SANTO DOMINGO, República Dominicana. El día de hoy los cristianos católicos celebran la Eucaristía de Corpus Christi, la cual busca fomentar la fe de los creyentes en la presencia del señor Jesucristo, a través de un culto de adoración público.
Esta celebración se realiza 60 días después del Domingo de Resurrección, específicamente el jueves siguiente al noveno domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte.
Según la historia, dicha celebración se debe a Santa Juliana de Monte Cornillon la cual tuvo la visión desde pequeña de que la iglesia debía ofrecerle una fiesta a la Eucaristía o la comunión y fue en el 1261 cuando el Papa Urbano IV, convocó la aprobación de esta celebración, primero en Lieja y luego en todo el mundo en 1264.
Otra versión acerca de los inicios de esta festividad, según una fábula campesina o versión popular el buey se reveló ante el hombre y le dijo “déjame descansar”, a los que varias personas entrevistadas coincidieron en que “este día se debe descansar y reflexionar”.
Uno de los tres libros litúrgicos oficiales del Ritual Romano Los fieles, dice que “cuando veneran a Cristo, presente en el Sacramento, recuerden que esta presencia deriva del Sacrificio y tiende a la comunión, sacramental y espiritual” . Según este fragmento la conmemoración de Corpus Christi evoca tanto la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, como la Cruz. Así la celebración del Santísimo Sacramento conmemora la Pascua.
Juan en su capítulo 6, versículos 51 y 52 dice “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Quien comiere de este pan, vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi misma carne para la vida del mundo”. Lo que nos deja a entender que Jesús desea que nos alimentemos de él, para que nuestras vidas no estén vacías y carentes de sentido. Comer el Pan vivo bajado del cielo significa vivir al estilo de Jesús, reflexionar su palabra, aprender de su forma de actuar, de su cercanía para con todos, de forma especial con los más desamparados, vivir sabiendo que el centro de nuestra existencia es Dios.
La eucaristía es el pilar central de la fe, que nutre con la palabra y con el Cuerpo y Sangre de Jesucristo. La fe es la “expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen” (Hebreos 11:1). La fe es la certeza de lo que no se ve, de lo imposible, pero tienes una firme convicción de que Dios puede cambiarlo a tu favor.
Aprovechemos este día conmemorativo de la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo para reflexionar y cultivar la fe en nuestro creador y su propósito real en nuestras vidas. Cultivemos el amor para que florezca la paz y la armonía. Practiquemos la bondad y la tolerancia con el fin de vivir en una sociedad más digna.
Por Miosoty Álvarez.
