Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
WASHINGTON (AP) — Larry Summers llegó a ostentar tanto influjo que se le apodó miembro del Comité para Rescatar al Mundo. Ahora, se encuentra crecientemente marginado.
Summers, de 70 años, pidió el miércoles una licencia de su plaza de docencia en la Universidad de Harvard, luego de que la semana anterior se revelaran correos electrónicos donde se evidenciaba una relación cordial con Jeffrey Epstein, mucho tiempo después de que el financiero admitiera su culpabilidad por solicitar servicios sexuales de una menor en 2008.
El ex Secretario del Tesoro estadounidense, quien aspiró a dirigir la Reserva Federal, ya había iniciado una retirada de la esfera pública tras destaparse los correos. No obstante, la decisión de cesar en su labor docente en la alma máter que llegó a presidir resulta particularmente notoria para alguien que fue una figura prominente —y a veces controvertida— en Washington y el ámbito académico.
A continuación, le ofrecemos un resumen sobre Summers.
Los mensajes electrónicos divulgados la semana pasada mostraron que muchos integrantes de la extensa red de amistades de Epstein, de la cual formaba parte Summers, mantuvieron el contacto bastante tiempo después de su admisión de culpa en 2008. En un correo enviado al financiero en 2019, Summers comentó las interacciones que tuvo con una dama, escribiendo que “le dije, ¿qué haces? Ella contestó, ‘Estoy ocupada’. Le comenté que eres muy esquivo”.
Epstein, quien frecuentemente cometía faltas de ortografía y gramática, replicó: “Reaccionaste bien… el fastidio indica interés. No quejarse demostró firmeza”.
Al ser consultado sobre esas comunicaciones la semana pasada, Summers emitió un comunicado señalando que poseía “grandes lamentos en su vida” y que su vínculo con Epstein fue un “grave error de criterio”.
Epstein se quitó la vida en una cárcel de Manhattan en 2019 mientras aguardaba juicio por acusaciones de abuso sexual y tráfico de menores.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien también ha enfrentado cuestionamientos sobre su conexión con Epstein, solicitó al Departamento de Justicia y al FBI que indagasen los lazos de Epstein con Summers y otros prominentes figuras demócratas, como el expresidente Bill Clinton y el inversor Reid Hoffman. La Secretaria de Justicia, Pam Bondi, comunicó que encomendó a un fiscal federal de alto rango dirigir esa investigación apenas unos meses después de que su departamento aseverara no haber méritos suficientes para continuar indagando a los allegados de Epstein.
Tras la publicación de los mensajes la semana pasada, la oficina de Summers informó que dimitiría de su posición en el consejo directivo de OpenAI, creador de ChatGPT. Representantes del Center for American Progress, un centro de pensamiento progresista, y del Budget Lab en Yale también confirmaron que Summers ya no estaba afiliado a sus organizaciones.
En los círculos financieros, Summers ya era muy reconocido cuando Clinton arribó a la Casa Blanca en 1993. Fue uno de los académicos más jóvenes en obtener la titularidad en Harvard, a los 28 años, y posteriormente ocupó una posición relevante en el Banco Mundial.
Pero su perfil a nivel nacional se acrecentó durante la presidencia de Clinton, cuando ejerció funciones de gran responsabilidad en el Departamento del Tesoro. Como subsecretario del Tesoro, fue un actor fundamental en los esfuerzos para contener una crisis económica que se propagó por Asia. Esto llevó a que apareciera en la portada de la revista Time junto al entonces Secretario del Tesoro, Robert Rubin, y el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan. Al trío se le dio el sobrenombre de Comité para Salvar al Mundo, reflejando el halo que rodeaba a muchos líderes económicos estadounidenses de esa época.
Summers fue el último Secretario del Tesoro de Clinton en un periodo donde el entusiasmo por la desregulación se apoderó de ambos partidos en Washington. Fue uno de los demócratas que apoyó la legislación que eliminó o debilitó muchas normativas financieras que habían regido Wall Street desde la Gran Depresión, una postura que más tarde le traería problemas.
Con los demócratas fuera de la presidencia, Summers retornó a Harvard en 2001 como rector de la universidad. Su gestión estuvo marcada por la controversia, especialmente tras una alocución en 2005 en una conferencia sobre cómo fomentar la diversidad en ciencia e ingeniería. Planteó que la menor representación de mujeres en esos campos se debía a una “capacidad intrínseca”.
Sus declaraciones fueron tachadas de machistas. Summers renunció a la rectoría al concluir el ciclo académico 2006, en medio de fricciones con el profesorado y las secuelas de sus comentarios sobre las mujeres.
Cuando Summers regresó a Washington en 2009, Estados Unidos estaba sumido en su recesión más grave desde la Gran Depresión. El presidente Barack Obama lo designó para liderar el Consejo de Asesores Económicos. Sin embargo, fue recibido con recelo por muchos demócratas, particularmente los del ala progresista del partido, que ganaba terreno, quienes lo responsabilizaron por haber contribuido a generar la inestabilidad financiera. Sostuvieron que fue uno de quienes avalaron la desregulación que suprimió muchas de las cautelas del sistema bancario.
Incluso Clinton manifestó a ABC News en 2010 que, si bien asumía la responsabilidad por haber promulgado la ley, creía que Summers y Rubin se habían equivocado al impulsarlo a no regular los derivados. Se achacó a esos complejos instrumentos financieros haber causado parte de la crisis.
Summers mantuvo una relación cercana con Obama, quien lo consideró seriamente para reemplazar a Ben Bernanke como presidente de la Fed. Pero sus comentarios sobre las mujeres y las críticas a su papel en la flexibilización financiera parecían excesivos para el Senado, donde era evidente que no obtendría la ratificación.
Summers se retiró de la contienda y Obama nominó a Janet Yellen, quien se convirtió en la primera mujer en tomar las riendas del banco central.
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Kimberlee Kruesi y Rodrique Ngowi, periodistas de The Associated Press, colaboraron en este despacho.
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Esta crónica fue adaptada del inglés por un editor de AP con el apoyo de una herramienta de inteligencia artificial generativa.















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