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Ciertas personas con gran salud y longevidad practican el hara hachi bu, una doctrina culinaria fundamentada en la templanza.
Este hábito proviene de una enseñanza japonesa confuciana que sugiere comer únicamente hasta sentirse saciado en un ochenta por ciento aproximadamente.
Últimamente, se ha popularizado como método para adelgazar.
Aunque el hara hachi bu subraya la importancia de comer moderadamente y parar antes de llenarse por completo, no debe considerarse un régimen restrictivo.
Más bien, representa una manera de alimentarse que nos asiste en cultivar la atención y el agradecimiento al comer sosegadamente.
Los estudios sobre el hara hachi bu son limitados.
Investigaciones previas han analizado los patrones alimenticios generales de quienes habitan zonas donde esta costumbre culinaria es más usual, mas no la “norma del ochenta por ciento” de forma aislada.
No obstante, los datos disponibles indican que el hara hachi bu podría disminuir la ingesta calórica diaria total.
Asimismo, se vincula con un menor aumento de peso a largo plazo y un índice de masa corporal promedio más bajo.
Esta práctica coincide con hábitos de alimentación más saludables en varones, quienes optan por ingerir más vegetales y menos granos en sus comidas al seguir el hara hachi bu.
El hara hachi bu comparte varios puntos clave con la alimentación consciente o intuitiva.
Estos enfoques, centrados en la conciencia y sin hacer hincapié en dietas limitantes, promueven una mayor sintonía con las señales internas de hambre y saciedad.
La evidencia revela que ambas metodologías también pueden ayudar a reducir la ingesta emocional de alimentos y mejorar el bienestar general de la dieta.
El hara hachi bu puede ofrecer también muchas ventajas que superan la mera pérdida de peso.
Por ejemplo, el enfoque del hara hachi bu en la atención plena y la alimentación instintiva puede proporcionar una vía suave y perdurable para respaldar transformaciones sanitarias a largo plazo.
Dichos cambios sostenibles son mucho más fáciles de mantener con el tiempo.
Esto puede optimizar la salud y prevenir la recuperación de la masa magra, un riesgo para quienes adelgazan con las dietas convencionales.
La doctrina del hara hachi bu cobra sentido también en el panorama de la vida actual y puede ayudarnos a forjar un vínculo mejor con lo que comemos.
Existen indicios de que cerca del setenta por ciento de adultos y menores utilizan aparatos digitales mientras comen.
Este comportamiento se ha correlacionado con una mayor ingesta calórica, una menor ingesta de frutas y hortalizas, y una prevalencia incrementada de desórdenes alimenticios, tales como la restricción, los atracones y la sobrealimentación.
Como nutricionista, lo observo constantemente.
Idealizamos la comida, nos absorbemos con ella, hablamos de ella y publicamos sobre ella en plataformas digitales, pero con frecuencia, no la disfrutamos de verdad.
Hemos perdido esa conexión y ese aprecio por ella.
Estar más atentos a lo que comemos y dedicar tiempo a degustarlo, disfrutarlo y experimentarlo plenamente, tal como resalta el hara hachi bu, puede permitirnos reconectar con nuestro cuerpo, fomentar la digestión y tomar decisiones alimentarias más nutritivas.















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