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Por la Dra. Jenny Cepeda – Endocrinóloga especialista en diabetes, nutrióloga clínica, Investigadora del Instituto de Medicina Tropical y Salud Global (IMTSAG-UNIBE) en la temática de diabetes y nutrición / @drajennycepeda.
Los agonistas del receptor de GLP-1 (AR GLP-1), como liraglutida, semaglutida y tirzepatida, se han establecido como tratamientos fundamentales para la diabetes tipo 2 y la obesidad. Su influencia va más allá del manejo de la glucosa, ofreciendo protección cardiovascular y renal, además de facilitar una notable disminución de peso. Las directrices de la Asociación Americana de la Diabetes (ADA) para 2025 subrayan que estos medicamentos no sirven únicamente para “bajar el azúcar”, sino que son instrumentos con amplios beneficios metabólicos y en órganos vitales de gran trascendencia clínica.
Las pautas actuales aconsejan empezar el tratamiento priorizando los AR GLP-1 para pacientes con diabetes tipo 2 que ya padezcan enfermedad cardiovascular establecida, presenten un alto riesgo cardiovascular, obesidad o enfermedad renal crónica. En numerosos casos, incluso se prefieren sobre la adición de insulina basal.
Uno de los resultados más evidentes para el paciente es la reducción ponderal. Estudios clínicos y metaanálisis demuestran pérdidas de peso constantes e importantes; con moléculas más potentes como la semaglutida, estas disminuciones pueden compararse con las logradas mediante ciertas intervenciones bariátricas.
La ADA 2025 enfatiza que esta pérdida de peso no es meramente estética. Se vincula positivamente con una mejor regulación glucémica, disminución de la tensión arterial, reducción de la apnea del sueño, mayor movilidad y un aumento general en la calidad de vida.
Los AR GLP-1 marcan un punto de inflexión en la cardiología metabólica. Investigaciones como LEADER, SUSTAIN-6 y REWIND evidenciaron reducciones significativas en eventos cardiovasculares mayores: mortalidad cardiovascular, infarto de miocardio no fatal y accidente cerebrovascular no fatal. Un metaanálisis en *Lancet Diabetes & Endocrinology* confirmó que, en general, los AR GLP-1 disminuyen los eventos cardiovasculares, la mortalidad total y los desenlaces renales adversos.
La evidencia también indica que los AR GLP-1 frenan el avance de la albuminuria y bajan el riesgo de deterioro de la función renal. Estos efectos beneficiosos se aprecian tanto en personas con diabetes tipo 2 como en individuos con obesidad de alto riesgo. Las guías más recientes ya los incluyen en las estrategias de protección renal, junto con los inhibidores de SGLT2, para pacientes seleccionados.
Otro ámbito con gran potencial es su impacto en la enfermedad hepática asociada a disfunción metabólica (conocida como MASLD) y en la esteatohepatitis. La disminución de peso, la mejoría de la resistencia a la insulina y los cambios positivos en la inflamación hepática pueden ayudar a ralentizar la progresión de estas afecciones, cuya repercusión en la salud pública es cada vez mayor.
Los AR GLP-1 constituyen una categoría farmacológica que supera el objetivo del control glucémico. Contribuyen a la reducción de peso, cuidan el corazón y el riñón, optimizan marcadores cardiometabólicos y se integran en una atención orientada a la persona.
La clave reside en individualizar su aplicación y complementarla con educación, modificaciones en el estilo de vida y monitoreo clínico. No se trata simplemente de “otra inyección”, sino de un enfoque terapéutico integral capaz de añadir años y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Esta sección es el espacio formativo de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Envíe sus consultas a: articulos@sodonuclim.org / @sodonuclim.















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