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Tenga presente que, si el acto nupcial tiene lugar en un templo y su atuendo tiene tirantes o es tipo *strapless*, es apropiado cubrirse los hombros con un chal (de ahí que muchos vestidos de gala incluyan una estola) o, si tiene un escote profundo, ya sea en la espalda o en el pecho, cúbralo mientras esté dentro del lugar sagrado. Al retirarse del mismo, podrá quitarse el chal y lucir su vestido más atrevido.
Desde el momento en que somos convocados a una boda, debemos considerarlo como una obligación: no solo llegar puntual a la celebración, sino también notificar con antelación nuestra asistencia (dado que cada persona representa un coste para los futuros esposos) y, por supuesto, reflexionar sobre la vestimenta que emplearemos.
Prepárese con holgura
Esto implica adquirir o mandar a ajustar el traje con tiempo, concertar una cita en la peluquería/estética a una hora conveniente, planchar la prenda del traje días antes; en resumen, tener todo listo para no llegar tarde o apurada el día de la boda. Resulta lamentable que muchas personas solo asistan al festejo posterior y omitan la ceremonia, y lo más grave, con total indiferencia. Una falta de modales tremenda, de las peores.
No hay justificación para que a una boda, a la que los anfitriones invitan con semanas o incluso meses de anticipación, alguien no administre su tiempo para estar presente en el instante culminante: la unión oficial de las vidas de los contrayentes. La ceremonia es, en esencia, el corazón de la celebración. Si realmente desea mostrar aprecio e importancia a la trayectoria de los novios, llegue con antelación al acto religioso.
Respete el código de vestimenta exigido
Lamento informarle esto, pero aunque el *dress code* especificado en la invitación no sea de su agrado, es crucial acatarlo. ¿Carece de chaqué? Y la invitación lo pide, alquílelo. Ignorar la indicación sobre la vestimenta es una forma de buscar notoriedad o desentonar con el ambiente dispuesto por los anfitriones. No olvidemos que acatar la etiqueta requerida es una señal de consideración, cortesía y respeto hacia los novios, quienes, por cierto, celebran su día y han dedicado gran esfuerzo para que todo salga tal y como lo planeado.
No lleve a su asistenta con ropa de diario
¿Piensa usted que un evento de esta índole es apropiado para presentar a una empleada en su atuendo de trabajo habitual, en un entorno donde todos visten formalmente? Si no puede supervisar a su hijo o hija, adquiera para su asistente un atuendo acorde al acontecimiento que presenciará y no reste formalidad al enlace al que los novios han dedicado tiempo, esfuerzo y recursos para que todo y todos luzcan elegantes.
Evite el maquillaje estridente
¿Por qué a las novias se les aplica un maquillaje “natural”? ¿Por qué, si se observa en revistas y las imágenes actuales, y tomando como ejemplo la elegancia del pasado, a las damas reales y princesas también se les maquilla sutilmente? Porque sus fotografías perdurarán por años y el maquillaje natural generalmente no pasa de moda. Por ello, cuando acudimos como invitadas a una boda, se aconseja usar un maquillaje sobrio y neutro (las imágenes de una boda se verán durante mucho tiempo, y si optamos por un maquillaje muy vanguardista ahora, en dos décadas no querrá que nadie la recuerde en ese álbum. No olvide, guarde los maquillajes de tendencia para otras ocasiones.
Descarte el negro
Los vestidos de tonalidad negra no son apropiados para nupcias, además de que este color suele vincularse a ceremonias fúnebres, a no ser que le desee el mal al nuevo matrimonio. El tono blanco está estrictamente vedado para las damas; ese color es exclusivo de la novia. Obviamente, puede vestir de blanco o negro, o combinados, siempre y cuando sea una petición explícita de la novia. Si ese no es el caso, opte por colores alegres, tonos pastel, vibrantes y agradables; es una jornada festiva y debe asumirse como tal.
Saber interactuar es esencial Saber conversar, tener facilidad para iniciar un diálogo, saludar y mantener una charla social amena forma parte de las buenas maneras, incluso al interactuar con personas desconocidas o recién conocidas. Disfrute de la boda, baile y comparta con los demás. Divertirse y convivir es un pilar fundamental de la etiqueta social internacional.















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