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Asombrosamente, las narrativas se desvanecen o se alteran a través de las generaciones y también, poco después de ocurrir, cuando se trata de efemérides internacionalmente reconocidas, originadas en nuestro país gracias a la acción de mujeres activistas del feminismo en un entorno patriarcal.
Diversas administraciones estatales dominicanas han olvidado, por ejemplo, desde hace tiempo, la raíz feminista del 25 de noviembre, Jornada Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que conmemora el atroz asesinato de Patria, Minerva y Teresa Mirabal en 1960, a manos de agentes de la policía secreta del dictador Rafael Leónidas Trujillo, mientras retornaban de visitar a sus parientes encarcelados en Puerto Plata, al interceptar su vehículo y, asimismo, golpear y asfixiar al chofer, Rufino de la Cruz, un vecino solidario que las acompañó compartiendo torturas y la muerte.
La designación de esta fecha se acordó durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá, Colombia, en julio de 1981, y sus impulsoras fueron las dominicanas Magaly Pineda y Ángela Hernández, quienes asistieron al evento. En aquella asamblea, se consideró indispensable un día representativo y, con ese propósito, se solicitó a todas las asistentes de la región proponer una fecha significativa para sus naciones, siendo elegida por consenso el 25 de noviembre, sugerida por las compañeras dominicanas, en memoria de las Hermanas Mirabal.
Magaly Pineda, ya reconocida militante política en aquel entonces por su participación universitaria en el movimiento de resistencia contra la tiranía de Trujillo, y como fundadora del Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF), al retornar del encuentro, propuso un mecanismo de articulación nacional para llevar a cabo la primera movilización pública del 25 de noviembre en la República Dominicana, organizándose una semana de denuncias que abarcó también la agresión en el ámbito laboral, la violencia social, la violencia sexual y la doméstica.
Posteriormente, la gestión de dos destacadas figuras políticas del país, Gladis Gutiérrez, diputada en ese momento por el PLD, y Milagros Ortíz Bochs, senadora por el PRD, resultó en que el Congreso, por unanimidad en 1993, le otorgara carácter oficial al 25 de noviembre como jornada de conmemoración nacional del Día de la No Violencia Contra la Mujer. Y más tarde, en 1999, este día fue reconocido oficialmente por la ONU a nivel mundial.
El movimiento feminista dominicano logró visibilizar la violencia de género al cuestionar la narrativa histórica política y las estructuras de poder, generando conciencia, promoviendo transformaciones legislativas y políticas, identificando las causas, resaltando las consecuencias e impulsando la indagación teórica sobre esta problemática de forma constante. Hoy, reafirmamos el origen feminista de esta historia.














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