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“Las salas de proyección están sufriendo un preocupante deterioro que las está haciendo desaparecer en urbes y vecindarios. Y no son pocos los que advierten que el cine como arte y la experiencia de ir al cine están en riesgo. Insto a las instituciones a no rendirse y a colaborar para reafirmar el valor cultural y social de esta actividad”, manifestó el pontífice, provocando la ovación de los presentes.
El papa Francisco ha convocado al Vaticano a una multitud de intérpretes, actrices y realizadores de Hollywood y otros entornos para “explorar las posibilidades que la inventiva artística brinda a la Iglesia para fomentar los valores humanos”, según el Dicasterio para la Cultura.
En primera fila, ubicados en el imponente Salón Clementino del Palacio Apostólico, siguieron sus palabras Cate Blanchett, Spike Lee, Viggo Mortensen o Monica Bellucci.
Al encuentro también estaban invitados cineastas como el español Albert Serra, Marco Bellocchio, Emir Kusturica, George Miller, Gaspar Noé, Gus van Sant o la argentina Laura Citarella.
“Resulta grato reconocer que, al encenderse la luz de la magia del cine en la penumbra, se ilumina a la vez la percepción del espíritu, ya que el cine sabe enlazar lo que parece ser mero pasatiempo con la narración de la travesía anímica del ser humano”, expresó.
En su defensa del séptimo arte, del cual es un conocido entusiasta, el papa Francisco sostuvo que “los espacios culturales, como las cines y los teatros, son focos vivos de nuestras comunidades, pues contribuyen a su humanización”.
“Si un sitio está vibrante es también gracias a sus puntos de encuentro cultural: debemos frecuentarlos, crear vínculos en ellos, día tras día”, advirtió.
Pues, recalcó, “nuestra era necesita testigos de optimismo, de belleza, de verdad” y los actores, actrices o directores pueden colaborar en ello, rescatando “la veracidad de la imagen para proteger y promover la dignidad humana”.
“No teman encarar las lacras del mundo. La brutalidad, la precariedad, el desplazamiento, la soledad, los vicios, los conflictos olvidados son males que claman por ser observados y contados. El gran cine no saca provecho del sufrimiento: lo acompaña, lo investiga. Eso es lo que han hecho todos los grandes maestros”, afirmó.
La trascendencia del séptimo arte, señaló, no estriba en la “lógica del algoritmo” que, ejemplificó, “tiende a reproducir aquello que funciona”.
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