Madrid, 16 Sep (EDIZIONES) -.
Cuando nacen dos o más hijos, por el motivo que sea -un niño, una niña o dos niñas-, es frecuente oír decir: «Me alegro por vosotros, ya sois una pareja».
Es legítimo sentirse así, aunque siempre vaya por delante la sensación de que lo más importante es que todo vaya bien. Sin embargo, la psicóloga y psicoterapeuta perinatal Paola Roig, en su libro La crianza imperfecta (Bruguera), no trata de dejar de lado esta cuestión.
‘Es muy normal que las madres y los padres lo sientan, y no por ello están peor. Porque la idea es que ‘si está sano y todo va bien, el sexo no importa’.
Por eso es habitual que los padres se sientan culpables. Por ejemplo, si quieren que su hijo tenga un determinado tipo de sexo, pero no ocurre. ‘Pero racionalmente, podemos pensar: «el niño está sano», «no somos sexistas, así que da igual que sea niño o niña», pero emocionalmente es otra cosa’, añade.
Además, Roig advierte de que esa ansiedad puede aumentar, sobre todo si sabe que será el último bebé, y que una niña que tuvo una experiencia muy positiva con su hermana mayor, al tener ahora un hijo, puede tener que preguntarse si la relación de sus hijos será como la relación con su hermana, o si habrá ejemplo de crear una especie de tristeza inconsciente a causa de sus dudas.
También pone el ejemplo de una mujer que tenía muy mala relación con su madre e intentó mitigarlo teniendo un hijo, pero éste nunca nació. Esta psicóloga perinatal subraya que «estas cosas muchas veces son inconscientes y se pueden saber, pero cuando el sexo del bebé no es el que queríamos, nos sacude y nos crea cierta tristeza».
Quizás siempre imaginamos que tendríamos un niño o una niña». Cuando la fantasía que hemos creado no se cumple, cuando la imagen que teníamos de nuestra familia difiere de la realidad, surge una sensación de pérdida. Es la pérdida de un ideal no realizado, de un futuro imaginado que está estrechamente ligado a nuestra identidad, nuestra cultura y nuestro pasado», añade.
Cómo aceptarlo.
Paola Roig sostiene que el primer paso para superar estas situaciones es darnos tiempo. Tendemos a querer arreglar las cosas rápidamente, pero cuando lo hacemos, tenemos que darle tiempo a la noticia y hacernos a la idea».
En su opinión, justificar y nombrar lo que ocurre es necesario para procesar y elaborar las emociones asociadas a ello. Si somos madres, queremos darlo todo por este bebé desde el principio, pero el embarazo dura nueve meses y hay un proceso y tenemos que crear un vínculo».
También sostiene que es importante entender que las historias que nos contamos no son reales, sino que son historias que nos hemos inventado a lo largo de nuestra vida, basadas en conclusiones que hemos sacado subjetivamente sobre las niñas, los niños y los hermanos en contextos muy diferentes, por ejemplo. Puedes dejar a un lado la culpa y dar cabida a tus experiencias y al malestar que generan.