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44 años después de David, las familias afectadas viven en chabolas

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Santo Domingo - En la tarde del 31 de agosto de 1979, como si el tiempo se hubiera detenido, cerca de 300 familias que perdieron sus hogares tras el paso del devastador huracán David, de categoría 5.

Santo Domingo – En la tarde del 31 de agosto de 1979, como si el tiempo se hubiera detenido, cerca de 300 familias que perdieron sus hogares tras el paso del devastador huracán David, de categoría 5, siguen viviendo en condiciones infrahumanas en el municipio de Los Alcarisos. viviendo en condiciones infrahumanas.

El progreso aún no ha llegado.

A pocos metros de la moderna estación del teleférico de Puente Blanco, justo detrás del mercado de Los Prodaclores, se encuentra el barrio de Canta La Lana.

Las calles polvorientas, las chozas de madera y zinc, los perros callejeros, los rostros melancólicos de sus habitantes y un pequeño cartel en una de las chozas, la frase «Cristo viene», parecen darles esperanza.

Morena vive allí y está muy enferma. Te la puedo presentar si quieres, pero ahí abajo hace calor y sería malo que te vieran con una cámara, así que regresemos’, advierte temeroso José Francisco Figueroa mientras muestra a EL DÍA la choza donde vive Morena, en referencia al alto nivel de delincuencia.

Al final de un estrecho callejón, en una pequeña habitación de poco más de 20 metros cuadrados construida con zinc y suelo de hormigón, hay una cama, un ventilador polvoriento, un pequeño televisor, una estufa, muebles completamente descoloridos, una cómoda rota y algunas ollas. Allí vive Ramona López Aquino, o «Morena», como todos la conocen.

La miseria, su compañera.

Cuando el reportero de El Día oye que llaman a la puerta, Morena se levanta y les invita a pasar.

Vine aquí con mi madre cuando tenía 14 años. Perdimos todo en el huracán y nos vimos obligados a mudarnos durante ese tiempo’.

‘En el primer gobierno de Leonel Fernández, yo hubiera sido la cuarta en la lista de departamentos, y me dijeron que si pagaba 4,200 pesos, me darían mi departamento cuando estuviera lista’.

Como suplicando, Morena dice, con las manos extendidas. Por favor, que alguien me ayude con los medicamentos, son muy caros y no soporto el dolor» (padece osteoporosis desde hace varios años).

Explica que sus tres hijas trabajan en el servicio doméstico y que sus sueldos no cubren los gastos médicos.

Enjugándose las lágrimas, indica que hay un «retrete» a la entrada del callejón, con una vieja cortina que hace las veces de puerta. Casualmente, justo al lado de lo que solía ser un retrete, hay un cartel de un candidato político.

‘Esa gente viene aquí cada cuatro años’, dice haciendo un gesto, ‘porque quieren votos’.

La extrema emaciación de Morena refleja su malnutrición, al igual que sus lesiones cutáneas indican una enfermedad de la piel, y sus manos temblorosas y su mirada tímida delatan el colapso emocional que está experimentando.

Gobiernos de más de 10

44 años de atraso

Cuarenta y cuatro años después del paso de David, un aterrador huracán de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson y, según los organismos de socorro, el más afectado del país, cerca de 300 familias de la zona de Canta La Lana, municipio de Los Alcarisos, al igual que en Morena, siguen padeciendo polvo, pobreza extrema, insalubridad insalubridad y delincuencia. Algunos se adaptan a la miseria, otros se esfuerzan por superarla y muchos, como Morena, sólo albergan la esperanza de que algún día el reloj vuelva a girar y abandonen el cuartel, un lugar de sufrimiento prolongado.

— Episodio 1: Resignación.

El sociólogo Celedonio Jiménez cree que, debido a la pobreza severa, los trabajadores de los barracones se hunden en la parálisis y la oscuridad, por lo que la espontaneidad y la movilidad social no se reconocen en absoluto.

— Denuncia.

Según Dolores Félix, en Canta La Lana se han construido 140 viviendas, pero cientos no se han beneficiado de ellas.

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