Internacionales

La congresista Marjorie Taylor Greene, antes aliada de Trump, dejará el Congreso

8967424026.png
La persona ganadora en esa votación especial completaría el resto del periodo de Greene hasta enero de 2027.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

WASHINGTON (AP) — La congresista federal Marjorie Taylor Greene, por Georgia, otrora fiel seguidora del presidente Donald Trump y ahora crítica, informó este viernes que dejará su escaño en el Congreso en enero.

En un video de más de 10 minutos subido en línea, Greene explicó su partida y señaló que no deseaba que su circunscripción “sufriera unas reñidas y odiosas primarias en mi contra por parte del presidente por el que todos luchamos”, declaró.

La renuncia de Greene se produce luego de fricciones públicas con Trump en los pasados meses, pues la legisladora criticó su postura sobre los documentos vinculados al financiero Jeffrey Epstein, así como temas de política exterior y sanidad nacional.

Trump la tildó de “traidora” y “extravagante”, y anunció su apoyo a un opositor cuando Greene buscara la reelección el año entrante.

Green puntualizó que su último día sería el 5 de enero de 2026.

La Casa Blanca no emitió respuesta inmediata a una solicitud de comentarios el viernes por la noche.

En una breve conversación telefónica esa misma noche, Trump comentó a ABC News que la dimisión de Greene es “excelente noticia para el país”. Dijo no tener previstos encuentros con ella pero le deseó lo mejor.

Greene fue una de las más enérgicas y visibles promotoras del lema “Hacer a América Grande de Nuevo” (MAGA) de Trump, adoptando parte de su modo de hacer política directo y sin tapujos.

Su quiebre con él marcó una notable fisura en la influencia del exmandatario sobre los conservadores, especialmente su sector más radical. Sin embargo, su decisión de renunciar pese a la oposición de Trump la alinea con muchos republicanos más tradicionales del sistema que le antecedieron en oponerse a él.

La representante, quien grabó el video de su anuncio sentada en su sala con un crucifijo al cuello y un árbol de Navidad y una planta de espatifilo de fondo, manifestó: “Mi vida está colmada de dicha, y mis convicciones auténticas se mantienen firmes, pues mi valía propia no la determina un hombre, sino Dios”.

Greene había estado fuertemente ligada al mandatario republicano desde que inició su carrera política en 2020.

En su grabación, resaltó su larga fidelidad a Trump, salvo en ciertos puntos, e indicó que era “injusto y equivocado” que él la atacara por disentir.

“La lealtad debe ser mutua, y deberíamos poder votar según nuestra conciencia y representar los intereses de nuestro distrito, porque nuestro título de trabajo es literalmente ‘representante'”, argumentó.

Greene llegó al cargo encabezando el movimiento MAGA, y pronto se volvió un foco de atención en el Capitolio por sus visiones, a menudo poco convencionales. En su metraje del viernes, Greene dijo que “en Washington, D.C., siempre he sido repudiada, y sencillamente nunca encajé”.

Al abrazar la teoría conspirativa QAnon y aparecer junto a segregacionistas blancos, Greene enfrentó el rechazo de los líderes de su partido, pero fue bien recibida por Trump, quien la llamó “una verdadera triunfadora”.

Con el tiempo, demostró ser una legisladora astuta, habiéndose alineado con el entonces líder republicano Kevin McCarthy, quien ascendería a presidente de la Cámara de Representantes. Fue una voz de confianza en el ala derecha, hasta la destitución de McCarthy en 2023.

Si bien ha habido una oleada de legisladores de ambos bandos dejando el Capitolio antes de las elecciones intermedias del próximo otoño, en un periodo en que la cámara baja suele tener sesiones turbulentas, la noticia de la retirada de Greene resonará en las filas y abrirá interrogantes sobre sus próximos pasos.

Greene fue electa por primera vez a la Cámara de Representantes en 2020. Inicialmente planeaba competir en un distrito disputado en los suburbios del norte de Atlanta, pero se mudó al mucho más conservador 14º Distrito en el extremo noreste de Georgia.

El hecho de que su distrito quede vacante implica que el gobernador republicano Brian Kemp deberá fijar una fecha para una elección especial dentro de los 10 días siguientes a la renuncia de Greene. La persona ganadora en esa votación especial completaría el resto del periodo de Greene hasta enero de 2027. Dichas elecciones podrían ocurrir antes de las elecciones internas del partido en mayo para el próximo bienio.

Incluso antes de ser elegida, Greene mostró una inclinación por la retórica dura y las teorías conspirativas, sugiriendo que un tiroteo masivo en Las Vegas en 2017 fue un ataque orquestado para fomentar el apoyo a nuevas restricciones a las armas. En 2018, secundó la noción de que el gobierno de EE. UU. orquestó los atentados del 11 de septiembre de 2001, especulando que un “supuesto” avión impactó el Pentágono.

En 2019, Greene sostuvo que las congresistas demócratas Ilhan Omar y Rashida Tlaib —ambas musulmanas— no eran miembros “formales” del Congreso por utilizar el Corán en lugar de la Biblia en sus juramentos.

Solía tener simpatías por QAnon, una red cibernética que cree que una cábala global de adoradores satánicos caníbales —incluidos altos funcionarios del gobierno estadounidense— maneja una red de trata sexual infantil. Finalmente se desvinculó, diciendo que se “dejó llevar por algunas cosas que vio en internet”.

Durante la crisis del COVID-19, recibió fuertes críticas y se disculpó por equiparar el uso de mascarillas protectoras con las atrocidades del Holocausto.

Por otro lado, fue objeto de burla y reproche en 2018 tras especular en Facebook sobre una conspiración, planteando que un incendio forestal en California pudo haber sido provocado por “láseres o haces de luz azules” controlados por una camarilla de izquierda ligada a una conocida familia judía.

Cuando Trump estuvo fuera del poder entre su primer y segundo mandato, Greene a menudo lo suplió en cierta medida en Washington, promoviendo ideas afines y un estilo audaz.

Mientras el entonces presidente Joe Biden ofrecía su discurso sobre el Estado de la Unión en 2022, Greene se levantó y empezó a corear “¡construyan el muro!”, en referencia al muro fronterizo entre Estados Unidos y México que Trump inició en su primer mandato.

El año pasado, cuando Biden pronunció su última alocución sobre el Estado de la Unión, Greene volvió a acaparar la atención al confrontarlo sobre la seguridad fronteriza y el homicidio de una estudiante de enfermería de Georgia, Laken Riley, a manos de un migrante indocumentado.

Greene, portando una gorra roja MAGA y una camiseta sobre Riley, le entregó al presidente un pin que rezaba: “Di su nombre”. Luego, la legisladora le gritó eso al presidente a mitad de su discurso.

No obstante, este año, el primero de ella en la cámara baja con Trump en la Casa Blanca, las fisuras en su apoyo incondicional al mandatario comenzaron a notarse, antes de que se quebrara por completo.

El malestar de Greene se remonta al menos a mayo, cuando anunció que no competiría por el Senado contra el titular demócrata Jon Ossoff, mientras atacaba a donantes y asesores republicanos que temían que no pudiera ganar.

La inquietud de Greene se acentuó en julio, cuando comunicó que tampoco buscaría la gubernatura de Georgia.

Además, estaba inconforme con la dirección republicana en el Capitolio, que actuaba en sintonía con el presidente.

Greene expuso en su video que “el congreso ha permanecido mayormente relegado” desde que los republicanos asumieron el control total de Washington en enero, y las propuestas de ley que ella presenta “simplemente se acumulan sin avanzar”.

“Eso es lo que sucede con la mayoría de los proyectos legislativos de los congresistas”, señaló. “El presidente (de la cámara baja) jamás los lleva al pleno para votación”.

Los mensajes dejados en la oficina del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, no tuvieron respuesta por el momento.

Los republicanos probablemente perderán las elecciones intermedias el próximo año, anticipó Greene, y luego “se esperaría que (ella) defendiera al presidente contra el juicio político después de que él, con resentimiento, gastara decenas de millones en mi contra e intentara aniquilarme”.

“Todo es tan ridículo y totalmente frívolo”, lamentó. “Me rehúso a ser una esposa que sufre maltratos esperando que todo se esfume y mejore”.

Amy reportó desde Atlanta. El periodista de The Associated Press Jonathan J. Cooper en Phoenix colaboró con esta nota.

Esta crónica fue adaptada del inglés por un editor de AP con asistencia de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

TRA Digital

GRATIS
VER