Salud

Cuándo evitar consumir cannabis (sí o no). Y cuándo no consumirlo.

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Madrid, 3 Sep (EUROPA PRESS) -. Según una revisión exhaustiva de la evidencia publicada en la revista BMJ, los expertos recomiendan evitar el cannabis en la adolescencia y en los primeros años de .

Madrid, 3 Sep (EUROPA PRESS) -.

Según una revisión exhaustiva de la evidencia publicada en la revista BMJ, los expertos recomiendan evitar el cannabis en la adolescencia y en los primeros años de la edad adulta, en personas propensas o que sufren trastornos mentales, durante el embarazo y antes y durante la conducción.

Sin embargo, afirman que el cannabidiol (uno de los compuestos activos del cannabis) es beneficioso para los pacientes epilépticos y que los medicamentos a base de cannabis son útiles para la esclerosis múltiple, el dolor crónico, la enfermedad inflamatoria intestinal y los cuidados paliativos.

Sus recomendaciones se basan en una “revisión general” de 101 metanálisis sobre el cannabis y la salud. Las revisiones paraguas sintetizan metaanálisis anteriores y ofrecen un resumen de alto nivel de las pruebas sobre un tema específico.

Según el estudio Global Burden of Disease 2019, aproximadamente 24 millones de personas en todo el mundo sufren trastorno por consumo de cannabis (incapacidad para dejar de consumir cannabis a pesar de los problemas sociales y de salud que causa). Es más común entre los hombres y en los países de ingresos altos.

Un número creciente de estudios ha examinado los efectos de los cannabinoides sobre la salud y otros resultados, pero la mayoría de los hallazgos son observacionales y propensos a sesgos, lo que dificulta extraer conclusiones firmes.

Para abordar esta cuestión, un equipo internacional de investigadores se propuso evaluar la fiabilidad y certeza de más de 500 asociaciones entre el cannabis y la salud en 50 metanálisis de estudios observacionales y 51 metanálisis de ensayos controlados aleatorios.

Estos estudios se publicaron entre 2002 y 2022 y examinaron los efectos sobre la salud de diversas combinaciones de cannabis, cannabinoides y medicamentos a base de cannabis.

Basándose en criterios cuantitativos, los investigadores clasificaron las pruebas como de confianza alta, moderada, baja o muy baja en los ensayos aleatorios y de confianza, muy sugestiva, sugestiva, débil o no significativa en los estudios observacionales.

Basándose en pruebas de nivel al menos sugestivo en los estudios observacionales y de certeza moderada en los ensayos clínicos, los investigadores hallaron un mayor riesgo de psicosis asociado a los cannabinoides en la población general.

En concreto, el consumo de cannabis se asoció con la psicosis en adolescentes (cuando aún se está produciendo el desarrollo cerebral) y con la recaída de la psicosis en aquellos con trastornos psicóticos. En otras palabras, el consumo de cannabis en ausencia de trastornos psicóticos aumenta el riesgo de desarrollar trastornos psicóticos, y el consumo de cannabis después del inicio empeora los resultados clínicos.

Basándose en pruebas observacionales entre débiles y sugestivas y en pruebas piloto de certeza entre alta y moderada, los investigadores también hallaron una asociación entre el cannabis y síntomas psiquiátricos comunes como la depresión y la manía, así como efectos adversos sobre la memoria y el recuerdo verbal y visual.

Los investigadores señalaron que estas asociaciones son especialmente preocupantes, dado que el patrón de edad de los trastornos por consumo de cannabis coincide con la edad pico de aparición de los trastornos mentales, entre mediados de la adolescencia y principios de la veintena, edad en la que los adolescentes y los adultos jóvenes siguen siendo objeto de estudio.

Pruebas observacionales entre débiles y convincentes en diferentes poblaciones sugirieron una asociación entre el consumo de cannabis y los accidentes de tráfico. En el caso de las mujeres embarazadas, también hubo pruebas observacionales convincentes de una asociación entre el consumo de cannabis y el riesgo de tener bebés pequeños y con bajo peso. Sin embargo, aunque el cannabidiol era beneficioso para reducir ciertos tipos de ataques epilépticos, y los medicamentos a base de cannabis eran beneficiosos para el dolor y la rigidez muscular (espasticidad) de la esclerosis múltiple, el dolor crónico de diversas afecciones y los cuidados paliativos, no estaban exentos de efectos secundarios.

En esta revisión exhaustiva, la primera que reúne estudios observacionales y de intervención sobre los efectos de los cannabinoides en humanos, los investigadores señalan que la mayoría de los resultados asociados al consumo de cannabinoides están respaldados por pruebas débiles, son menos seguros o muy bajos, o no son significativos afirman.

También señalan otras limitaciones, como las diferencias en el contenido de cannabis de los productos, el hecho de que no todas las personas experimentan los mismos efectos sobre la salud mental y la cognición, y que los ensayos aleatorios pueden no ser representativos de la población del mundo real.

No obstante, los responsables políticos y los investigadores en salud pública “deberían tener en cuenta estas pruebas integradas a la hora de tomar decisiones políticas sobre la regulación del consumo de cannabinoides y de planificar futuras agendas de investigación epidemiológica o experimental”.

Además, afirman que se necesitan directrices futuras para implicar a las partes interesadas y trasladar los hallazgos actuales a la práctica clínica.

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