Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Raleigh, Carolina del Norte — Agentes federales han capturado ya a más de 250 individuos durante una incursión migratoria en Carolina del Norte, centrada en Charlotte, la urbe más grande del estado, comunicó el miércoles el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU.
La acción, iniciada este fin de semana, supone la fase más reciente de las intensas iniciativas de expulsión masiva promovidas por el presidente republicano Donald Trump, las cuales han movilizado a personal militar y a oficiales de inmigración hacia ciudades gobernadas por demócratas: desde Chicago hasta Los Ángeles, pasando por Portland, Oregón.
La campaña de arrestos en Carolina del Norte se extendió el martes a los alrededores de Raleigh, la capital estatal, generando inquietud en al menos una zona residencial con alta presencia de inmigrantes.
El número de aprehensiones registradas hasta el momento dentro de lo que el gobierno ha denominado “Rastreo de Charlotte” duplica aproximadamente la cifra divulgada por funcionarios del DHS al inicio de la semana. La dependencia indicó en un comunicado que las agencias “continúan enfocándose en algunos de los extranjeros indocumentados con historial delictivo más peligrosos.”
Entre sus blancos se encuentran personas que residen en Estados Unidos sin estatus legal y aquellos con presuntos expedientes penales.
Los funcionarios federales han ofrecido escasa información sobre los detenidos. También han mantenido reserva sobre la magnitud de los operativos de control migratorio en Carolina del Norte y el sitio de los próximos despliegues de agentes, manteniendo a las comunidades en incertidumbre.
La oleada de detenciones en Charlotte ha enfrentado focos de oposición y manifestaciones.
Un centenar de personas se congregó el miércoles frente a un establecimiento Home Depot en Charlotte, lugar donde se observó personal federal en distintas ocasiones desde que comenzó el aumento de operativos. Los impulsores de la protesta ingresaron por un momento a la tienda con pancartas anaranjadas y blancas que proclamaban: “ICE fuera de Home Depot, Protejamos a nuestras comunidades”.
Los arrestos en Charlotte han provocado un efecto disuasorio en vecindarios usualmente habitados por inmigrantes: la asistencia escolar disminuyó y pequeños negocios y restaurantes cerraron sus puertas para evitar confrontaciones entre clientes y agentes federales.
El temor también se extendió en ciertas áreas de Cary, un suburbio de Raleigh donde, según datos oficiales, casi el 20% de sus habitantes nació fuera de Estados Unidos. En un centro comercial que albergaba restaurantes de cocina local, el flujo de clientes se redujo y un supermercado de productos asiáticos estaba casi vacío el martes.
A escasos días de comenzar la ofensiva en Carolina del Norte, se preveía que efectivos de la Patrulla Fronteriza arribaran a Nueva Orleans hacia el final de la semana para iniciar los preparativos de su próxima gran intervención en el sureste de Luisiana, según documentos a los que accedió The Associated Press y tres fuentes conocedoras de la operación.
Cerca de 250 oficiales fronterizos federales tienen previsto llegar a Nueva Orleans en las próximas semanas para ejecutar una campaña migratoria de dos meses de duración, cuya fase activa comenzaría formalmente el 1 de diciembre.
Gregory Bovino, el jefe de la Patrulla Fronteriza designado para supervisar la redada en Luisiana, estuvo presente en Carolina del Norte esta semana, coordinando también la estructura operativa allí. Bovino se ha consolidado como la figura clave de la administración Trump para las redadas a gran escala, y ha recibido críticas por las metodologías empleadas para ejecutar las capturas.
El DHS optó por no emitir declaraciones sobre la operación. “Por motivos de seguridad de las tropas en el terreno, no vamos a adelantar información sobre posibles intervenciones”, señaló la vocera Tricia McLaughlin.















Agregar Comentario