Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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Usue Mori posee licenciatura en Matemáticas, doctorado en Ingeniería del Software y ha completado varios másteres, incluyendo modelado matemático, sistemas inteligentes y pedagogía. Es profesora universitaria desde 2015, actualmente profesora titular en el Departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad del País Vasco (EHU) y, a partir de septiembre de 2024, coordinadora del Grado en Inteligencia Artificial.
Además de su destacada trayectoria académica, Mori se ha esforzado por ir más allá de la investigación convencional, adaptando la inteligencia artificial a las necesidades reales de la sociedad e implementando el conocimiento en la práctica. Por ello, ha sido galardonada con el V Premio Gladys a la tecnóloga, un reconocimiento que busca destacar a mujeres vascoparlantes jóvenes en el ámbito digital, fomentar modelos a seguir para la juventud y dar visibilidad a su trabajo, rindiendo homenaje a la informática Gladys del Estal. Esta iniciativa es promovida por la Fundación PUNTUEUS y la Facultad de Informática de la EHU, contando con el patrocinio principal de la Diputación Foral de Gipuzkoa y la colaboración de Emakunde, Danobatgroup, Fundación Euskaltel, EITB y la Dirección de Igualdad de la EHU.
¿Qué despertó su interés por las Matemáticas o la Inteligencia Artificial?
Durante el Bachillerato. Tenía muy claro que seguiría la rama de Ciencias y poco a poco fui descartando opciones. No fue una decisión muy meditada, sino más bien por exclusión. Descarté Biología, Química, y me decanté por las más teóricas, hasta decidirme por Matemáticas. Al terminar la carrera, opté por la Matemática aplicada, por la conexión con el mundo real y el análisis de información. Así, progresivamente me adentré en el campo de la computación hasta llegar a mi posición actual.
¿Cómo se pueden aplicar las Matemáticas y la Inteligencia Artificial en la vida cotidiana?
Se pueden aplicar en cualquier sector que maneje datos. En mi campo, la Inteligencia Artificial, trabajamos con sistemas que se nutren de información. Si reflexionamos, en casi todos los ámbitos de nuestro día a día se está generando información de diversa índole. Un ejemplo frecuente es el sector sanitario, donde se producen imágenes médicas y datos de seguimiento de pacientes, una gran cantidad de información sobre diferentes dolencias, sobre los pacientes, etc. Dicha información puede ser procesada con Inteligencia Artificial para descubrir patrones, realizar pronósticos de diagnósticos, de enfermedades, y más. La sanidad es un caso muy claro, pero su aplicación se extiende a muchos otros campos.
Recientemente, ha obtenido el Premio Gladys, cuyo propósito es reconocer a jóvenes vascoparlantes en el entorno digital, crear referentes para la juventud y realzar su labor. Al otorgarle el premio, el jurado señaló que en su trayectoria “se ha apartado del modelo de investigación de élite predominante y ha priorizado el uso de la inteligencia artificial como instrumento para el bienestar social y su divulgación”. ¿De qué manera ha logrado esto?
Hasta hace un par de años, seguía el camino habitual de quien trabaja en la Universidad. Una trayectoria muy enfocada en lo académico, con investigación aplicada pero a la vez muy teórica. No generaba mucha transferencia de conocimiento. Hace cuatro años iniciamos una colaboración con la Diputación Foral de Gipuzkoa en proyectos más aterrizados relacionados, sobre todo, con datos sobre políticas sociales. Ahí comencé a abordar temáticas y datos más reales y me interesé más en la transparencia y la difusión. He participado en iniciativas de formación y debate sobre cómo es la IA actual y cómo deseamos que sea, o cómo podemos explicar a la sociedad qué es la IA para que todos podamos sostener una conversación más fundamentada sobre el tema. Creo que eso es lo que el jurado pretendía destacar: sigo manteniendo mi carrera académica, continúo investigando en IA como antes, pero he abierto una vía adicional donde realizo actividades más próximas a la gente, asuntos más cotidianos.
Una de las objeciones más comunes al hablar de Inteligencia Artificial son los sesgos de género o raciales en su tecnología. ¿Cómo pueden evitarse?
Ese es un ámbito de investigación crucial. En última instancia, los modelos de inteligencia artificial aprenden de los datos, y esto sucede por varios motivos, ya sea porque los datos están influenciados o porque los algoritmos tienden a magnificar los prejuicios presentes en la información. Ciertamente, los algoritmos reflejan sesgos de género, raciales y cualquier prejuicio existente en la sociedad. Los modelos terminan replicándolo porque están diseñados para minimizar errores, para acertar al máximo. Por ejemplo, si una base de datos de imágenes contiene pocas personas negras, los resultados métricos estarán sesgados hacia personas blancas, y aunque funcione, no es equitativo. Por ello, numerosos investigadores están trabajando en cómo lograr modelos más justos, definiendo métricas diferentes; es un campo en evolución.
¿Cuáles considera que son los riesgos que conlleva la Inteligencia Artificial?
Uno de los peligros principales es el impacto ambiental. Está demostrado que los modelos masivos que se emplean requieren una gran cantidad de energía para su formación y puesta en marcha. Este es uno de los riesgos más evidentes, pero también existen otros riesgos en su uso, especialmente cuando la IA se aplica a fines inapropiados. Muchas personas desconocen o no comprenden bien el funcionamiento de estos sistemas y, dada la interfaz que poseen, que simula una conversación humana, se utilizan para cosas que no deberían. Por eso insistimos mucho y consideramos vital que la gente entienda cómo operan estos sistemas para saber para qué pueden ser útiles y cuándo no tiene sentido utilizarlos. También es fundamental abordar la confidencialidad de los datos, donde también existen riesgos. Dado que la mayoría de los sistemas accesibles al público están controlados por las grandes corporaciones tecnológicas, existe una falta de transparencia sobre los datos con los que han sido entrenados. No conocemos con exactitud el modelo. Esos modelos se alimentan y se actualizan con la información que nosotros introducimos al interactuar con dichos sistemas, lo que otorga considerable poder a estas empresas tecnológicas, y desconocemos el uso final que darán a nuestra información. Es importante ser conscientes de que los datos que aportamos al interactuar con estos sistemas y la información que ingresamos serán utilizados.
En una entrevista previa, usted afirmó que “existen otros perfiles tecnológicos aparte del hombre blanco y adinerado”. ¿Resulta mucho más complicado dedicarse a la tecnología si no se posee ese perfil?
Depende. No me gusta generalizar; la trayectoria de cada persona es muy dispar, y sobre todo, el entorno que te rodea determina si es más o menos difícil. En el caso de las mujeres, es cierto que hay pocos referentes y que el ambiente general está bastante dominado por hombres. En ese sentido, las personas de tu alrededor pueden complicarte la vida o hacer que te sientas incómoda. En mi caso, he tenido un recorrido bastante positivo, con sus altibajos, pero generalmente me he rodeado de gente que me ha cuidado y apoyado para tener una buena carrera; aunque soy consciente de que no todas las personas viven mi misma situación.
¿Cree que estas aplicaciones más sociales de la tecnología pueden despertar un interés adicional en dedicarse a ello, especialmente entre las nuevas generaciones de mujeres?
Me encantaría que así fuera, sinceramente. En nuestra facultad es cierto que la mayoría del alumnado tiene una perspectiva muy técnica y a menudo olvidamos o no consideramos el aspecto social que tienen las tecnologías que desarrollamos. Por eso, uno de nuestros propósitos es formar no solo a la sociedad, sino también a nuestros estudiantes. Consideramos importante que no solo vean la faceta técnica, ya que la tecnología no es neutral y es crucial examinar otros ángulos. La intención a futuro es incorporar asignaturas que analicen la Inteligencia Artificial desde una perspectiva más amplia que solo la técnica. Ya estamos trabajando en ello y queremos desarrollarlo más.















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