliberada la seguridad nuclear en Europa”, advirtió el funcionario en la plataforma Telegram.
Asimismo, hizo un llamado a Pekín y Nueva Delhi, compradores habituales de crudo proveniente de Rusia, para que presionen a Moscú y consigan el cese de las incursiones.
La defensa aérea ucraniana derribó 406 explosivos no tripulados y nueve misiles del total de 458 artefactos no tripulados y 45 proyectiles que Rusia disparó durante la madrugada del sábado.
Expertos prevén que estas agSresiones forzarán la suspensión de la calefacción durante el próximo periodo invernal.
Moscú ha estado agrediendo la red de electricidad y calefacción durante casi cuatro años, desde que arrancó la invasión, aniquilando una parte considerable de las instalaciones civiles.
El asalto del sábado temprano fue la novena incursión de gran magnitud contra las redes de gas desde inicios de octubre, acorde a la firma energética ucraniana Naftogaz.
De acuerdo con un análisis del Instituto de Economía de Kiev, los ataques han forzado la paralización de la mitad de la producción de gas natural en Ucrania.
Por su parte, Ucrania continúa intensificando sus golpes a almacenes petroleros y refinerías dentro de Rusia, con la mira puesta en cortar las exportaciones de energía, fundamentales para Moscú, y causar carestía de combustible.
Este domingo, los asaltos ucranianos contra la red eléctrica dejaron sin servicio a más de 20.000 personas en varias provincias rusas contiguas.
El regente de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, indicó que “la red de distribución de electricidad y calefacción sufrió graves menoscabos” en la capital provincial homónima.
Y en la región de Kursk, “se originó un fuego en una de las centrales térmicas de la localidad de Korenevo”, interrumpiendo el suministro a diez comunidades, comunicó el gobernador Alexander Khinshtein por Telegram.
También se registró un incendio en una instalación de calefacción en la provincia sureña de Vorónezh, según el gobernador Alexander Gusev.
Entretanto, el Ministerio de Defensa ruso reportó haber abatido 44 explosivos no tripulados en la provincia limítrofe de Briansk.















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