(EFE).- Al menos seis personas han muerto en los bombardeos rusos de las últimas horas contra Ucrania, cuatro de ellos en la región de Donetsk, en el este del país, la zona más castigada por la guerra.
Según han informado fuentes oficiales, las tropas rusas lanzaron este martes un ataque con misiles contra la ciudad de Kramatorsk, a apenas 50 kilómetros de Bajmut, donde actualmente se concentra la ofensiva rusa que lideran las fuerzas de asalto del grupo de mercenarios Wagner.
En este ataque murió un civil y resultaron heridos al menos otros tres, indicó el gobernador regional, Pavlo Kyrylenko, quien también confirmó que la ofensiva con misiles causó daños en seis edificios de gran altura de la ciudad.
Previamente, Kyrylenko notificó que los rusos habían matado a otros tres civiles en diferentes puntos de la región de Donetsk, en ataques que hirieron a más de 14 personas.
Las fuerzas rusas también lanzaron ataques en las últimas horas contra la región de Jersón, incluida la capital, en los que una persona murió y otras seis resultaron heridas.
La portavoz del Comando Sur ucraniano ha asegurado este martes que los representantes que Moscú ha instalado en esta región del sur de Ucrania, se preparan para abandonar los territorios que aún ocupan en lo que parece un inicio de retirada.
Jersón es una de las cuatro regiones ucranianas, junto a Zaporiyia, Lugansk y Donetsk, que Rusia se anexionó unilateralmente el pasado mes de septiembre, sin haber logrado el control total del territorio.
La Corte Penal Internacional (CPI) abrirá dos casos de crímenes de guerra contra Rusia vinculados a la invasión de Ucrania y tramitará órdenes de arresto contra varias personas, según informa The New York Times.
El diario asegura, con fuentes de funcionarios relacionados con estas decisiones pero sin autorización para hablar públicamente de ellas, que se prevén sendas acusaciones contra Rusia por secuestrar a niños ucranianos y atacar deliberadamente la infraestructura civil del país.
Se trataría de los primeros cargos internacionales que se presenten desde el comienzo del conflicto, el 24 de febrero del pasado año, y se producen después de meses de trabajo por parte de equipos especiales de investigación de los crímenes de guerra, según el rotativo.
En las investigaciones se alega que Rusia secuestró a niños y adolescentes ucranianos y los envió a campos de reeducación rusos, y que atacó deliberadamente la infraestructura civil.
El Kremlin, que ha negado las acusaciones de crímenes de guerra, ha recordado hoy que Rusia no reconoce la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI).
Pese a que Ucrania ya ha iniciado acciones contra Rusia en la CPI, este tribunal con sede en La Haya puede juzgar crímenes de guerra que puedan haber cometido en ese país las fuerzas rusas, pero no tiene competencias para enjuiciar la decisión de invadir territorio ucraniano.