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David Ortiz arriba a los 50: Un vistazo a cada etapa de su brillante trayectoria en el béisbol

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Tras su paso por Gualey, la familia se estableció en Ensanche Espaillat, donde David culminó su educación primaria.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Esta crónica repasa sus primeros 50 años distribuida por décadas, rememorando sus orígenes, su ascenso, su apogeo en las Ligas Mayores y su posición actual como leyenda del béisbol.

David Ortiz celebra este martes 18 de noviembre su medio siglo de vida erigido como una de las figuras más influyentes del deporte dominicano y un emblema absoluto del béisbol de Grandes Ligas.

Miembro del Recinto de la Fama de Cooperstown y reconocido por muchos como el mejor bateador designado de todos los tiempos, “Big Papi” no solo dejó una marca imborrable en el diamante, sino también fuera de él, con una trayectoria caracterizada por su carisma, liderazgo, espíritu solidario y notable presencia mediática.

Su trayecto hacia la inmortalidad incluye tres campeonatos de Serie Mundial, momentos memorables en la postemporada, un vínculo afectivo inigualable con Boston y una narrativa de superación que lo ha transformado en un estandarte del orgullo dominicano.

Además del béisbol, ha incursionado como empresario, figura televisiva, comentarista deportivo, líder comunitario y promotor de una entidad benéfica que ha brindado ayuda a incontables niños.

Para festejar su medio siglo, este escrito recorre sus primeras cinco décadas organizadas cronológicamente, examinando sus inicios, su desarrollo, su gloria en las Mayores y su estatus actual como inmortal del deporte.

1975-1985 (0-10 años)

David vino al mundo el 18 de noviembre de 1975 en el sector La Agustina, capitalina, rodeado por Ensanche La Fe al sur, Cristo Rey por el este, El Caliche al norte y Arroyo Hondo al oeste.

A los cuatro años se mudó a residir con sus abuelos al vecindario Gualey. Allí conoció a una persona que cuidaba de él y que quedó grabada en su memoria y en la de quienes narran su historia: doña Elena Caro, su guardiana cuando los mayores no estaban presentes.

“Recuerdo que desde chico sentía gran afición por el béisbol; su padre le lanzaba y él bateaba con un madero de plástico; siempre fue un chico corpulento para su edad”, comentó la señora Caro al Listín Diario.

Esa imagen del infante bateando con un juguete y que ya lucía “más grande” de lo normal es clave para entender su temprana conexión con el juego.

En la etapa escolar practicó voleibol y baloncesto — curiosamente, este último era el deporte que más le atraía de niño — , pero la pelota siguió siendo una constante.

Sus progenitores, Enrique (Leo) Ortiz y Ángela Rosa Arias, aparecen en todas las versiones de su biografía como las figuras que lo criaron, instruyeron y le inculcaron disciplina, priorizando los estudios y el respeto.

1985-1995 (10-20 años)

Su etapa adolescente estuvo marcada por traslados y modificaciones que moldearon su carácter. Tras su paso por Gualey, la familia se estableció en Ensanche Espaillat, donde David culminó su educación primaria. Posteriormente residió brevemente en Herrera.

A los 13 años, tras la separación de sus padres, se mudó con su progenitor al sector Simón Bolívar, donde permaneció algunos meses más.

Su padre fue fundamental en esta etapa: lo inscribió a clases de inglés tres veces semanales, le fomentó practicar béisbol por las mañanas y dedicarse a estudiar en las noches.

Ortiz atribuye gran parte de su éxito a la visión de su padre. Según el propio David, su progenitor discernió pronto que su mayor potencial radicaba en el béisbol más que en cualquier otra actividad.

A los 14 años se trasladó a Haina con su madre. Fue en ese entorno donde se “apasionó por el béisbol”. Allí el ambiente era puramente beisbolero, lo que afianzó su decisión de buscar una oportunidad profesional.

La Firma (1992)

El 28 de noviembre de 1992, apenas diez días después de cumplir los 17 años, David selló un pacto con los Marineros de Seattle por 25,000 dólares.

Los Marineros lo registraron inicialmente como “David Arias,” un error derivado del desconocimiento de las convenciones del nombre en español.

En la Liga Dominicana de Béisbol se le conoció en sus inicios como David Ortiz Arias.

En 1994 inició su carrera profesional en la Liga de Arizona, donde registró .246 de promedio con 2 cuadrangulares y 20 carreras remolcadas. Las cifras eran entonces moderadas, pero la vivencia en las ligas menores cimentó su formación.

1995-2005 (20-30 años)

A pesar de un buen rendimiento en las menores en 1996 con los Marineros, el 13 de septiembre de ese año Ortiz fue transferido a los Mellizos de Minnesota como parte de un canje por Dave Hollins. Ya en Minnesota, Ortiz manifestó su preferencia por ser identificado como David Ortiz, utilizando su apellido paterno.

En 1996 también conoció a Tiffany mientras jugaba para los Wisconsin Timber Rattlers (Clase A), quien más tarde sería su esposa. Esa relación personal se convertiría en un soporte fundamental de su vida privada por muchos años.

El 2 de septiembre de 1997 Ortiz debutó en las Ligas Mayores con los Mellizos. En septiembre de ese año participó en 15 encuentros, bateando .327 en 49 turnos. Su primer inatrapable oficial ocurrió el 3 de septiembre, un doblete como emergente frente a los Cachorros de Chicago. El 14 de septiembre de 1997 conectó su primer jonrón ante los Vigilantes de Texas, y en esa temporada inaugural finalizó con un jonrón y 6 impulsadas.

De 1998 a 2000 no logró establecerse como titular constante: fue enviado frecuentemente a las ligas menores debido a problemas físicos e intermitencia, y porque en Minnesota estaba Ron Coomer cubriendo la inicial. En junio de 2000 finalmente se consolidó como titular. Concluyó ese año con .282, 10 HR y 63 RBI, y pegó su inicial gran *slam* en Fenway Park (7 de septiembre) contra Ramón Martínez, uno de los lanzadores que fue modelo para Ortiz en su tierra.

Fallecimiento de su madre

Ortiz continuaba su progresión, y en esos años sus estadísticas mejoraban. Pero en enero de 2002 llegó la noticia más dura: su madre, Ángela, pereció en un accidente de tráfico a los 46 años. Desde entonces, cada vez que Ortiz cruzaba el plato tras un vuelacercas, elevaba la mirada al cielo y señalaba con ambos dedos índices en tributo a ella.

Al finalizar la contienda de 2002, los Mellizos, buscando reducir gastos, decidieron finalizar su contrato el 16 de diciembre de ese año, considerando que Ortiz había ganado 950 mil dólares en la temporada y se estimaba que ganaría cerca de 2 millones por arbitraje en 2003.

Matrimonio

El 16 de noviembre de 2002, David y Tiffany contrajeron nupcias.

Llegada a Boston

Poco después, Ortiz coincidió con Pedro Martínez en un restaurante de República Dominicana. Pedro ya ostentaba tres premios Cy Young y era una figura muy respetada con los Medias Rojas de Boston.

Una conversación entre ambos sirvió para recordar un jonrón que Ortiz le había conectado en agosto de 2002. David les comentó que lo habían dejado libre y Martínez aseveró que aquello era un suceso positivo.

Fue entonces cuando Pedro comenzó a contactar a directivos de los Medias Rojas para gestionar su contratación.

El 22 de enero de 2003, Ortiz firmó con Boston un acuerdo como agente libre no asegurado por 1.25 millones de dólares si lograba permanecer en el equipo. El resto ya es conocido.

Adoptó el número 34 en homenaje a Kirby Puckett, su guía en Minnesota. Inicialmente Boston tenía mucha competencia en el *lineup*: Jeremy Giambi, Shea Hillenbrand, Kevin Millar y Manny Ramírez entre otros; pero para mayo-junio, cambios y ausencias permitieron a Ortiz afianzarse como bateador designado principal.

Desató su poder en la segunda mitad de 2003: sacó 21 vuelacercas en 63 juegos de la segunda mitad y fue crucial en los playoffs (doble remolcador clave en la Serie Divisional contra Oakland, y dos jonrones en la Serie de Campeonato contra los Yankees).

2004: El año de su consagración

El 2004 es la campaña que lo impulsa a la fama masiva. Obtuvo una extensión por dos años y $12.5 millones, y respondió con una actuación impresionante: 41 bambinazos, 139 carreras impulsadas, promedio de .301, OPS de .983; seleccionado al Juego de Estrellas por primera vez; segundo en la votación al MVP de la Liga Americana, y se alzó con su primera Bate de Plata como designado.

Pero lo más recordado es su desempeño en postemporada: pegó un jonrón “de oro” contra Jarrod Washburn en la décima entrada del Juego 3 de la Serie Divisional para eliminar a Anaheim; en la Serie de Campeonato contra los Yankees fue determinante: jonrón de dos carreras en la 12ª entrada del Juego 4 para igualar la serie, y un sencillo que inclinó la balanza en la 14ª entrada del Juego 5.

Finalizó la serie con .387 de promedio, 3 HR y 11 RBI, siendo designado MVP de la Serie de Campeonato.

Boston barrió a los Cardenales de San Luis en la Serie Mundial; Ortiz contribuyó con un promedio de .308 y fue fundamental para poner fin a la “Maldición del Bambino”.

2005-2015 (30-40 años)

En 2005 Ortiz se potenció aún más: 47 HR, 148 remolcadas, promedio de .300 y OPS de 1.001. Quedó segundo en la contienda por el MVP (tras Alex Rodríguez). Boston se mantuvo constante en postemporada; Ortiz ya era una figura de gran estima en la ciudad y dentro del béisbol.

La campaña de 54 vuelacercas

En 2006 anotó 54 homeruns (récord de la franquicia en ese momento), 137 impulsadas, promedio de .287 y OPS de 1.049. Lideró la Liga Americana en jonrones y empujadas y terminó tercero en la votación al MVP.

Segundo Mundial

En 2007 registró su mejor porcentaje de bateo (.332), con 35 HR y 117 remolcadas. Fue un elemento clave para que Boston consiguiera su segunda Serie Mundial en la era reciente (séptimo trofeo de la franquicia).

Inaugura su fundación

En 2007 Ortiz dio vida al David Ortiz Children’s Fund, una organización dedicada a apoyar a infantes con problemas cardíacos y otras afecciones médicas, facilitando operaciones y tratamientos tanto en República Dominicana como en Estados Unidos.

En 2008 padeció una dolencia en la muñeca que lo mermó; participó en 109 juegos y finalizó con 23 HR, 89 RBI y promedio de .264. A pesar de los obstáculos, fue seleccionado al Juego de Estrellas.

El 11 de junio de 2008 Ortiz se convirtió en ciudadano estadounidense, prestando juramento en la Biblioteca John F. Kennedy de Boston — un gesto de gran significado que

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