Rusia despierta a la OTAN: cómo frenar una avalancha de drones de bajo costo sin incurrir en gastos descomunales.
El Tor-M2K se monta sobre plataforma bielorrusa MZKT-6922 6×6, uniendo la experticia rusa de Almaz-Antey en misiles de corto alcance con un vehículo que alcanza 80 km/h, soporta 30 toneladas y resiste impactos ligeros y metralla.
Sobre esta base rodante, el sistema está ideado para interceptar aviones, helicópteros, proyectiles de crucero, bombas guiadas, y muy especialmente, vehículos aéreos no tripulados; amenazas que hoy dominan los conflictos.
El sistema se distingue por su cobertura de vigilancia total (360°), su gestión de fuego digital y sus misiles de lanzamiento vertical, con alcances de entre 12 y 15 kilómetros y hasta 10 km de techo, según la munición empleada.
Uno de sus puntos fuertes es la habilidad de seguir múltiples objetivos y disparar varios misiles al mismo tiempo, un aspecto vital ante embates masivos de drones o municiones merodeadoras.
El Ministerio de Defensa de Bielorrusia afirma que las tripulaciones han verificado sus prestaciones en prácticas con fuego real, algo esencial en un campo donde cada segundo cuenta.
La serie Tor posee un extenso historial operativo. Su origen data de los años ochenta en la URSS como 9K330 Tor (designación OTAN SA-15 Gauntlet), y ha recibido constantes mejoras que derivaron en las variantes M1 y M2.
Estas actualizaciones han expandido su alcance radar, aumentado la automatización y perfeccionado su capacidad para neutralizar amenazas simultáneas, aplicando aprendizajes de despliegues reales como los vistos en Siria.
La versión con ruedas Tor-M2K ofrece beneficios logísticos y mejor movilidad por carretera en comparación con el modelo original de orugas, algo muy apreciado por Bielorrusia para resguardar instalaciones clave y unidades desplegadas.
El Tor-M2K propone un enfoque distinto al de otros sistemas antiaéreos. A diferencia del Pantsir-S1 ruso —que combina cañones y misiles en un camión pesado 8×8—, el Tor integra su radar, control de tiro y lanzadores en un único blindado, priorizando la respuesta ágil y la autonomía táctica.
A contrapunto de soluciones occidentales como NASAMS o IRIS-T SLM, diseñadas para defender puntos fijos mediante redes sensores dispersas, el Tor-M2K se concibe como un sistema autónomo y móvil “todo en uno”, apto para proteger convoyes en movimiento o activos estratégicos reubicables.
Para las cancillerías de la OTAN que siguen de cerca la modernización militar en Bielorrusia, la recepción de nuevos Tor-M2K se percibe como un paso más en la creciente saturación del espacio aéreo en el flanco este.
El fortalecimiento del escudo protector ruso-bielorruso de corto alcance no solo potencia la negación aérea en posibles crisis, sino que complica cualquier estrategia aliada basada en el uso de aeronaves tripuladas, drones o proyectiles guiados.
Este despliegue añade un nuevo estrato a la red defensiva coordinada que Moscú y Minsk han estado erigiendo desde 2022, consolidando de facto una burbuja de antiacceso y negación de área (A2/AD) en el límite oriental de la Alianza.
En un contexto donde la guerra electrónica, las formaciones de drones y los ataques saturados están redefiniendo el teatro de operaciones, la incorporación de más unidades Tor-M2K subraya la intención de ambos socios de mantener una ventaja tecnológica y táctica persistente frente a cualquier presión occidental.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.















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