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Si bien el carcinoma de próstata no se puede prevenir, cuando se detecta en sus fases iniciales, las probabilidades de recuperación son notablemente altas. Es fundamental concientizar y educar.
Cada mes de noviembre, el planeta se tiñe de azul para recordar la relevancia del cuidado integral de la salud del varón. En la República Dominicana, varias organizaciones se unen a esta iniciativa, animando a los hombres a poner en primer lugar su bienestar físico y anímico.
Entre las voces más influyentes destaca la Dra. Silvia Benders, uróloga de Cedimat, quien durante todo el mes hace un llamado especial a la prevención, la información y el diagnóstico precoz de las afecciones urológicas, haciendo hincapié en el cáncer prostático.
En una charla franca con El Día, la experta resaltó que el bienestar masculino ya no puede ser un asunto postergado o secundario. “Nuestra meta es que los hombres comprendan la trascendencia de la revisión urológica a tiempo. Descubrir una afección con prontitud puede transformar por completo su trayectoria y la de sus seres queridos”, manifestó.
Aunque no se puede evitar el cáncer de próstata, la doctora enfatiza que al identificarlo en sus etapas tempranas, las opciones de cura son considerablemente elevadas, lo que convierte el control periódico en un aspecto esencial del cuidado masculino.
La realidad impacta a miles
Las estadísticas confirman la urgencia de esta convocatoria. Conforme al informe Globocan 2022, el tumor prostático es el tipo de cáncer más diagnosticado en los varones dominicanos, representando un significativo 24.4 % de todos los casos. Ese mismo año se calculó que hubo 4,918 nuevos diagnósticos, situándolo también como el principal motivo de fallecimiento por cáncer en hombres en el país.
Más allá de los números, este escenario implica a miles de familias transitando procesos médicos y emocionales difíciles. Por esto, la Dra. Benders insiste en que el mensaje debe alcanzar a todos: padres, abuelos, tíos, hermanos e hijos. “A partir de los cincuenta años el control anual es imprescindible, pero si existen factores de riesgo, conviene empezar antes”, detalló.
Factores de riesgo
Entre los elementos más decisivos se encuentran:
La edad: a mayor edad, más alta es la posibilidad de desarrollar la dolencia. La procedencia étnica: los hombres de raza negra enfrentan un riesgo mayor, tanto por la frecuencia como por la severidad del tumor. La herencia genética: tener un progenitor o hermano diagnosticado, o pertenecer a linajes con cáncer de seno u ovario ligados a alteraciones en los genes BRCA1 y BRCA2, aumenta notablemente las probabilidades.
A esto se añade el sobrepeso, que investigaciones recientes han señalado como un factor relevante. Por ello, una alimentación balanceada, una correcta hidratación y ejercicio diario forman parte del paquete integral preventivo.
Un adversario oculto
Una de las características más complicadas del cáncer de próstata es que no presenta síntomas en sus estadios iniciales. Es decir, un varón puede sentirse completamente saludable y, a pesar de ello, estar desarrollando la enfermedad sin percatarse.
En etapas avanzadas pueden aparecer señales de alerta: sangre en la orina o el esperma, dolores óseos o lumbares, pérdida de peso sin causa aparente o debilidad general. En ciertos casos, estos síntomas se confunden con los de la hiperplasia prostática benigna (HPB), lo que posterga aún más su diagnóstico.
De ahí la importancia de la revisión urológica anual, que incluye la medición del antígeno prostático específico (PSA), la ecografía prostática y el tacto rectal. “Es un procedimiento sencillo, rápido y que puede salvar vidas”, recalcó la especialista.
Derribando mitos
La Dra. Benders admite que todavía existen impedimentos culturales que dificultan el acceso a la evaluación. “Para muchos hombres, visitar al urólogo todavía es motivo de apuro o burla. Pero debemos entender que el chequeo no te hace menos varón; te convierte en un ejemplo de sensatez, compromiso y amor propio”, reflexionó.
En ámbitos sociales, laborales y familiares se está fomentando un diálogo más abierto sobre el autocuidado masculino, alentando a los hombres a superar los prejuicios y dar prioridad a su bienestar.
Tecnología de punta
La República Dominicana cuenta con recintos de primer nivel como Cedimat, dotados de equipos de vanguardia para el diagnóstico temprano y la atención completa del cáncer prostático.
Las opciones de tratamiento cubren desde la vigilancia activa, recomendada para casos de riesgo muy bajo, hasta terapias más complejas como la prostatectomía radical, ejecutada mediante métodos abiertos, laparoscópicos o robóticos. De igual forma, se ofrece radioterapia, aislada o combinada con terapia hormonal, según la fase de la enfermedad y las particularidades del paciente.
El apoyo necesario
Además de la atención médica, la experta enfatiza la necesidad de un sostén emocional firme.
El diagnóstico repercute profundamente en la vida del enfermo y su entorno, por lo que la asistencia psicológica y la comunicación fluida entre los allegados son cruciales para una recuperación completa. “El cáncer de próstata no se afronta solitario; se aborda en conjunto”, sostiene la doctora.
Un compromiso azul que nos compete a todos
Noviembre es solo el punto de partida para recordar algo que debe mantenerse constante durante todo el año: el cuidado de la salud del varón es responsabilidad de cada persona, pero también de quienes la rodean.
Padres, hijos, cónyuges, hermanas, amistades y compañeros de trabajo forman parte de esta red de respaldo.
“Promover la salud masculina durante este mes, y todos los meses subsiguientes, es un gesto de afecto y responsabilidad comunitaria”, finalizó Benders, invitando a cada hombre dominicano a dar el paso más valioso: realizarse su revisión a tiempo.














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