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El encargado Berroa logró evadir a la criminalidad de Las Cañitas

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Se desarrolló en un medio sumamente adverso y apartado, mas eso no fue obstáculo para alcanzar las Ligas Mayores.

Se desarrolló en un medio sumamente adverso y apartado, mas eso no fue obstáculo para alcanzar las Ligas Mayores.

“Primero se ve en el Playstation, luego en la mente, después uno lo anhela, y cuando al fin se materializa se convierte en la mayor dicha de la vida.”

Con estas reflexiones del propio Steward Berroa, empezó a perfilarse una aspiración que muchos ven como inalcanzable para un joven oriundo de un vecindario humilde, marcado por la violencia y la escasez. Pero él, con fe, constancia y valor, creyó que dicho sueño merecía el esfuerzo.

Steward nació y creció en Las Cañitas, un sector del Distrito Nacional donde el día a día, hace poco más de una década, se caracterizaba por el crimen, enfrentamientos entre pandillas, asaltos, y una realidad dura para cualquier muchacho con grandes aspiraciones. Al menos así lo rememora él.

“Hubo momentos en que a veces tocaba salir corriendo porque se armaban muchos altercados y los individuos en ciertas épocas se peleaban a diario”, comentó Berroa al Listín Diario.

Ese era el ambiente: peligro y riesgo, un camino muy sencillo hacia lo negativo, incluso, cuando llegó a involucrarse en “riñas juveniles”.

“En ocasiones tuve algunas disputas, pero nada que ver con asuntos de delincuencia o malos pasos. Siempre he sido muy respetuoso con mis padres y un joven de casa; nunca me han atraído los problemas ni las cosas de la calle”, afirmó el dinámico pelotero.

Esa conexión con sus raíces, ese respeto por sus progenitores, fue fundamental. Muchos a su alrededor tomaron otro rumbo, pero Steward optó por ilusionarse de manera distinta.

La trayectoria de Steward para dejar Las Cañitas no fue sencilla. Participó en incontables pruebas de selección (tryouts), e incluso se “coló” en algunas que no eran para él, pero como todo un luchador, lo que buscaba era una posibilidad, por remota o pequeña que fuera.

En ciertas ocasiones, llegaba incluso a realizar pruebas sin haber desayunado.

“A veces íbamos al campo apenas con lo puesto. Si iban a ver a otro jugador, ahí me metía yo; si había un viaje para un tryout, allí estaba también. Nunca claudiqué. Es un proceso. Nada se regala. Todo lo que se logra es gracias al empeño”, recalcó Steward.

Ese esfuerzo lo condujo a firmar con los Azulejos de Toronto en 2016 y progresivamente, ascender hasta llamar a la puerta del anhelo que todo beisbolista guarda como tesoro: debutar en las Grandes Ligas.

El 23 de junio de 2024 se hizo realidad. Toronto lo convocó y tocó la gloria de portar un uniforme de Grandes Ligas.

“Me tomó por sorpresa cuando me informaron que subiría a MLB. Quiero decir, es algo que uno espera y afortunadamente me estaba yendo bien en las sucursales, pero de todos modos esa noticia asombra incluso al más preparado”, expresó Berroa.

Lo primero que hizo fue contactar a sus padres:

“Primero llamé a mi padre y luego a mi madre. Papá es más reservado, aunque sé que se emocionó enormemente por dentro, pero mamá sí enloqueció, lloró, dio saltos. Ese instante me hizo sentir muy orgulloso.”

Además de jugar en las Ligas Mayores, Berroa ha mantenido su participación en el torneo invernal dominicano.

La temporada anterior militó para los Leones del Escogido, equipo con el que se coronó campeón, aunque luego fue transferido a las Águilas Cibaeñas.

“En mi breve carrera he aprendido que esto es un negocio. Obviamente me llevo gratos recuerdos del Escogido, especialmente el campeonato que pudimos ganar y las amistades que forjé. Pero ahora estamos en las Águilas, representando la esencia de lo que significa este equipo histórico y gracias a Dios estamos cumpliendo un buen papel”, comentó Steward.

Con el conjunto cibaeño, Berroa ha tenido la oportunidad y ha respondido excelentemente con su desempeño.

En 23 encuentros disputados este año, Berroa exhibe un promedio de .340, con dos cuadrangulares, 16 carreras anotadas, 13 bases robadas, 12 boletos, siete impulsadas, dos dobles y un porcentaje de embasado (OBP) de .484, siendo un abridor efectivo en un equipo que ha tenido la mejor mitad de temporada en la historia de la liga.

“Intento cada día asimilar cosas positivas y, sobre todo, aprender de mí mismo. ¿Qué puedo hacer diferente para influir de más maneras con mi juego? Aprender de los entrenadores, los experimentados, y llevar todo lo que absorba a las Grandes Ligas”, añadió.

Berroa llegó a las Águilas en canje por el también jardinero Alex Canario, quien con los rojos ostenta un promedio de .135, un jonrón, ocho anotadas y seis remolcadas en 20 juegos.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

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