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La septuagésima cuarta entrega del certamen Miss Universo 2025 ha generado mucha conversación, no solo por su variedad cultural, sino también por los singulares y vistosos vestuarios típicos que ciertas aspirantes presentaron en la pasarela.
La representante de Noruega se materializó prácticamente como un salmón andante, un homenaje evidente a uno de los sostenes económicos fundamentales de su nación.
Su indumentaria, con aperturas laterales, se desplegaba completamente al abrir los brazos, mostrando la silueta íntegra del pescado. En la cabeza portaba una pieza triangular que replicaba con notable exactitud la testa de un salmón.
Desde territorio asiático, Miss Sri Lanka exhibió uno de los conjuntos más debatidos del evento: una colosal tetera en tonos añiles y dorados que constituía el faldón de su atuendo.
Dicha estructura, montada sobre rodajes, hacía mención al célebre té cingalés, apodado también “oro verde”. En la sección superior, vestía un traje carmesí que culminaba la inspiración tomada de una de las infusiones más icónicas de su patria.
Miss Tanzania, en contraste, eligió un traje inspirado en una abeja, con apéndices cefálicos, una voluminosa cola de panal y grandes alas que sobresalían de su espalda, transformándola en una vibrante alegoría de la fauna y el dinamismo de su país.














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