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Por primera vez, conjuntas de agentes policiales, reforzadas con brigadas contra pandillas y un contingente militar inédito, inician un avance hacia las facciones armadas que controlan casi toda Puerto Príncipe desde hace varios lustros. Esto constituye un gran examen para la autoridad establecida, la cual se ha notado por su ineficacia en restablecer la calma y superar su condición de Estado fallido.
Igualmente será un reto para las Fuerzas Armadas dominicanas, que se declaran en vigilancia y máxima disposición a lo largo del linde fronterizo ante cualquier repercusión violenta hacia este suelo proveniente de los enfrentamientos internos en Haití, los cuales están a punto de recrudecerse.
Aun sin llegar a ese extremo, se perciben peligros hacia este lado, lo que exige la implementación de estrictos mecanismos de vigilancia de alto coste para el Estado, el cual lidia con un caudal migratorio que sobrecarga los servicios públicos. Servicios que intenta (y consigue) evadir constantemente las normativas a las que el país no puede renunciar, aunque deba acoger, con sensatez, temporalidad y cumpliendo las leyes laborales, mano de obra foránea de la que no puede prescindir. No seamos ingenuos.
Un colapso generalizado del orden social dentro del marco de una misma isla representaría una amenaza cercana considerable para esta nación, al otro lado de sus lindes geográficos se localiza un país que ya cuenta con un millón trescientos mil personas desplazadas de sus hogares y más de la mitad de sus habitantes padecen carencias de alimento.
Una nación que dispone de apenas un cuarto de centros de salud operativos y que hasta hace poco era el origen del 60% de las mujeres dando a luz en las saturadas maternidades dominicanas, quienes acudían aquí como única alternativa por el colapso institucional de su propia república.
Desde esa nación, en pocos meses, casi cinco mil internos lograron fugarse de prisiones deplorables, muchos de ellos con historiales de alta peligrosidad, no solo para sus compatriotas, sino también para los residentes del territorio vecino, tan accesible.















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